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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

ALCÁZAR DE MADRID: EL SOSPECHOSO INCENDIO DE 1734

El antiguo Real Alcázar estaba situado en el mismo solar donde hoy se alza el Palacio Real de Madrid.

El edificio fue residencia de la Familia Real española y sede de la Corte desde los Trastámara hasta su incendio en el Nochebuena de 1734, reinando Felipe V.


Real Alcázar de Madrid en 1710
Residencia Real

El Alcázar fue edificado sobre una fortaleza musulmana del siglo IX construida por Mohamed I, emir de Córdoba, y cuya muralla puede todavía hoy adivinarse en los alrededores del Palacio.

Tras la dominación cristiana, que siguió a la conquista de Toledo en 1085, pasó a convertirse en uno de los palacios favoritos de los Trastámara, quienes recubrieron los techos con ricos artesonados, las paredes con yeserías y los zócalos con 
azulejos.

El edificio, un castillo medieval de torres tubulares, techadas todas con empinados chapiteles de pizarra y rematadas por afiladas saetas, fue ampliándose y mejorándose con el paso de los siglos, especialmente a partir del XVI, cuando se convirtió en palacio real al designarse a Madrid capital del reino por Felipe II. Pese a ello, la construcción siguió conservando su primitiva denominación de alcázar.

La primera ampliación la realizaría en el año 1537 Carlos I a su llegada a España, corriendo a cargo de los arquitectos Luis de Vega y Alonso de Covarrubias convirtieron la vieja residencia en un palacio imperial, transformando el antiguo patio de armas en patio del Rey y construyendo el patio de la Reina, dejando la capilla y la nueva Gran Escalera en el centro del edificio. La reforma se completó con la construcción de una nueva fachada que integraba el escudo imperial entre las dos torres medievales.

Le seguirían otras reformas llevadas a cabo por su hijo Felipe II, quién lo convirtió en Residencia Real y de la Corte en 1561. Entonces se construyó la famosa Torre Dorada en el ángulo sudoeste, realizada en ladrillo, con el cubrimiento de pizarra y repleta de balcones.  En la fachada norte se creó el Jardín de la Priora, y buena parte de las estancias interiores fueron decoradas con pinturas al fresco y sus paredes recubiertas con una de las mejores colecciones de pintura y de tapices del mundo. 

Si bien es verdad que nunca cesaron las reformas en el edificio, las obras definitivas del aspecto exterior corresponden a 1636, realizadas por el arquitecto Juan Gómez de Mora, reinando Felipe IV. 

Esta nueva fachada permitió crear uno de los lugares más importantes del edificio: el Salón de los Espejos, además de integrarse en la plaza que estaba delante del Alcázar, lugar de gran importancia para la Corona ya que servía para el ceremonial. En el lado opuesto a la fachada, se construyeron las caballerizas reales y sobre ellas la sala de la Armería, cerrándose la plaza con dos galerías laterales. 

Los Borbones iniciaron también una serie de reformas decorativas interiores muy al  gusto francés, de donde procedían.

Y en estas se estaba, con obras de reforma en el Alcázar al gusto francés de sus nuevos inquilinos, Felipe V e Isabel de Farnesio, cuando en la Nochebuena de 1734 se produjo un estremecedor incendio que redujo a escombros la real fortaleza que había permanecido erguida durante varios siglos, y con ella, más de quinientas pinturas y otros muchos tesoros artísticos.

Las Meninas de Velázquez
El incendio

Aquella aciaga noche de 1734, con la Corte desplazada al Palacio de El Pardo –extraña ausencia teniendo en cuenta que normalmente celebraban los maitines de Nochebuena en la Capilla Real–, se declaró un misterioso y pavoroso incendio en el Alcázar que, según se sospecha, pudo tener su origen en un aposento del pintor de cámara de Felipe V, Jean Ranc (francés como el monarca, y del que hizo numerosos retratos, así como de su familia) donde un grupo de mozos del palacio incendiaron por accidente uno de los cortinajes de la estancia posiblemente por la celebración del día. Curiosamente, Jean Ranc murió seis meses después del incendio, sumido en una fuerte depresión.

El fuego se propagó tan rápidamente y con tanta intensidad que se necesitaron cuatro días para poder controlarlo.

Félix de Salabert, marqués de Torrecillas, relató días después de producirse el suceso que la primera voz de aviso no se dio de inmediato, sino aproximadamente hacia las 00:15 por parte de unos centinelas que hacían su guardia, y que el  toque a fuego de los campanarios fue en un principio desatendido, ya que la gente pensaba que se llamaba a rezar por el carácter festivo de la jornada.

Los primeros en colaborar, tanto en la extinción del fuego como en el rescate de personas y objetos, fueron los frailes de la congregación de San Gil, pero por temor a saqueos del pueblo, inicialmente no se abrieron las puertas del Alcázar, lo que impidió un desalojo a tiempo, aunque los ímprobos esfuerzos llevaron a la recuperación de los objetos religiosos que se custodiaban en la Capilla Real, además de dinero en efectivo, oro, plata y joyas de la Familia Real, como la Perla Peregrina y el diamante El Estanque, pero muchos otros quedaron fundidos por el calor del fuego. Sin olvidar la pérdida de los documentos pertenecientes al Archivo de las Indias, las Bulas pontificias y demás papeles de todas las materias del Estado, cuya importancia es inestimable a nivel histórico.

