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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

LOS ÚLTIMOS “AMORES OSCUROS” DE LORCA

En la edición (no autorizada) de los “Sonetos del Amor Oscuro”, Lorca da a entender, por primera vez y de forma explícita, su reivindicación de la homosexualidad.

Se cree que en los días previos a la detención del poeta, que se produjo el 16 de agosto de 1936 en la casa de la familia Rosales donde él había buscado refugio, trabajaba precisamente sobre los “sonetos”.

Lorca

Los Sonetos del Amor Oscuro

Los Sonetos del Amor Oscuro” son una colección de sonetos escritos por Federico García Lorca (1898-1936) durante sus últimos años de vida recopilados y publicados póstumamente.

Los herederos de Lorca conservan los once sonetos amorosos, escritos por el poeta en papel de cartas con membrete del Hotel Victoria, de Valencia 8la mayoría de ellos primeros borradores), donde al parecer el poeta inició la serie en 1935, a los que se han unido se han unido una serie de sonetos de temática distinta, algunos de los cuales se remontan a 1924 y otros fueron escritos por el poeta durante su estancia en Nueva York.



  La angustia sentimental que vivía Lorca y la «nueva moral» que reivindicaba encontraron expresión en estos sonetos donde confiesa su homosexualidad y su visión del amor: «la normalidad no es ni lo tuyo de conocer sólo a la mujer, ni lo mío. Lo normal es el amor sin límites. (···) En lo mío no hay tergiversación. Uno y otros son como son. Sin trueques. No hay quien mande, no hay quien domine, no hay sometimiento. No hay substitución ni remedo. No hay más que abandono y goce mutuo. Pero se necesitaría una verdadera revolución. Una nueva moral, una moral de la libertad entera. Ésa es la que pedía Walt Withman.».

Según algunos estudiosos de Lorca este siguió trabajando en estos sonetos los días que permaneció refugiado en casa de los Rosales, en Granada, donde permaneció refugiado antes de su prematura muerte.

En 1981 se publicó la traducción al francés de André Belamich de los once sonetos, (incluyendo los cinco sonetos amorosos publicados hasta entonces) porque según Manuel F. Montesinos, sobrino de García Lorca. «en España nadie mostró interés». La publicación francesa de los textos de Lorca provocó la indignación del mundo literario español y los estudiosos de su obra.

Lorca
Así, en 1984 la familia de Lorca permitió al diario español ABC, que abonó un millón de pesetas por soneto, que fotografiara y publicara los originales autógrafos de los once sonetos amorosos.
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¿Pero quién podría ser el receptor o receptores de esos “Sonetos del Amor Oscuro”?
  
Rapún

Para el hispanista Ian Gibson, parece probable que fuera Rafael Rodríguez Rapún el destinatario de tales sonetos pues según Gibson este fue «el más hondo amor de Lorca».

Tras su viaje a Nueva York, García Lorca volvió liberado de muchos fantasmas y complejos. Y además ya era un autor de éxito, como dramaturgo y poeta. A partir de entonces se vuelve más explícita su homosexualidad. Ya la ha asumido y no le asusta.

Rapún, un joven de 23 años estudiante de Ingeniería y Derecho, fue secretario de La Barraca desde 1933 (un grupo de teatro universitario que representó obras teatrales del Siglo de Oro) por ciudades y pueblos de España. El proyecto se frustró con el estallido de la Guerra Civil Española).

Rapún no era homosexual, pero cayó bajo el encanto de Lorca. Una carta que conserva la Fundación García Lorca y firmada por Rafael Rodríguez Rapún confirma que existe una relación amorosa. Sin embargo, muchas veces le es infiel con mujeres lo que deja a Lorca destrozado y desesperado. Parece seguro que Rapún es el destinatario del soneto en el que el poeta manda a su amor una paloma.
  
La discreción de los amigos que sobrevivieron y la ausencia de cartas y diarios íntimos dificulta el seguimiento de su relación.

Cuando comenzó la guerra participó en la defensa de Madrid como miliciano, antes de ir a formarse como oficial a las escuelas populares de guerra. Rafael lo hizo en la de Lorca, Murcia, que era la de artillería, de la que salió como teniente a defender el frente norte de las tropas de Franco. Murió en Bárcena de Pie de Concha, cerca de Reinosa, el 19 de agosto de 1937, un año después de la desaparición de Loraca en Víznar, Granada. Está enterrado en el cementerio de Ciriego, cerca de Santander.

Poema a Ramírez de Lucas
 Ramírez de Lucas

También se tienen datos del que probablemente fuera el último amor de Lorca, el periodista y crítico de artes Juan Ramírez de Lucas.

Ramírez conservó en su poder una serie de documentos, fruto de su truncada relación con el poeta, que entregó a una de sus hermanas para hacerlos públicos a su muerte (unos diarios, una carta, un romance y un dibujo).

Según los diarios que custodia la familia, fueron amantes clandestinos porque Ramírez de Lucas era menor de edad en 1936. Todo habla de sus amores con el poeta granadino, documentos que muy pocos han visto. Sin embargo, a varias de estas personas que sí han tenido acceso a ellos no les cuadra la angustia que desprende buena parte de los sonetos con el tono feliz que reflejan los papeles de Ramírez de Lucas en los que habla de su relación con el poeta.

