Esta pinacoteca está considerada una de las más completas
del mundo. Atesora más de dos millones y medio de objetos culturales y
artísticos de Oriente y Occidente.
Abarca
desde piezas arqueológicas a antigüedades romanas y griegas, cuadros y
esculturas, joyas, numismática y armas.
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Compleo del Hermitage |
Ubicación y nacimiento
El Hermitage se encuentra situado en el corazón de
San Petersburgo, a orillas del rio Neva, y ocupa cinco edificios unidos (el Palacio de Invierno, el
Teatro del Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo
Hermitage) que forman un gran conjunto arquitectónico.
Se podría decir que el Hermitage se inicia con Pedro I
el Grande, cuando adquirió varias obras de arte, entre las que
se encontraban David
despidiéndose de Jonatan, de Rembrandt y La
Venus de Táurida, pero será con Catalina II cuando nacerá oficialmente en
1764, año en el que adquirió una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y
flamenca como pago de unas deudas.
Fue
entonces cuando comenzó a decorar el recién construido Palacio de Invierno,
donde estableció su residencia, con todo tipo de obras de arte (cuadros,
libros, joyas), ya que Catalina quiso que su galería superara las colecciones
de otros monarcas, y que iba adquiriendo provenientes de todas las colecciones
en venta que pudo encontrar en subastas europeas que sus diplomáticos rusos
estaban encargados de comprar. Su colección, pues, aumentó considerablemente,
sólo el comedor del palacio estaba adornado con 92 cuadros.
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Escalera principal Palacio de Invierno |
Hacia finales del reinado de Catalina II, la
colección del Hermitage contaba con 3.000 cuados, casi 7.000 dibujos, más de
70.000 grabados y 10.000 piedras talladas, que eran su afición especial.
Catalina se dedicó, además, a la construcción del complejo arquitectónico que forma el
actual Hermitage.
El
museo se continuó formando con la colección privada que fueron adquiriendo los zares
durante varios siglos, y no fue hasta el año 1917 cuando fue declarado Museo Estatal.
El Palacio de Invierno
El Palacio de Invierno, que pasó a formar parte del
museo en el año 1922, fue durante dos siglos la residencia principal de los
zares. Había sido construido para la emperatriz Isabel, hija de Pedro I el
Grande, y sus fachadas, el interior de la iglesia palaciega y la majestuosa
escalera principal son un
ejemplo del llamado barroco ruso del siglo XVIII. Sin embargo, las salas del
palacio son del siglo XIX, pues tras incendio de 1837 se reconstruyeron según
la moda de la época.
Por eso el visitante puede seguir el curso de la
historia del estado ruso, en un paseo guiado por las salas del Palacio de
Invierno, pues a pesar de que sus salas se convirtieron en salas de
exposiciones, no han perdido todo su esplendor y la influencia de los valores
imperiales y de la gloria están, constantemente, presentes en su ornamentación.
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Sala Malaquita |
Una de las salas más llamativas sea quizás la sala Malaquita donde el verde
vivo de sus columnas, pilastras, chimeneas, lámparas de pie y mesitas están
decorados con malaquita de los montes Urales y combinado con el dorado y el
mobiliario tapizado en seda color frambuesa. O la sala de los Blasones, donde
el emperador Pedro I recibía a los mensajeros procedentes de las regiones de
Rusia. Esta sala tiene una superficie de mil metros cuadrados.
Otro
de los múltiples atractivos del Palacio es su escalera principal.
El Hermitage Pequeño
El Hermitage Pequeño fue construido para la vida
privada de Catalina II y a él solamente podrían acceder sus invitados
personales. La mesa del comedor del Hermitage descendía a la planta baja, con
ayuda de un mecanismo especial, allí era preparada por los sirvientes y luego
volvía a subirse una vez ya preparada, así se evitaba que la servidumbre
importunara a Catalina y sus huéspedes. Este comedor con la mesa levadiza ya no
existe; el palacio fue reconstruido en la segunda mitad del siglo XIX y en su
lugar hay una sala-pabellón adornada con galerías, rejas doradas, mosaicos
esmaltados, la denominada “fuente de las lágrimas”, centelleantes arañas de
cristal de roca.
En la sala se expone también el reloj Pavo real,
obra inglesa del siglo XVIII. Cuando el reloj da las horas el pavo real
instalado en un roble abre su opulenta cola y da la vuelta mostrándola. Las
ventanas de esta sala miran al jardín colgante, dispuesto sobre las bóvedas de
la planta baja.
El Hermitage Viejo
Fue construido en la década de 1770 para instalar la
creciente colección artística de Catalina II. Ahora en este palacio se
encuentran obras de los maestros de renacimiento italiano como Tiziano, Fra
Angelico, Boticelli o Simone Martín, aunque las joyas de la colección son dos
cuadros de Leonardo Da Vinci: la Madona Venios y la Madona Litta.
El Hermitage Nuevo
Este edificio fue construido por Nicolas I y en él
se encuentra parte de la colección de los maestros italianos, entre ellos,
obras de Lippi, Caravaggio, una única escultura de Miguel Angel (El niño en
cuclillas) y la colección de pintura española, considerada como una de las
mejores fuera de las fronteras de España. En ella se puede ver obras de El
Greco, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo y Goya. La riquísima colección de
los pintores españoles del siglo de oro perteneciente al banquero Coesvelt,
reunida durante la guerra napoleónica, llegó al Hermitage en 1814.
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Pavo real |
La afición por coleccionar cuadros de pintores
flamencos y holandeses del siglo XVII queda bien reflejada en las cinco salas que
ocupan del Hermitage Nuevo donde se atesoran obras de Rubens, Van Dyck, Paul de
Vos y de Frans Snyders. La colección de pintores holandeses cuenta con más de
mil cuadros de todos los géneros. Los lienzos de Rembrandt ocupan una gran sala
y dan una clara idea de toda su obra creativa.
La colección del arte francés de los siglos XV al
XVIII es la segunda en importancia en el mundo después de la del Louvre. Los
lienzos de Poussin, Watteau, Chardin se alternan con creaciones de los mejores
escultores franceses y una riquísima colección de arte aplicado.
Un atractivo especial del Hermitage es su fantástica
colección de pinturas del impresionismo y el post-impresionismo francés y de
los maestros de principios del siglo XX. Estas obras fueron compradas, y a veces
encargadas directamente a los maestros como Cezanne, Monet, Sisley, Renoir, Van
Gogh, Gauguin, Matisse o Picasso del que cuentan con más de 30 obras.
Teatro del Hermitage
El
Teatro del Hermitage fue ordenado a construir por Catalina la Grande entre los
años 1783 y 1787. En la actualidad, se siguen representando obras teatrales
dentro de la programación del museo.
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