El 22 de noviembre de 1963 tuvo lugar el magnicidio del presidente de EE.UU, John F. Kennedy, un atentado que sigue siendo un misterio.
Desde poco tiempo después de la muerte del presidente norteamericano se han sucedido las teorías sobre el asesinato, desde la conspiración,, en las que estarían implicados desde la CIA, el KGB, la Mafia o el mismísimo Fidel Castro, a la de un pistolero en solitario o incluso dos.
El viaje a Dallas: los hechos
A las 12:30 del 22 de noviembre de 1963, mientras realizaba una visita electoral por el estado de Texas, un tiroteo en la calle Elm de Dallas contra el coche en el que viajaba John F. Kennedy con su esposa, acaba con la vida del presidente. El atentado cortó en seco la carrera del joven JFK, tres años después de ser elegido, y conmocionó a un país que comenzaba un proceso de cambio social. Varias balas impactaron en su cuerpo, declarándosele muerto media hora después.
La policía de Dallas detuvo al único sospechoso, Lee Harvey Oswald, el supuesto asesino, 80 minutos después de los disparos en un teatro cercano. Oswald fue inicialmente acusado por el homicidio de un oficial de policía de Dallas, J.D.Tippit, antes de ser acusado por el homicidio del presidente. Oswald dijo no haber matado a nadie, alegando que él solo era un señuelo.
Inexplicablemente, Oswald era abatido de un disparo 48 horas más tarde por un ciudadano, Jack Ruby, durante un traslado policial del detenido.
Después del asesinato el cuerpo de Kennedy fue trasladado a la Casa Blanca y el domingo 24 de noviembre, el ataúd fue transportado en una carroza tirada por caballos desde la Casa Blanca hasta el Capitolio, donde fue velado públicamente.
El lunes 25 de noviembre se realizó el funeral de estado, al cual asistieron más de 90 representantes de diversos países. Fue enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington.
La Comisión Warren y el HSCA
El 29 de noviembre, Lyndon B. Johnson, el nuevo presidente de Estados Unidos, ordenó la creación de la Comisión Warren - presidida por el juez de la Suprema Corte Earl Warren- para investigar el asesinato.
En 1964 la Comisión determinó que hubo tres disparos, todos ellos obra de Lee Harvey Oswald, desde el sexto piso del almacén de libros de la calle Elm. La versión convenció inicialmente al país, pero a lo largo del tiempo han aumentado las dudas sobre el asesinato.
En 1975, la difusión de la cinta Zapruder en televisión -una grabación del atentado realizada por el aficionado Abraham Zapruder con una cámára Super 8mm- incrementó la desconfianza de un importante sector del país por la versión del asesino en solitario, Lee Harvey Oswald, y relanzó las teorías de la conspiración, con multitud de publicaciones.
Para atajar las demandas de los ciudadanos, un Comité del Congreso -el denominado House of Selected Comittee on Assasinations (El Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos, HSCA), reabrió el caso en 1976 y concluyó, tres años más tarde, que hubo un cuarto disparo, que no salió del rifle de Oswald, apuntando por primera vez a la conspiración.
Para la versión de la cuarta bala se basaron en la grabación de una de las radios de las motos de la Policía de Dallas. Los impulsos registrados indicaban cuatro detonaciones, una de ellas desde un lugar distinto al almacén de libros desde donde habría disparado Lee Harvey Oswald.
Sobre la conspiración, el informe del Comité concluyó que el presidente John F. Kennedy fue asesinado como resultado de una conspiración, en la que estuvieron involucradas varias dependencias del Gobierno estadounidense. El Departamento de Justicia, FBI, CIA, y la Comisión Warren fueron severamente criticados por dicho Comité por su pobre desempeño en las investigaciones llevadas a cabo, y el Servicio Secreto fue tildado de deficiente en su protección al Presidente.
