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CRISTIANOS EN ORIENTE: RESILENCIA EN ESTADO PURO

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El cristianismo en Oriente Próximo, Oriente Medio y Extremo Oriente tiene una larga y rica historia que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. A pesar de ser la cuna de esta fe, la presencia de los cristianos en estas regiones ha disminuido considerablemente con el tiempo debido a las migraciones, la persecución, la guerra y la inestabilidad política. Aun así, las comunidades cristianas en estas áreas mantienen una importante relevancia cultural y religiosa, aunque enfrentan desafíos significativos en su lucha por la supervivencia. El Cristianismo en Oriente Próximo y Medio: Cuna de la Fe El Oriente Próximo es el lugar donde surgió el cristianismo, una región que abarca los actuales territorios de Israel, Palestina, Líbano, Siria, Jordania, Egipto e Irak. Esta zona fue testigo de la vida de Jesús y de los primeros apóstoles, siendo Jerusalén, Antioquía y Alejandría importantes centros del cristianismo temprano. 1. Las Comunidades Cristianas Históricas Iglesia Ortodoxa Co...

LA REAL ACADÉMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA Y EL "MICROMACHISMO"

En trescientos años de vida, la Real Academia Española de la Lengua sólo ha permitido ocupar sillón de académico a nueve mujeres frente a los 470 hombres miembros.

En la actualidad, de los 46 miembros de número de la RAE, seis son mujeres. Ninguna ha sido directora de la institución.

RAE, la casa de las palabras

Sillones de los miembros de la RAE

La Real Academia Española de laLengua (RAE), con sede en Madrid, es una institución cultural añeja que data de 1713, partiendo de una iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, VIII marqués de Villena, con el objeto de fijar y consolidar las reglas, las voces y los vocablos de la lengua castellana.

Se marcó como objetivo esencial desde su creación la elaboración de un diccionario de la lengua castellana, «el más copioso que pudiera hacerse». Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y 1739.


María Isidra de Guzmán
A diferencia de otros países como Francia, Italia o Portugal, hasta los primeros años del siglo XVIII España no tenía un gran diccionario como referencia de su lengua.

Su creación, obedeciendo al criterio de que el castellano había llegado en ese momento a su plenitud, fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su «amparo y Real Protección».

Se representó tal finalidad con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. Nació, por tanto, la institución como un centro de trabajo eficaz, según decían los fundadores, «al servicio del honor de la nación».


Carmen Conde


Esta vocación de utilidad colectiva se convirtió en la principal seña de identidad de la Academia Española, diferenciándola de otras academias que habían proliferado en los siglos de oro y que estaban concebidas como meras tertulias literarias de carácter ocasional.


Elena Quiroga

No obstante, en los nuevos estatutos aprobados en 1993, se consideró necesario supeditar el antiguo lema fundacional -Limpia, fija y da esplendor- al objetivo superior de trabajar al servicio de la unidad idiomática. Así, en su artículo primero se establece que la Academia “tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”.


Carmen Iglesias
En 1726 se publica el primer volumen del gran diccionario de la época, y en 1741 el de ortografía. Y después, una gramática.

Junto con otras veintiuna academias correspondientes a sendos países donde se habla español, en 1951 se fundó la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), para la colaboración y promoción de una política lingüística panhispánica. 


Ana María Matute



¿Mujeres?. ¡No, gracias!

Hoy día son 46 los miembros de número de la Real Academia Española. Estos son elegidos por cooptación, es decir, que las vacantes que se producen se llenan mediante el voto del resto de los integrantes. Sin embargo, por respeto al fallecido, el nuevo académico no puede ocupar su sillón antes de los seis meses del óbito.

Las plazas de académico de número se denominan «sillas», que tradicionalmente se han distribuido de acuerdo a letras del alfabeto latino, tanto mayúsculas como minúsculas.


Margarita Salas


Hasta la fecha han ocupado un sillón en la RAE un total de 470 académicos, provenientes y relacionados todos ellos con el mundo de la cultura como poetas, dramaturgos, periodistas, empresarios, ensayistas, filólogos, historiadores, lingüistas, etc.

A lo largo de sus trescientos años de historia, un total de veintinueve directores han regido los destinos de la RAE, aunque dos de ellos —Ramón Menéndez Pidal y José María Pemán— repitieron en su cargo en dos períodos diferentes de sus vidas.


Soledad Puertolas



Ninguna mujer ha ocupado el puesto de directora.

Las académicas femeninas

En  1874, María Isidra de Guzmán y de la Cerda, primera mujer doctora por la Universidad de Alcalá, fue admitida como académica (o socia) honoraria, es decir, tuvo el honor de pertenecer pero no la propiedad del sillón de la Academia.  Sin embargo, aunque pronunció su discurso de agradecimiento, no volvió a comparecer en ningún otro momento más por la institución.


Carmen Riera



Sin embargo, la inmensa mayoría de esos académicos han sido hombres. Sólo nueve mujeres, desde la creación de la Real Academia han ocupado un sillón en la institución, y sólo a partir de los años finales del siglo XX.


Aurora Egido

Después de este curioso episodio ninguna otra mujer fue admitida hasta 1979, con la elección de Carmen Conde, esta vez sí, considerada la primera mujer académica de número de la Real institución.


Inés Fernández


La lista de mujeres miembros es la siguiente:

Carmen Conde Abellán (1979): maestra, poetisa, dramaturga y narradora
Elena Quiroga de Abarca (1984): novelista.
Ana María Matute (1998): escritora y profesora)
Carmen Iglesias Cano (2002): historiadora
Margarita Salas Falgueras (2003): bioquímica
Soledad Puértolas Villanueva (2010): escritora
Inés Fernández-Ordóñez (2011) : filóloga
Carme Riera Guilera (2013): escritora, guionista, ensayista y profesora
Aurora Egido Martinez (2014): filóloga

Excepto Carmen Conde, Elena Quiroga, Ana María Matute y Margarita Salas, ya fallecidas, las demás académicas siguen conservando su sillón en la Real Academia Española de la Lengua.







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