Sin embargo, más dificultad conllevó la recuperación de los numerosos cuadros del Alcázar (perdiéndose para siempre unos 500 de los 2.000 con que contaba la colección), tanto por su  tamaño como por su ubicación a varias alturas, además de que algunos de ellos estaban encastrados en las paredes, por lo cual el número de pérdidas (como el de La expulsión de los moriscos, de Velázquez y otras varias obras suyas) fue importante, aunque otros pudieron ser finalmente salvados (Las meninas de Velázquez, El matrimonio Arnolfini de van Eyck  el retrato ecuestre de «Carlos V en Mühlberg» de Tiziano) desclavándolos de los marcos y arrojándolos por las ventanas.

Bien es verdad que la desgracia con las obras de arte no fue a mayores ya que una parte de las colección pictórica había sido trasladada previamente al Palacio del Buen Retiro para preservarla de las obras de reforma que estaban teniendo lugar en el interior del Real Alcázar, pero no así las colecciones americanas que incluían las piezas ofrecidas a la Corona por los conquistadores.

Extinguido el incendio, el edificio quedó reducido totalmente a escombros. Cuatro años después de su desaparición, Felipe V ordenó la construcción del actual Palacio Real o Palacio de Oriente), más proclive a su gusto, y cuyas obras duraron unos treinta años.  El nuevo edificio fue habitado por primera vez por Carlos III en 1764.

Actualmente el origen y las circunstancias del incendio siguen sin estar claras y mas cuando era un lugar vigilado las 24 horas del día por ser la residencia de Felipe V y su familia. Pero las malas lenguas siempre han alimentado la teoría conspiratoria de que al monarca,  nacido francés y habituado a los grandes parterres, praderas y setos del palacio de Versalles, no le gustaba el Alcázar. En Madrid prefería el palacio del Buen Retiro, pues veía en el edificio medieval el símbolo del anterior régimen del que quería desprenderse. El incendio vino a satisfacer aquel desdén regio, y sobre su solar, proyecto inspirado en el Palacio del Louvre de París, levantó el actual Palacio Real de Madrid, una construcción que se acercaba más a sus preferencias arquitectónicas.

Carlos V en Mühlberg de Tiziano
Las pinturas perdidas

La Colección Real de pintura, atesorada desde tiempos de Isabel la Católica e incrementada notablemente por Carlos I y sobre todo Felipe II y Felipe IV, estaba compuesta por obras de Tiziano, Tintoretto, Ribera, Durero, Brueghel, Velázquez o Rubens, entre otros muchos.

En el inventario de pinturas del Real Alcázar de Madrid, realizado por Bernabé Ochoa en 1686, se dice que había 614 pinturas originales, 120 copias originales, 234 pinturas de escuelas conocidas y 579 pinturas de autores desconocidos, lo que hacían un total de 1.547 pinturas.






PINTURAS ORIGINALES

Alberto Durero
6

Andrea del Sarto
2

Anibal Caracho (Carrcci)
4

Antonio Moro
4

Alonso Sánchez (Coello)
12

Alonso Cano
3

Bassan el Viejo 
15

Bassan el Mozo
11

Broncino
1

Bandique (Van Dyck)
19

Brugul (Brueghel, Jan)
38

Burjano (O.Borgiani)
1

Bartolomé González
4

Corezo (Correggio)
5

Casiniano (?)
1

Canguiaso (Cambiaso)
1

Caballero Máximo (M. Stanzione)
3

Doménico Greco
8

Diego Velázquez
43

Daniel de Volterra
2

David Teniers
7

Esneile (Snayers)
26

Federico Barocio
2

Federico Zucaro
2

Francisco Rizi
2

Francisco de Herrera
1

Guido Boloñés (Reni)
12

Guarchino
2

Gerónimo Bosco
6

Golzio
1

Hermitaño (?)
4

José de Ribera
36

Jacob Espalna (Palma)
2

Joseph Leonardo
1

Juan Valesio
1

Juan Pantoja de la Cruz
16

Juan Bautista del Mazo
12

Juan Carreño
6

Leonardo de Avinci
7

Luca de Holanda
4

Luqueto (Cambiaso)
1

Lucas Jordán
6

Micael Angelo
3

Maestro de Tiziano ¿Giorgione?
1

Marchino (?)
2

Mario (Nuzzi)
11

Matías de Acevedo
2

Martín de Vos
2

Micael Flamin (M. Coxien)
1

Mosiu Pusin (Poussin)
3

Mosiu Brun (Le Brun)
1

Pablo Veronés
29

Parmesano
6

Polidoro
2

Pedro de Cortona
2

Padmo el Viejo (Palma el Viejo)
1

Pablo Bril
1

Pochequín (J.C.Procaccinni)
2

Pomaranche
2

Pochino (Poussin)
1

Rafael de Urbino
7

Rubens
62

Sebastián del Piombo
1

Tiziano
76
Tintoretto
43
Teatino (Seghers)
4
Tempesta
2
Vicencio Carducho
1
Xpobal García (Salmerón)
1



COPIAS DE ORIGINALES

Alberto Durero (4), Alonso Cano (1), Anibal Caracho (14), Bandique (4), Basán el Viejo (4), Corezzo (2), Esneile (3), Guido Boloñés (3), Jusepe de Ribera (2), Martín de Vos (2), Parmesano (2), Rafael de Urbino (6), Rúbens (45), Tiziano (28).

ESCUELAS CONOCIDAS

Española (35), Italiana (33), Francia (22), Flamenca (103), Escuela de Alberto Durero (22), Escuela del Bosco (10), Escuela del Tiziano (1), Escuela del Tintoretto (23), Escuela de Leonardo de Avinci (1), Ecuela de Guido Boloñés (1), Escuela de carreño (3).

PINTURA DE ESCUELAS DESCONOCIDAS

"Pinturas de autores y manos no conocidas en las que entran muchos países, al temple, descripciones, mapas y retratos muy antiguos". Total: quinientas setenta y nueve pinturas.


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