“La bala mágica” y otras teorías
Existen varias teorías sobre el asesinato del presidente Kennedy, generadas muy poco tiempo después de su muerte, y que aún hoy continúan surgiendo. Muchas de estas proponen una conspiración en la que habrían intervenido organizaciones tales como el Sistema de Reserva Federal, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la KGB, la Mafia, el director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) J. Edgar Hoover al vicepresidente Lyndon B. Johnson y Richard Nixon, incluyendo intereses del ejército y del gobierno de Estados Unidos, así como la organización masónica:
Hay una teoría, no comprobada, que se basa en que el chófer ya sabría que Kennedy sería asesinado por un francotirador. El tirador habría herido al presidente en la garganta, pero el chófer, como ya todos sabían que Kennedy había sido herido, lo tuvo que matar él mismo de un solo disparo a la cabeza.
El fusil de Oswald, de acuerdo con los testimonios del F.B.I., estaba frío solo después de disparar tres balas en los seis segundos que duró el asesinato. La Comisión Warren, mediante testimonios de oídas, determinó que solo tres balas fueron disparadas: una de las tres balas no dio al vehículo; una impactó a Kennedy y pasó a través del Gobernador John Connally, y el último disparo fue fatal para el Presidente. Sin embargo, el gobernador Conally fue herido diversas veces, por lo que los disparos tuvieron que ser más de tres, lo que supone al menos un segundo tirador aparte de Oswald, lo que implica una conspiración; por eso al decirse que Oswald fue el único tirador, una de sus balas debió herir más de una vez al gobernador. Esta teoría se conoce como la bala mágica. Además, la trayectoria de la bala, que dio a Kennedy sobre el hombro derecho y pasó a través de su cuello (de acuerdo con la autopsia), debió haber cambiado un poco su curso y dar en el pecho y la muñeca de Connally. Por ello, la conclusión de los escépticos es que hubo más de tres disparos, por lo que debió de haber más de un tirador.
El vicepresidente en aquel momento Lyndon B. Johnson en aquel momento, se convirtió en Presidente como resultado del asesinato. Sobre él corría el rumor de que Kennedy estaba considerando despedir a LBJ como vicepresidente para las elecciones de 1964 debido a que Johnson estaba envuelto en varios escándalos políticos de alto nivel. En el momento de la muerte de Kennedy, Johnson estaba sujeto a cuatro importantes investigaciones criminales: una por violación de contratos gubernamentales, otra por prevaricación, otra por lavado de dinero y una por soborno. Todas estas investigaciones terminaron cuando ascendió a la Presidencia.]
Johnson estaba relacionado, tanto profesional como personalmente, con un asesino convicto, Malcom Wallace, Mac, quien estaba relacionado con el asesinato de JFK, tanto por testimonio como por evidencia forense (incluyendo huellas dactilares). Sin embargo, ambas evidencias son todavía discutidas.
Sin embargo, 45 años después del asesinato, hay documentos que evidencian que LBJ, envidioso del poder de JFK en el partido demócrata, organizó un atentado y cambió el rumbo de la caravana para lograr su objetivo. Según esta teoría, sino, ¿cómo se explicaría que Oswald conociera el cambio de rumbo si todavía no se había hecho público en Dallas? Evidentemente, Oswald sabía de fuentes de la CIA el cambio de ruta. Y LBJ se habría llevado a la tumba el secreto que desvelaría la conspiración anti-Kennedy.
Hay quienes creen que Richard Nixon tuvo algo que ver en el asesinato de JFK. Según ellos, Nixon sentía animadversión hacia su presidente debido a que estaba resentido porque le "robó" la presidencia en 1960. Además, esto se sumó al supuesto temor de que JFK ganara las elecciones en 1964, dándole así fuerza a Robert F. Kennedy para ganar las elecciones en 1968 y, quién sabe, tal vez en 1972.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) fue frecuentemente mencionada en teorías de conspiración durante la década de 1960 y 1970, y estuvo envuelta en varias conspiraciones para asesinar a líderes extranjeros. Hace 25 años se prohibió a la CIA llevar a cabo asesinatos, pero actualmente se está tratando de levantar tal prohibición. Kennedy le dijo a su colaborador Clark Clifford (al poco tiempo de la fallida invasión de la Bahía de Cochinos) que, "Algo muy malo está ocurriendo dentro de la CIA y quiero saber qué es. Quiero desmantelar en mil pedazos a la CIA y moverlos a los cuatro vientos."
J. Edgar Hover fue el director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) desde 1925 a 1972, así como un amigo cercano de Lyndon B. Johnson.
