Entrada destacada

EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

Imagen
 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

HERMITAGE: UN RECORRIDO POR LA HISTORIA DE RUSIA A TRAVÉS DEL ARTE

Esta pinacoteca está considerada una de las más completas del mundo. Atesora más de dos millones y medio de objetos culturales y artísticos de Oriente y Occidente.

Abarca desde piezas arqueológicas a antigüedades romanas y griegas, cuadros y esculturas, joyas, numismática y armas. 

Compleo del Hermitage
Ubicación y nacimiento

El Hermitage se encuentra situado en el corazón de San Petersburgo, a orillas del rio Neva, y ocupa cinco edificios unidos (el Palacio de Invierno, el Teatro del Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo Hermitage) que forman un gran conjunto arquitectónico.

Se podría decir que el Hermitage se inicia con Pedro I el Grande, cuando adquirió varias obras de arte, entre las que se encontraban David despidiéndose de Jonatan, de Rembrandt y La Venus de Táurida, pero será con Catalina II cuando nacerá oficialmente en 1764, año en el que adquirió una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y flamenca como pago de unas deudas.

  
Fue entonces cuando comenzó a decorar el recién construido Palacio de Invierno, donde estableció su residencia, con todo tipo de obras de arte (cuadros, libros, joyas), ya que Catalina quiso que su galería superara las colecciones de otros monarcas, y que iba adquiriendo provenientes de todas las colecciones en venta que pudo encontrar en subastas europeas que sus diplomáticos rusos estaban encargados de comprar. Su colección, pues, aumentó considerablemente, sólo el comedor del palacio estaba adornado con 92 cuadros.

Escalera principal Palacio de Invierno
Hacia finales del reinado de Catalina II, la colección del Hermitage contaba con 3.000 cuados, casi 7.000 dibujos, más de 70.000 grabados y 10.000 piedras talladas, que eran su afición especial.


Catalina se dedicó, además, a la construcción del complejo arquitectónico que forma el actual Hermitage.

El museo se continuó formando con la colección privada que fueron adquiriendo los zares durante varios siglos, y no fue hasta el año 1917 cuando fue declarado Museo Estatal.


El Palacio de Invierno

El Palacio de Invierno, que pasó a formar parte del museo en el año 1922, fue durante dos siglos la residencia principal de los zares. Había sido construido para la emperatriz Isabel, hija de Pedro I el Grande, y sus fachadas, el interior de la iglesia palaciega y la majestuosa escalera principal son  un ejemplo del llamado barroco ruso del siglo XVIII. Sin embargo, las salas del palacio son del siglo XIX, pues tras incendio de 1837 se reconstruyeron según la moda de la época.

Por eso el visitante puede seguir el curso de la historia del estado ruso, en un paseo guiado por las salas del Palacio de Invierno, pues a pesar de que sus salas se convirtieron en salas de exposiciones, no han perdido todo su esplendor y la influencia de los valores imperiales y de la gloria están, constantemente, presentes en su ornamentación. 

Sala Malaquita
Una de las salas más llamativas sea quizás la sala Malaquita donde el verde vivo de sus columnas, pilastras, chimeneas, lámparas de pie y mesitas están decorados con malaquita de los montes Urales y combinado con el dorado y el mobiliario tapizado en seda color frambuesa. O la sala de los Blasones, donde el emperador Pedro I recibía a los mensajeros procedentes de las regiones de Rusia. Esta sala tiene una superficie de mil metros cuadrados.

Otro de los múltiples atractivos del Palacio es su escalera principal.

El Hermitage Pequeño

El Hermitage Pequeño fue construido para la vida privada de Catalina II y a él solamente podrían acceder sus invitados personales. La mesa del comedor del Hermitage descendía a la planta baja, con ayuda de un mecanismo especial, allí era preparada por los sirvientes y luego volvía a subirse una vez ya preparada, así se evitaba que la servidumbre importunara a Catalina y sus huéspedes. Este comedor con la mesa levadiza ya no existe; el palacio fue reconstruido en la segunda mitad del siglo XIX y en su lugar hay una sala-pabellón adornada con galerías, rejas doradas, mosaicos esmaltados, la denominada “fuente de las lágrimas”, centelleantes arañas de cristal de roca.

En la sala se expone también el reloj Pavo real, obra inglesa del siglo XVIII. Cuando el reloj da las horas el pavo real instalado en un roble abre su opulenta cola y da la vuelta mostrándola. Las ventanas de esta sala miran al jardín colgante, dispuesto sobre las bóvedas de la planta baja.

El Hermitage Viejo

Fue construido en la década de 1770 para instalar la creciente colección artística de Catalina II. Ahora en este palacio se encuentran obras de los maestros de renacimiento italiano como Tiziano, Fra Angelico, Boticelli o Simone Martín, aunque las joyas de la colección son dos cuadros de Leonardo Da Vinci: la Madona Venios y la Madona Litta.


El Hermitage Nuevo

Este edificio fue construido por Nicolas I y en él se encuentra parte de la colección de los maestros italianos, entre ellos, obras de Lippi, Caravaggio, una única escultura de Miguel Angel (El niño en cuclillas) y la colección de pintura española, considerada como una de las mejores fuera de las fronteras de España. En ella se puede ver obras de El Greco, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo y Goya. La riquísima colección de los pintores españoles del siglo de oro perteneciente al banquero Coesvelt, reunida durante la guerra napoleónica, llegó al Hermitage en 1814.

Pavo real
La afición por coleccionar cuadros de pintores flamencos y holandeses del siglo XVII queda bien reflejada en las cinco salas que ocupan del Hermitage Nuevo donde se atesoran obras de Rubens, Van Dyck, Paul de Vos y de Frans Snyders. La colección de pintores holandeses cuenta con más de mil cuadros de todos los géneros. Los lienzos de Rembrandt ocupan una gran sala y dan una clara idea de toda su obra creativa.

La colección del arte francés de los siglos XV al XVIII es la segunda en importancia en el mundo después de la del Louvre. Los lienzos de Poussin, Watteau, Chardin se alternan con creaciones de los mejores escultores franceses y una riquísima colección de arte aplicado.

Un atractivo especial del Hermitage es su fantástica colección de pinturas del impresionismo y el post-impresionismo francés y de los maestros de principios del siglo XX. Estas obras fueron compradas, y a veces encargadas directamente a los maestros como Cezanne, Monet, Sisley, Renoir, Van Gogh, Gauguin, Matisse o Picasso del que cuentan con más de 30 obras.

Teatro del Hermitage

El Teatro del Hermitage fue ordenado a construir por Catalina la Grande entre los años 1783 y 1787. En la actualidad, se siguen representando obras teatrales dentro de la programación del museo.


Hoy día visitan el Museo del Hermitage unos dos millones y medio de personas cada año. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA REVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: BENEFICIOS, DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS

MARGARET KEANE: LA PINTORA DE LOS OJOS GIGANTES

¿QUIÉNES FUERON LOS ESCRIBAS?