La reina Urraca de Castilla y León es una de las figuras más fascinantes y enigmáticas de la historia medieval española. Nació en 1081, hija del rey Alfonso VI de León y Castilla y de su segunda esposa, Constanza de Borgoña. Urraca fue la primera mujer en reinar de forma autónoma en Castilla y León, ocupando el trono entre 1109 y 1126. Su vida estuvo marcada por las complejidades políticas, las luchas internas y las tensiones familiares, y su reinado no fue fácil. Sin embargo, su figura ha despertado tanto interés por su capacidad para manejar el poder en una época dominada por hombres, como por las controversias y conflictos que rodearon su mandato. Urraca Infancia y matrimonio con Raimundo de Borgoña Urraca fue la primogénita del rey Alfonso VI, lo que le daba una posición destacada desde su nacimiento, aunque en un principio no estaba destinada a reinar. La unión de sus padres, Alfonso VI y Constanza de Borgoña, consolidó la relación entre los reinos hispánicos y los territorios fr
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AUTORRETRATO: LA REIVINDICACIÓN DEL ARTISTA
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Una de las
costumbres que se impuso en el Renacimiento y el Barroco fue que el artista se
autorretratara dentro de un gran cuadro para reafirmar su autoría, pero también
como forma de ser conocido.
Sofonisba
Anguissola es la artista que más autorretratos ha realizado a lo largo de la
historia de la pintura, seguida de cerca por Alberto DureroyRembrandt.
Jan Van Eyck
Primeros autoretratos
Según los expertos, los primeros
autorretratos de los que se tiene conocimiento datan del Antiguo Egipto
(alrededor del año 1300 a.C. ya hubo un escultor de nombre Bak que esculpió su
retrato sobre piedra).
Van der Weyden
Durante la Edad Media hubo
arquitectos de catedrales góticas que “firmaron” sus obras con pequeños
autorretratos esculpidos en sitios semi-escondidos de la arquitectura. En
pintura, el autorretrato en el románico, cuando se daba, tendía hacia la
estilización y el simbolismo, aunque ya en el gótico se fueron convirtiendo en representaciones
más fieles al oriinal.
Pero será en el Renacimiento cuando
el autorretrato va a irrumpir con fuerza. En este periodo el arte se elevó a
alturas desconocidas hasta entonces, va a significar un nuevo estado en la consideración
de la profesión de pintor, de su nivel intelectual y de su lugar en la escala
social. Esto hizo común la práctica de
autorretrato, ya que va a representar (en el Renacimiento
y el Barroco) la autoafirmación del artista y de su arte.
Jean Fourquet
Hasta ese momento solo Dios, y más tarde la monarquía, alto
clero y aristocracia, podían ser protagonistas de las obras de arte.
Al autorretratarse, los artistas se van a elevar a las más altas esferas, pero
también elevan su profesión de “oficio” artesano a la categoría de arte.
Igualmente, era una forma de que se le conociera, con el deseo, seguramente, de
posteridad.
En este momento
el autorretrato del artista podía aparecer de tres formas diferentes: podía
estar este incluido en una obra más grande (en pinturas de tipo religioso,
histórico o mitológico); retratarse, solo o
acompañado, con los utensilios o símbolos de su oficio (en relación con el
prestigio social derivado de su actividad); o en los que, simplemente, se
retrata.
Con el autorretrato se transmitía una
gran variedad de intenciones y mensajes (una imagen podía representar la
devoción, el reconocimiento de un Pontífice, de un benefactor, de unos esposos,
etc, es decir, para dejar constancia visual de la apariencia y carácter de las
personas), por lo que los autorretratos en uno de los géneros más ricos y
fascinantes de la historia de la pintura.
El autorretrato evolucionó de
forma significativa en el norte de Italia a finales del Renacimiento (según la
tradición grecorromana, de la que se hicieron eco los artistas de la época, el
hombre era la obra más perfecta de Dios), pero se extendió rápidamente por toda
Europa gracias al desarrollo del concepto humanista del individuo y la aparición
de nuevas técnicas pictóricas (pintura al óleo de secado más lento que al
fresco, lo que permite la realización con más detalle consiguiendo más
realismo) y la perspectiva.
Para muchos expertos, los
flamencos Van Eyck y Van Der Weyden, son los pioneros el realizar los retratos
y autorretratos ya no con una imagen idealizada, sino lo más fiel posible del
personaje.
El retrato pictórico del
Renacimiento se basaba en un sutilísimo equilibrio entre búsqueda del realismo
y la capacidad de “idealizar” a los personajes mediante leves correcciones de
los rasgos, la expresión, el porte y las ropas.
Pero hasta al menos hasta el siglo
XVII, son rarísimos los retratos realizados del “natural”. Para la elaboración el
artista se valía de realizar un dibujo del natural, lo más exacto y realista
posible, que después era reinterpretado en la transposición en pintura.
Filippino Lippi
La práctica del autorretrato ha
subsistido a lo largo de la historia de la pintura hasta la actualidad tanto
desde la perspectiva fisionómica, psicológica como artística, bien observándose
frente a un espejo como prescindiendo de la realidad. Estos pueden mostrar al
artista realizando su oficio, mostrando una circunstancia de su vida, parte de
su historia o sus visiones y preocupaciones más íntimas.