La pareja se despidió, el mes de julio de 1936, en la estación de Atocha. Ramírez de Lucas iba camino de Albacete, buscando el permiso familiar (la mayoría de edad era a los 21) para poder marcharse a América con el poeta. Lorca subió al tren rumbo a Granada para despedirse de sus padres antes de partir para México.

Los planes de la pareja no pudieron salir peor. El padre de Ramírez de Lucas puso el grito en el cielo y amenazó con poner el asunto en manos de la Guardia Civil si intentaba salir de Albacete sin su autorización. Simultáneamente, desde la Huerta de San Vicente en Granada, Lorca telefoneaba animándole a que fuera paciente y comprendiera a su familia. Pensaba que se impondría la razón y acabarían entendiéndolo. Luego llegó el arresto de Lorca, en casa de la familia Rosales, y su fusilamiento el 18 de agosto de 1936..

Tras confirmarse la muerte de Federico García Lorca, Juan Ramírez de Lucas guardó como oro en paño los restos en papel de aquel amor de juventud, lo último una carta que le llegó de él a Albacete datada el 18 de julio de 1936 en Granada, en la que  Lorca incidía en que Juan Ramírez de Lucas debía ser fuerte y tratar de convencer a sus padres para que respetaran sus ideas. “Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y te pido que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: es preciso que vuelvas a reír. A mí me han pasado también cosas gordas, por no decir terribles, y las he toreado con gracia”, se lee en uno de los párrafos.

También guardaba Ramírez de Lucas un poema que le dedicó Lorca cuando ambos viajaban hacia Córdoba. Según los testimonios reflejados en su diario, Lorca lo escribió sobre la marcha, en el único papel que llevaban encima, un recibo de la Academia Orad, donde estudiaba Ramírez de Lucas (el pago del mes de mayo de 1935).

El escritor Manuel Francisco Reina (autor del libro “Los amores oscuros”) cree que este poema es indicativo de que los Sonetos del amor oscuro (que el poeta empezó a escribir en Valencia en 1935) estuvieran dedicados a Ramírez de Lucas y no a Rodríguez Rapún, cuya relación con Lorca, dice, se rompió antes del viaje de Federico a Buenos Aires.

Gibson apunta también que Luis Rosales, en cuya casa pasó el poeta sus últimos días, entregó a Ramírez de Lucas, años después de la muerte de Lorca, una carpeta con todos los sonetos mecanografiados que había encontrado en la buhardilla de su familia porque «pensaban que esos documentos debían quedar en su poder».

Sin embargo, parece ser que los investigadores de la vida de Lorca no han encontrado ninguna foto ni ninguna mención a este y que Ramírez de Lucas ocultó hasta su muerte (no contó su relación con Lorca ni a su nuevo compañero, con el que vivió 30 años). Que se sepa, hasta la fecha, y por razones  desconocidas, la familia se niega a dar a conocer los manuscritos.

Ramírez de Lucas murio en Madrid en 2010 a los 93 años de edad.
  
Valdivieso

Y otro amor, Eduardo Rodríguez Valdivieso. Se conocieron en una fiesta de disfraces en 1931.
Valdivieso también ocultó su amistad con el poeta. Hasta que, en los años noventa, entregó su archivo a Fuentevaqueros. Entonces se conocieron las cartas que le había escrito García Lorca, tan líricas y explícitas como los sonetos. También quería hacerle actor y llevarle con él fuera de Granada, como a Rafael R. Rapún y a Juan Ramírez de Lucas.

En agosto de 2013 vieron la luz seis cartas que Lorca envió a Eduardo Rodríguez Valdivieso (en un libro que prologó Juan de Loxa, estudioso del poeta granadino y primer director de su Casa Natal), quien les procuró "mil escondites" por su contenido amoroso.

Las cartas, escritas  entre el otoño de 1932 y abril de 1933, se las envió Lorca a un jovencísimo y "querido Eduardito", como dicen las misivas, que él se ocupó de recuperar.

Rodríguez Valdivieso (que no era homosexual) fue también consejero literario de Lorca, y desde entonces mantuvieron una estrecha amistad, hasta la muerte del poeta, plasmada en una intensa relación epistolar. En esas líneas, Lorca daba cuenta de sus ensayos teatrales, conferencias, viajes y proyectos firmando "tu leal Federico" y que quedaron escondidas hasta que De Loxa logró su cesión al Museo-Casa Natal del poeta granadino.

"¿Querrás creer que a la única persona de Granada que escribo es a ti? No leas mis cartas a nadie pues carta que se lee es intimidad que se pierde", pidió Lorca en la primera de sus misivas, llenas de planes como el "quiero que pases unos días conmigo" con el que se despedía en una de ellas. Valdivieso estuvo con varias veces en la Huerta de San Vicente en julio de 1936.

Cuando Valdivieso supo que Federico había muerto no supo donde esconder las carta porque se sintió poseedor de una bomba de relojería. Los temores de Valdivieso se pueden explicar en un marco de represión de la homosexualidad y más en ciudades pequeñas donde era considerado el más espantoso de los crímenes.

Como a tantos otros amigos, Lorca, le marcó para el resto de sus días.Valdivieso guardó durante 60 años, atemorizado por posibles las posibles represalias, las cartas de amor -no correspondido- que el poeta le envió cuando él apenas tenía 20 años (1932) y que se conocieron en 1994. Eduardo Rodríguez Valdivieso, fallecido en 1997 a los 83 años de edad.

¿Quién se habría ido con él si no le hubieran asesinado en agosto de 1936?. Quizá nunca lo sepamos?.


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