Tiziano
fue una de las fuentes de inspiración más importantes para Rubens, quien a lo
largo de toda su vida copió y dibujo gran parte de las obras del maestro
italiano.
Ya
durante su viaje a Italia, Rubens no
dudó en copiar todas las obras de Tiziano que tuvo a su alcance, tomándolas
como punto de partida para buena parte de sus trabajos.
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Adán y Eva de Tiziano |
Rubens, el copista de Tiziano
Rubens no dejó nunca de tener a Tiziano en su pensamiento y
copió, por puro deleite, para tenerlas consigo, casi todas las obras del
italiano. Fueron copias que guardó para sí, que no eran encargos
ni las hizo para vender, todas llegan a las Colecciones reales españolas después
de la muerte de Rubens y son sus herederos quienes las venden.
La fascinación de
Rubens por Tiziano era tal que, durante sus estancias en España (en 1603 y
1628), dedicó el tiempo que le dejaban libre sus tareas diplomáticas a realizar
copias de las obras del pintor veneciano. Y es que, no en vano, Carlos
IV era poseedor, por herencia, de la mayor colección de pinturas de Tiziano que
existía en Europa gracias a Carlos I, por ser su pintor de cámara, y Felipe II, por adquisición.
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Adán y Eva de Rubenx |
La intención del
flamenco no era otra que la de pintarlas para su propio disfrute, pues se las
llevó consigo a los Países Bajos y formaron parte de su colección personal
hasta su muerte. Felipe IV, después de 1640, adquirió el cuadro de Adán y Eva (y otras copias que figuraban en el
inventario de los bienes de Rubens) dentro de un lote para adornar los salones
del Pardo.
El estudio de un modelo a través de su copia supone para
Rubens algo más que la ocasión de ejercitar su propia habilidad de llevar a
cabo citaciones artísticas precisas y concretas
En
algunas de estas copias de Rubens a Tiziano, existen algunas variaciones
respecto al original, diferencias en torno al tratamiento de la luz y el color,
el paisaje, etc , pero existe una singular cercanía entre ambos artistas.
Cuando
Rubens no copia fielmente a Tiziano, de hecho son calcos perfectos, imprime al lienzo su
sello personal, como ocurre de forma más rotunda en Adán y Eva, donde
aparte de la técnica, los contornos de los personajes son más rotundos y los
coloridos más brillantes. Se aprecia una sutil diferencia en la interpretación
psicológica de la escena.
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La ofrenda de Venus. Tiziano |
Rubens muestra un
Adán algo más maduro y, sobre todo, más humano, más comprensivo respecto de la
tentación de Eva. Incluye en la composición el papagayo que faltaba en la de
Tiziano, intentando quizá equilibrar los signos del mal (la serpiente y el
zorro) con los de la Redención (el papagayo es símbolo del nacimiento de Cristo
de una virgen).
La vaporosa y difusa
silueta de la Eva de Tiziano, con su rostro envuelto en una misteriosa sombra,
nos aparece como una figura más poética que la del flamenco. Ésta, con sus
blancas y luminosas carnes, resulta, sin embargo, más graciosa, más material.
El cuadro original, pintado hacia 1550, lo compró Felipe II en 1571 (en aquel
tiempo las copias eran algo muy valioso) para su ministro Antonio Pérez. Se
dice que antes de enviarlo, Tiziano, advertido del creciente puritanismo de la
corte española y del monarca, le añadió a Eva la rama de higuera con que cubre
su sexo. Cuando Antonio Pérez cayó en desgracia (el cuadro pertenecía a este),
el Adán y Eva pasó a las colecciones reales. Se
colocó en la sacristía del Alcázar en 1600, donde debió de copiarlo Rubens.
Los investigadores
creen que estos cambios en la obra pueden interpretarse como que Rubens sentía una incomodidad, algo no encajaba para él en la
pintura de Tiziano y tuvo tentación de mejorarlo.
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El rapto de Euroapa. Tiziano |
Por otro lado, para este Adán
y Eva Tiziano se inspiró a su vez en los frescos de Rafael
de la Stanza della Segnatura Vaticano y en el grabado de la misma temática de
Alberto Durero (1504).
No son copias, sino inspiración
Gracias
a las obras de Tiziano, Rubens descubre el mundo de luces y colores creado por
el veneciano que provocará en el flamenco un importante cambio que se dejará
ver en su pintura.
Pero
esta influencia del gran maestro veneciano será tan admirada y asumida por una
buena nómina de artistas, desde Velásquez a Goya pasando por Rembrandt o van
Dyck.
Rubens copió también
obras de Tintoretto, Leonardo, Correggio, Miguel Ángel y Giulio Romano, aunque
a su muerte se contaban más de 30 obras copiadas de Tiziano en Roma, Mantua y
España.
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La bacanal de los andrios. Tiziano |
Los expertos llegan a la conclusión, tras la comparación de
las obras de Tiziano y Rubens, de que el maestro flamenco no buscaba una
imitación sin más de las del italiano, sino un estímulo para sus propias obras.
Por tanto, más que de copias cabe hablar, dicen, de versiones de obras maestras
de un genio del renacimiento por otro del barroco.
Estas copias, pues,
pueden considerarse como creaciones: Rubens tomaba en algunos casos partes de
las composiciones y figuras individuales, insertándolas, en sitios adecuados de
sus propios cuadros. Por ello, se puede decir que una copia de un gran maestro
es siempre un original.
Además de Adán y Eva, Rubens copia de
Tiziano, entre otros muchos, cuadros tan famosos como La ofrenda de Venus, El rapto de Europa (cuyo original aparece en el fondo de Las Hilanderas de
Velásquez estableciendo una línea fundamental en la historia de la pintura
entre Tizinao, Rubens y Velásquez) o La bacanal de los andrios.