Jenaro
Pérez Villaamil es el paisajista del Romanticismo español por excelencia, y el que puso de moda la pintura de paisaje en la España del siglo XIX.
Sus
paisajes se caracterizarán por una neblina dorada que otorga un aspecto
romántico a la composición, el empleo de figurillas para dar mayor vitalidad al
conjunto y el recurso de una amplia perspectiva.
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Iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo |
El paisaje en el románticismo
En España no había tradición
paisajística, por cuanto que al llegar los corrientes románticas hubo un
verdadero frenesí por buscar ejemplos fuera del país.
Tres
fueron los influjos fundamentales que recibió el paisajismo romántico español:
el británico, el francés y el de los Países Bajos.
No obstante, el paisaje español del romanticismo también tuvo sus propias
características como fue el pintoresquismo, es decir, la presencia humana, de
índole popular y costumbrista, aunque también va a estar presente en las
composiciones la arquitectura y las vistas de interiores de grandes y amplias
perspectivas.
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Asalto a la diligencia |
Los paisajistas españoles
Las obras de su primera
etapa oscilaron entre la influencia de la pintura flamenca del siglo XVII y la
francesa del XVIII pero siempre dentro de una constante paisajística de amplias
perspectivas adornadas de figurillas populares y decorados muy al gusto del romanticismo,
como las ruinas romanas.
Su segundo etapa se
acerca a la paisajística británica (recibió el
influjo de la pintura de paisaje británica en Sevilla, por medio del pintor
escocés David Roberts) con
predominio de las vistas con motivos arquitectónicos envueltos en románticos
crepúsculos e interiores de monumentos (generalmente medievales) con atmósfera suave
y poblados de personajes populares.
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Castillo de Gaucin |
Su técnica es empastada y el colorido cálido y brillante, envolviendo sus paisajes
o sus interiores con una atmósfera vaporosa que dan la impresión de ambientes
de ensueño.
Jenaro
Pérez Villamil fue además
pionero en España en la introducción de los temas orientalistas.
En 1845 obtuvo la primera cátedra de paisaje en España, en la Real
Academia de Arte de San Fernando, de la que posteriormente sería director y
académico de mérito. Fue también pintor de cámara de Isabel II.
En
la plenitud de su fama, Villaamil falleció en Madrid en 1854, a los 47 años, sus restos reposan en la Sacramental de San
Junto en Madrid.
Fue autor de una colección de litografías, publicadas en tres volúmenes en París
entre 1842 y 1850, bajo el nombre genérico de “España artística y
monumental” donde se recogían las vistas y la descripción de
destacados monumentos españole.
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Paisaje con ruinas antiguas |
Junto
a Jenaro Pérez Villamil, en el círculo de Madrid, hubo también otros destacados
pintores del paisajismo romántico como Antonio de Brugada (1804-1863), Vicente
Camarón (1803-1864; Fernando Ferrant (1810-1856); José María Avrial y Flores
(1807-1891; Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870); Juan Pérez Villaamil, hermano
de Jenaro; Francisco de Paula Van Halen; José Brugada, hermano de Antonio, y
Antonio Rotondo. Igualmente cultivaron un paisajismo de cierto corte romántico,
ya en la segunda mitad del siglo XIX, Pablo Gonzalvo, Cecilio Pizarro, Vicente
Poleró, Pedro Kuntz y Pedro Pérez de Castro. En el círculo sevillano: Manuel
Barrón y Carrillo (1814-1884) y a Andrés Cortés. En Barcelona: Luis Rigalt (1814-1894),
hijo de Pablo Rigalt; Francisco Javier Parcerisa (1803-1876) y Joaquín Cabanyes
(1799-1876).
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