Está documentado que antes de que el Presidente Kennedy fuera elegido, Hoover raramente reconocía la existencia de la Mafia. Se informó sobre los aparentes lazos de J. Edgar Hoover con la Mafia, así como sobre la reticencia del FBI a perseguir a sus miembros. El genio financiero de la Mafia Meyer Lansky supuestamente habría chantajeado a Hoover con respecto a su homosexualidad hacia 1935. Otra razón probable del fracaso de Hoover para detener a la Mafia era su preferencia por los blancos fáciles para mantener la imagen del FBI como los "policías top". Además, se sabía de los pagos que le hacía Clint Murchison a Hoover.
Después de que Kennedy se convirtiera en Presidente, aumentaron considerablemente las persecuciones a la Mafia por parte del Departamento de Justicia (del cual el FBI forma parte). La guerra entre las mafias que comenzó a finales de la década de 1950 provocó que el Fiscal General Robert Kennedy juzgara fuertemente a la Mafia en 1960. El 8 de marzo de 1964, días antes de que Hoover tuviera que testificar ante la Comisión Warren, Lyndon Johnson anunció que había designado a Hoover como Director de la Oficina Federal de Investigación (FBI) "de por vida" a los setenta años, terminando así su retiro. Johnson dijo en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca: “La nación no puede darse el privilegio de perderte.” Desde la muerte de Hoover en mayo de 1972, el período de un director de FBI está limitado por ley a 10 años.
Otra posible conspiración habría sido orquestada por la Mafia, como respuesta a los crecientes juicios a los que el nuevo Fiscal General, Robert F. Kennedy, sometía a estas organizaciones criminales (estos juicios se incrementaron hasta en 12 veces respecto al período del Presidente Dwight Eisenhower). Documentos no vistos por la Comisión Warren revelan que la Mafia estuvo trabajando en conjunto con la CIA en varios intentos de asesinato de Fidel Castro.
E incluso Gobierno israelí se vio salpicado en otra teoría conspiratoria ya que este no estaba contento con las presiones que estaba ejerciendo Kennedy en contra de su programa nuclear secreto o, los israelíes estaban molestos por las simpatías de Kennedy hacia los árabes, y la utilización de hombres que antes habían sido empleados de los nazis en sus programas espaciales. El gángster Meyer Lansky el vicepresidente Lyndon B. Johnson usualmente forman parte también de esta teoría como organizadores del golpe.
Una teoría menciona la emisión de alrededor de cuatro mil millones de dólares con respaldo de plata -y posteriormente oro- para quitarle el monopolio a la Reserva Federal, privada (Rockefeller y la Casa Morgan) de capitales extranjeros (algunos de los doce bancos tienen sedes en Londres o en paraísos fiscales). También el retiro de las tropas de Vietnam afectaría a los intereses de esos bancos.
También se argumento que dos agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos no estaban en sus puestos. El automóvil que ocupó Kennedy tenía dos estribos en el paragolpes trasero y dos piezas soldadas a la carrocería para que dos agentes se agarraran en ellas y estuvieran de pie tras el presidente y la primera dama, haciendo de escudos humanos. Esta medida elemental de seguridad se realiza con el fin de dificultar disparos hechos desde atrás, arriba y desde la lejanía. Ninguno de los dos estuvo en su puesto en el momento de los disparos, como se puede verificar en todas las filmaciones existentes. Asimismo, el automóvil en el que viajaba Kennedy iba al frente, pero por un simple protocolo de seguridad, no debería haber sido así: un automóvil con miembros del Servicio Secreto debía haber abierto la marcha. Este hecho, así como el giro no planeado que toma el convoy para entrar a la calle Elm, confirma, a decir de los que afirman esta teoría, que hubo una conspiración, sin mencionar la cantidad de testigos que "casualmente" fueron muriendo a lo largo de los años.
El escritor Edward Jay Epstein afirma que el entonces presidente cubano estaría detrás del magnicidio. En su libro, Epstein revela nuevos detalles y que ha sido fruto de una investigación que ha durado 48 años.
Lo cierto es que todavía persisten muchas dudas sobre el magnicidio, de hecho, una encuesta realizada en 2003 mostró que un 70% de los estadounidenses "sospechaban un complot" en el asesinato del Presidente Kennedy.