Teresa
Díez, data de los primeros años del siglo XIV y se puede considerar la primera gran pintora de la historia del
arte español.
Durante
la Edad Media las artes eran consideradas “oficios”, estaban realizadas
mayoritariamente por hombres y escasamente iban firmadas. Pero Teresa Diez fue
una excepción, no sólo osó colarse en oficio de varón, sino que además firmó su
obra.
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Aparición de Cristo a la Magdalena |
La controversia
Hay
algunos especialistas del arte que siguen negando categóricamente que Teresa
Diez fuera pintora, y se afanan en decir que sólo era mecenas de esas obras.
Estos se basan en el escudo de armas
bajo la firma de Teresa Díez y que era poco usual que se incluyeran
directamente en las obras las firmas de los autores, pero sí los de los
mecenas.
En el
lado contrario, los defensores de que estas obras fueron realizadas por Teresa
Díez consideran, con respecto a este dato, que muy probablemente Teresa Díez
proviniera de una familia pudiente, y que por tanto, fuera ella misma la que
efectivamente costeara las obras y además las pintara.
Por
otro lado, los firmes partidarios de que Teresa Díez fue la pintora de sus
obras y no la mecenas aducen que no tiene sentido que firmara estos “frescos”
como gratitud al lugar donde hubiera debido ser enterrada puesto que no figura
su tumba en ninguna de las iglesias o conventos en los que pintó.
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Ciclo Catalina de Alejandría |
Los pintores de la época,
considerados “artesanos” (ya que trabajaban con las manos) que no artistas, en
incontables ocasiones no firmaban su obra, mientras el promotor correspondiente
se congratulaba en hacerlo debido a que este último pertenecerá al estamento
privilegiado y su mérito de mecenazgo.
Pintura
gótica de autor
Teresa desarrolló
su actividad en los primeros años del gótico en Salamanca. Artísticamente, sus obras las realizaba mediante la técnica del "fresco seco" y corresponden cronológicamente a la
fase del llamado gótico-lineal o franco-gótico.
Sus obras, como en
el resto de obras de otros autores de la época, no tienen perspectiva, las figuras sólo tienen dos dimensiones y,
cuando se tiene que representar muchas figuras la dificultad de inserirlas en
un marco reducido se resuelve recurriendo a la
isocefalia y a la perspectiva escalonada.
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Adoración de los Magos de Oriente |
Pero en las pinturas
de Teresa Díez predomina el naturalismo, e incluso cierta ternura en sus
figuras y proximidad a la vida cotidiana y a la realidad histórica del
momento. Ella, en su condición de mujer dotaba a sus obras de una sensibilidad
de la que carecían las obras masculinas de sus contemporáneos.
Se adecuó,
evidentemente, a las normas artísticas de su época, pero como mujer hizo guiños
en sus murales, donde se aprecia un claro predominio de mujeres, y a las que
dedicó el grueso de su obra, como puede comprobarse en su obra donde Cristo se
aparece a Magdalena. Escogió el momento crucial en el que es una mujer a la que
primero se le aparece Jesús resucitado, pero es que además, detrás, no es San
Jorge el que está matando al dragón, sino Santa Marta.
También se puede
apreciar como eligió a Santa Catalina de Alejandria para uno de sus ciclos no
tanto por ser una santa sino una mujer sabia que desde pequeña se dedicó al
estudio de las artes liberales (es la patrona de aquellos y aquellas que se
dedican a la filosofía), es decir, por haber disfrutado de lo que en la época
medieval se le negaba a las mujeres, la educación académica. Las santas a las
que dedicó su pincel destacaron por ser más que santas.
Dando por sentado
que eran sus obras, la autora firmaba con el título: "TERESA DIEÇ ME
FECIT" (Teresa Díez me hizo).
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Su firma y escudo |
Sus obras
Es autora del ciclo de pinturas
murales góticas del coro del Real Monasterio de Santa Clara de Toro (Zamora),
el ciclo pictórico dedicado a Santa Catalina de Alejandría. También en la Colegiata y en la iglesia de San
Pedro, de la misma población, además de la cabecera del templo de La Hiniesta y
de los murales de los pies de la iglesia de Santa maría la Nueva de Zamora, con
el ciclo de San Juan Bautista, escenas relacionadas con la vida de Cristo;
Epifanía, representaciones de varios santos; y una gran figuración de San
Cristóbal de la que sólo se conservan dos piezas, siendo en este conjunto donde
aparecerá la frase: “Teresa Diez me feçit” (datado este en torno a 1316).
En 1962 todos los murales de la iglesia de las clarisas fueron
pasados a lienzo y restaurados y actualmente se encuentran en la Iglesia de San
Sebastián de los Caballeros (Zamora).
También algunas de estas pinturas han sido reproducidas en
catálogos de exposiciones de "Las Edades del Hombre". Sin embargo,
estas obras no figuran en el apartado de pintura medieval española de muchos de
los libros y manuales dedicados al estudio de la historia del arte de este
período.
Teresa Díez fue descubierta en 1955 con motivo de las obras de restauración en
el Real Monasterio de las Clarisas de Toro.