Edgar Degas
exprimió todas las posibilidades expresivas del cuerpo humano en la figura
femenina.
Aunque adquirió
fama con los temas relativos al solaz urbano y los retratos de vaporosas
bailarinas de ballet, no abandonó nunca el tema del desnudo femenino a lo largo
de su carrera.
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El barreño |
Obsesiones
y contradicciones
Edgar Degas (1834-1917) nunca se consideró integrante del
movimiento Impresionista, al igual que criticó los principios básicos de este
movimiento, sin embargo, frecuentó su ambiente y participó en sus exposiciones.
Sus diferencias se constatan en su oposición radical a pintar al aire libre,
así como en la postura que adoptó en la cuestión del dibujo y la forma,
sustancialmente divergente de los planteamientos impresionistas.
Así, Degas muestras en primera persona las contradicciones de
su tiempo. A pesar de inspirarse en los maestros del pasado, sus escenas
rebosan modernidad. También defendía la línea sobre el color, pero será uno de
los mejores coloristas del momento en algunas obras. Odiaba los honores
oficiales, pero quería triunfar en el Salón de París. Será considerado uno de los fundadores del
Impresionismo, pero prefería llamarlo realismo.
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Ballet Rehearsal |
En el inicio de su carrera se dedicó principalmente al retrato, tanto individual como
colectivo, siendo estos muy apreciados por la complejidad psicológica y
sensación de verdad que transmiten, pero Degas será admirado por ser un gran
dibujante y por su magistral captación de la sensaciones de vida y movimiento,
especialmente en sus obras de bailarinas, carreras de caballos y desnudos.
Se obsesionó con los grabados, que perfeccionó hasta la
saciedad. Otra faceta destacada de su arte es la escultura, realizando
numerosas estatuas de caballos, bailarinas o bañistas desnudas, llegando a ser
considerado por Renoir como el mejor escultor moderno, por delante incluso de
Rodin.
Una de las técnicas favoritas del artista será el pastel,
perfeccionándolo durante años mediante la superposición de diferentes capas.
Conformé va evolucionando en la pintura, el colorido de sus
obras será cada vez más sugerente, resultando obras de especial
delicadeza.
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La bebedora de absenta |
En la primera etapa de su trayectoria artística y fiel a la
tradición, cultivó de modo preferente el retrato y la pintura histórica, siendo
La familia Bellilli su primera obra significativa.
Entre 1865 y 1875, el descubrimiento de la fotografía, las
estampas japonesas, su encuentro en 1862 con Manet y su participación en las tertulias del café
Guerbois le convertirán en el pintor clásico de la vida moderna, abandonando
totalmente la pintura histórica y se dedicará a la observación de la vida
contemporánea. Su clasicismo se vio enriquecido y lo llevó a realizar
composiciones descentradas, con perspectivas audaces.
Obras de este periodo son: La dama de los
crisantemos (Nueva York,
Metropolitan), Retrato de madame Camus (Washington, National Gallery) o Almacén de algodón en Nueva Orleans (Pau, Museo de Bellas Artes). En estas
obras trabajará mucho los efectos nocturnos de lámparas, velas, etc.
Asimismo,
realizará escenas de carreras de caballos que le permitieron estudiar el
movimiento de caballos y jinetes dentro de un contexto moderno. Las carreras
delante de las tribunas y Caballos de carreras en Longchamps (París,
Museo d´Orsay, son las únicas composiciones que Degas realizó al aire libre.
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La oficina de algodón de N. Orleans |
Modistas, lavanderas y bailarinas
También
comenzó a pintar en esta época mujeres trabajando como modistas o lavanderas o
sombrereras (logrando composiciones inéditas a base de conjugar la
representación de curiosos sombreros y tocados, amén de clientas que son
observadas desde los más insólitos rincones), pero sobre todo con un nuevo tema con el que se le identificaría
particularmente: las bailarinas.
Este
tema le obsesionó.Degas retrató bailarinas ensayando o preparándose tras el
escenario y en diversas fases.
A partir de 1870, las obras de
bailarinas aumentaron considerablemente, en parte porque las pinturas de esta temática se vendían
bien.
Pocos artistas han dado una visión tan completa de las
entrañas de la danza como hará Degas. Pasaba largas jornadas contemplando los
extenuantes ensayos de las jóvenes sintiéndose
especialmente atraído por ese mundo.
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Antes de la carrera |
Emplearía modelos reales, aunque también se valía del amplio
repertorio de posturas que había realizado anteriormente, llegando a calcarlas
e invertirlas para crear nuevas imágenes.