Antonello Messina
Autorretratos que dejaron huella
Se considera que el primer
autorretrato elaborado con la conciencia renacentista del individuo y del
pintor como artista lo realiza Jean Fouquet en 1470.
Pero ya antes, Jan van Eyck va a
realizar en 1434 su famoso Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa, donde
en un rasgo de modernidad sorprendente su figura aparecerá reflejada en el
espejo pintado en el lienzo (algo que imitará Velázquez en Las Meninas en
1656).
Tintoretto
Otro autorretrato que ha dejado
huella en la historia del arte es el dibujó que Leonardo Da Vinci realizó hacía
1512, con sesenta años, y que es interpretado como la apariencia real del
pintor, a pesar de no ser totalmente confiable.
No obstante, la imagen típica de
Leonardo que ha trascendido hasta nuestros ideas fue diseñada en 1516, a partir
de este autorretrato, voluntariamente adornado con ciertas características que
el artista deseaba que trascendieran. El dibujo está hecho con tiza roja sobre
un papel coloreado. En él Da Vinci se adorna a sí mismo con las galas de los
antiguos filósofos: frente cargada y surcada de profundas arrugas en alusión a
su intensa actividad intelectual; largos cabellos ondulados, de la misma
longitud que la barba, típico de pensadores;
y una boca firmemente apretada, como indicando la dedicación de Leonardo
a un problema que considera irresoluble. Los rasgos de Da Vinci es muy probable
que estén ahí, pero también una serie de códigos que él quiso transmitir de sí
mismo: el artista, el sabio y el hombre del Renacimiento.
Durero
Durero va a realizar la
representación que se considera más antigua de la niñez en un autorretrato que
aún realizó a la edad de trece años (1484). Años después se autorretrataría de
diversas maneras. Pero si el autorretrato de 1471 resulta impactante por su
elegancia y minuciosidad, el de 1500 como Ecce Homo, resultará
inquietante. Este impactante retrato frontal es la imagen más audaz que
jamás un artista había pintado de sí mismo. Pero es que además Durero, según
interpretan los expertos, no se limita a representarse como un elemento más de
una composición más amplia, sino que se refleja a sí mismo aisladamente y con
una postura de frente absoluto.
Sofonisba Anguissola
Esta posición estaba reservada en exclusiva a
Cristo. El resto de retratos suelen ser de perfil o de tres cuartos. Sin
embargo el artista no admite ningún matiz y se presenta a sí mismo con el aura
de una figura sagrada. Como en otros de sus autorretratos, los ojos y la mano
adquieren un singular protagonismo como símbolos de su profesión. Al
representarse él mismo como figura sagrada se equipara a Dios en dos sentidos:
ambos son creadores de una naturaleza propia, la real y la pictórica. El nuevo
pintor es un intelectual, pleno de sabiduría, digno para conversar con reyes y
príncipes de cualquier tema que se le proponga.
Catherina von Hemessen
Otros primeros autorretratistas serían: Berruguete (1470),
Boticelli (1475, Adoración de los Magos), Antonello Messina (1475), Filipino Lippi (1480), Tintoretto (1588), Parmigianino .
Artemisia Gentilesci
Lavinia Fontana
Autorretratos femeninos
Este privilegio del autorretrato
quedó, sin embargo, casi exclusivamente reducido a los hombres, apareciendo los
primeros autorretratos femeninos en el Renacimiento.
Al igual que ocurre con los
autorretratos masculinos, este género artístico servía de carta de presentación
de los artistas para sus clientes, que podrían juzgar así la destreza, estilo y
parecido. Les permitía además elegir con qué imagen querrían pasar a la
posteridad, aunque estas artistas rara vez utilizaban la técnica del espejo
para autorretratarse por considerarla un símbolo negativo de la vanidad
femenina.
Está comúnmente aceptado que una
de las primeras autorepresentaciones de una artista femenina fue el autorretrato
de Catharina Van Hemessen en 1548. Pero muchas han sido las mujeres artistas
que han trabajado este género, entre ellas, las primeras: Lavinia Fontana, Sofonisba
Anguissola, Artemisia Gentileschi, Elizabeth Vigée-Lebrun o Adèlaide
Labille-Guiard.
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Margaret Keane es esencialmente una retratista al óleo cuyos personajes preferidos son mujeres, niños y animales domésticos. La característica principal de esta pintora estadounidense es que en todos sus cuadros los protagonistas aparecen con enormes y tristes ojos. Margaret Keane Historia de un vil engaño Margaret Doris Hawkins (Nashville, Tennesse, USA, 1927) siempre le gustó pintar grandes ojos en sus retratos. De pequeña era conocida en la iglesia local por sus bocetos de ángeles con grandes ojos. Se casó joven y en 1950 tuvo a su primer y única hija, Jane. El matrimonio no duró mucho. Tras su separación Margaret contraje nuevas nupcias en 1955 con un agente inmobiliario llamado Walter Keane. Su nuevo esposo vio en los cuadros de Margaret un filón y dejó su negocio para dedicarse a vender estos en forma masiva en grandes almacenes, libros de cómic y revistas. Mientras, Margaret continuó perfeccionando su técnica, pero simplemente firmaba co
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