El baile le permitía, mucho mejor que otros temas,
descomponer el movimiento, dado que le fue factible examinar todas las posturas
realizadas por una bailarina en particular o por el conjunto de un ballet en
general, bien como espectador tras los bastidores, bien desde el foso de la
orquesta, bien como testigo de los ensayos correspondientes. Fruto de esta
observación minuciosa es la captación que hace el artista de ademanes y gestos
momentáneos, captación que traslada a sus pinturas con un naturalismo propio de
la técnica fotográfica (El Fover del ballet en la ópera, La clase de baile, Ensayo del ballet en el escenario, Fín de arabesco....) y que
constituyen un buen exponente de esa mezcla de tradición y modernidad propia de
Degas.
Degas
comenzó de igual manera a retratar escenas en cafés, como en sus obras
La bebedora de absenta (París,
Museo d'Orsay), Café concierto des Ambassadeurs (Lyon, Museo de Bellas
Artes), La cantante del guante (Cambridge, Massachusetts, Fogg Art Museum).
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El ballet clásico |
La fama de Degas empezó a crecer
en la década de los setenta, vendiendo un buen número de cuadros con cierta
facilidad. Sin embargo, las tensiones entre los miembros del grupo
impresionista y Degas eran cada vez mayores. Gracias a Camille Pissarro las
críticas fueron suavizadas y la unión de los integrantes del movimiento parecía
asegurada. Pero Degas se fue convirtiendo en un personaje solitario, dejando de
exponer con otros artistas e incluso no exhibiendo sus obras al público. A
partir de ese momento surge el aspecto legendario en su vida, mostrándole como
un hombre amargado, de mal carácter, misógino y arrogante.
Al
cambiar el tema en sus obras, Degas cambió de igual manera su técnica (pasó a
usar el pastel) y estilo. La paleta de colores opacos, que surgieron por
influencia de la pintura holandesa, fue remplazada por colores mucho más vivos
y pinceladas mucho más marcadas.
A
finales de la década de 1870, Degas dominaba tanto el óleo sobre lienzo como el
pastel, lo que le permite trazar las formas con más facilidad y explotar
libremente el uso de los colores.
Alrededor de esos años, Degas retoma la técnica del grabado, la cual había abandonado
diez años atrás. Hacia 1880 la escultura se había convertido en otro apartado
más de la búsqueda de Degas por encontrar nuevos y diferentes medios
expresivos, aunque el artista únicamente mostró en público una escultura a lo
largo de su vida.
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Después del baño |
En la
evolución que sufrió el estilo del arte de Degas, algunas características se
mantuvieron inmutables a lo largo de toda su vida. Primeramente, sus pinturas
se realizaban en interiores (usualmente en su estudio) utilizando como
referencia la memoria, fotografías o modelo, sus pocos paisajes fueron
compuestos a través de la imaginación o incluso de memoria.
Las escenas de circo
también aparecerán en sus cuadros. Especial relevancia tuvo 'Miss La La en el Circo Fernando' (1879), por lo original de la temática y
la valiente composición (eligió un momento álgido de la actuación, cuando la
trapecista sujetando sólo con la boca
una anilla atada a una larga cuerda, se elevaba más de 21 metros. Degas capturó
en la pintura el momento de más tensión del momento.
Los desnudos
Degas depuró el desnudo durante
toda su carrera y abarcó las formas del cuerpo en estado puro. Hay obras con
escenas de burdel, bañistas, óleos de mujeres en su aseo diario..., hasta
incluso la actitud sexual de una prostituta (Barreño...).,
Sus pinturas de burdeles muestran su
atracción por la temática de la prostitución, anticipándose a su gran
continuador Henri de Toulouse-Lautec.
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La orquesta de la ópera |
En esta serie de desnudos Degas se propuso ofrecer una nueva
visión del desnudo, presentándolo bien de espaldas, bien desde arriba, pero
casi nunca de frente. Un nuevo enfoque que el pintor justificó diciendo que
"hasta ahora, el desnudo había sido presentado en posturas que presuponían
un público. Pero mis mujeres son gente sencilla, honesta, que sólo se ocupa de
su esmero físico. He aquí otra: está lavándose los pies y es como si yo la
mirara por el ojo de la cerradura".
Al final de su vida estaba prácticamente ciego. La
depresión le embargó y las enfermedades
serán continuas.
El carácter del artista se hace cada vez más agrio con el
paso del tiempo, mostrando de manera abierta sus prejuicios sociales,
criticando la democracia y la educación de las clases trabajadoras, e incluso
mostró un antisemitismo a ultranza. Los cambios vividos al iniciarse el siglo
XX le convierten en un hombre ultraconservador y tradicionalista. Desde 1900 el
artista redujo mucho su producción, renunciando a trabajar a partir de 1912.
En sus últimos años se dedica al coleccionismo. Adquiere una
importante cantidad de cuadros, llegando incluso a cambiarlos por sus propias
obras. En su colección estaban representados los más diversos maestros: desde
Ingres hasta Cézanne, pasando por Delacroix, Gauguin e incluso Van Gogh,
Mary Cassatt y Berthe Morisot.
Era un
solitario. Sus últimos meses los pasó postrado en la cama, falleciendo el 27 de
septiembre de 1917 en París.
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