En los últimos años
del XIX y los primeros del XX los
artistas sin recursos superpoblaban Paris en busca de la modernidad y la
vanguardia en clara oposición a los Salones Oficiales.
Estos artistas serían
conocidos por dar paso a un nuevo estilo: el impresionismo, pero también por su compromiso con la
contemporaneidad con temas como el paisaje como lugar de ocio, la noche, el
alcohol o la prostitución.
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Mujeres en la terraza de un café. Degas |
Rompiendo con el academicismo
El
origen del Impresionismo suele identificarse con la aventura iniciada por una
serie de jóvenes pintores independientes que respondian a los nombres de Monet,
Renoir, Pizarro, Sisley, Cézanne, Manet, Degas, Faustin-Latour, Bazille o
Morisot, quienes, dolidos y hartos de verse excluidos sistemáticamente del
Salón parisino oficial, decidirían organizar sus propias exposiciones
(realizarían un total de ocho).
La
primera muestra pública (celebrada del 15 de abril al 15 de mayo de 1874) se
realizaría en casa del fotógrafo Nadar, y daría pie al término impresionista,
una etiqueta que, con el transcurso del tiempo, pasó de ser descalificadora,
como en un principio la etiquetó la crítica, a ser sinónimo de calidad.
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Las dos amigas. Toulouse-Lautrec |
El
café Guerbois de París fue otro de los lugares que sirvió de encuentro para los
primeros pintores impresionistas, entre 1866 y 1870. A las tertulias que allí
se celebraban acudían no sólo estos sino también escritores como Astruc, Edmond
Maître o Emile Zola quien se reveló en sus artículos de crítica de arte
como declarado defensor de los pintores impresionistas.
El
Impresionismo nace como una evolución del Realismo y de la Escuela paisajística
francesa de finales del siglo XIX. Pero también se corresponde con una
transformación social y filosófica. Por un lado, el florecimiento de la
burguesía, y por otro, la llegada del positivismo (cualquier objeto natural,
visible, afectado por la luz y el color, es susceptible de ser representado
artísticamente ).
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El bar del folies-bergère. Manet |
La
burguesía, como nuevo fenómeno social, trae sus propios usos y costumbres; unos
afectan al campo, que deja de ser lugar de trabajo para convertirse en lugar de
ocio: las excursiones campestres, las regatas, las carreras de caballos.... La
ciudad también se convierte en nuevo espacio para la nueva clase social:
aparecen los paseantes ociosos en los bulevares y jardines de París, los
asistentes a conciertos, el ballet, los cafés, las tertulias, etc. Igualmente
la noche y sus habitantes van a cobrar relevancia, un mundo este fascinante del
cual los impresionistas extraerán numerosos temas.
Los
impresionistas no fue entendidos en sus comienzos. El público reacciona en
contra, incapaz de "leer" correctamente el nuevo lenguaje. Sin
embargo, contarían con el inestimable apoyo de fuerzas sociales emergentes: la
crítica de arte, que se encargará de encauzar el gusto del público, y los
marchantes, los vendedores de arte, que colocan sus cuadros en las mejores
colecciones del país, y la burguesía, que se veía retratada en sus lienzos.
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Monet |
Las
tertulias, los Salones extra-oficiales y la propia temática de los
impresionistas, muchas veces escandalosa, se convirtieron en vehículos
propagandísticos del nuevo estilo.
El
resultado fue una pintura amable, ligera y llena de luz y color, principalmente
en el paisaje, una percepción optimista del mundo, de la sociedad y, sobre
todo, de la vida parisina, que es presentada en sus aspectos más gratos y
amables (casi siempre): el ambiente de sus calles, sus paseos, los espectáculos
y diversiones, etc.
La naturalidad como norma
Por
lo que se refiere al estudio de la naturaleza era marcado el interés de los
impresionistas por su observación y por los logros conseguidos en la
reproducción de las distintas fases del día, desde el amanecer hasta la caída
de la tarde, y de las distintas luces que ofrecen la llanura o el claro del
bosque.
Los
impresionistas proclaman la pintura sin posados, pintar a los hombres en la
sinceridad de su naturaleza y costumbres, y lo seguirán al pie de la letra.
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Cézanne |
Pero
los impresionistas fueron influidos y seducidos igualmente por los progresos de
la fotografía, que les reveló la existencia y características de otros lugares
del mundo, la materialización plástica de ángulos inéditos y de grandes planos,
la descomposición del movimiento tanto de personas como de animales, la
perspectiva, los efectos de luz y de contraluz, etc; y por la estampa japonesa,
en la que pudieron descubrir sus composiciones, descentradas u oblicuas, la
esquematización de las formas, la síntesis y la finura del color que
constituían algo completamente nuevo para los ojos occidentales.
Por
otro lado, los impresionistas también se vieron favorecidos por el avance que
supuso la fabricación de los colores con técnicas industriales. Los tubos de
colores al óleo, fácilmente transportables les permitieron pintar del natural.
Y es que, además de esa facilidad para su transporte, los colores industriales
ofrecían una calidad y una variedad cromática que venían a aumentar las
posibilidades de los artistas.
Por
todo ello, el Impresionismo puede considerarse como una nueva forma de pintar
consistente en reproducir pura y simplemente la impresión, tal como ha sido
percibida realmente, donde es vital el mundo de las sensaciones, lo instintivo
y lo visual.
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El desyuno de los remeros. Renoir. |
Prostitutas, alcohol y bohemia como arte
En este París de la modernidad, donde se reunían artistas de
muy diversas procedencias, y que en la mayoría de los casos llevaron una vida
miserable, sobreviviendo y pintando entre el alcohol y las drogas, también se
sumergieron de lleno en la vida nocturna de Montmartre.
La prostitución era omnipresente en la sociedad
parisina desde la mitad del siglo XIX. La figura de la prostituta no sólo va a
ser mostrada por los artistas en sus lienzos, sino también idealizada por
estos. Los pintores, fotógrafos, cineastas y otros creadores de varias
generaciones se dejaron fascinar por el tema y representaron una vez y otra
este ambiente. Raro fue
el pintor de esa época que no pintara a aquellas meretrices en diversos
escenarios como el propio prostíbulo, la calle, el café, etc. Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Édouard
Manet, o Vincent Van Gogh encontraron en los burdeles a muchas de sus modelos.
La
prostitución era para aquellos artistas un laboratorio en el que buscaban un
tema moderno por excelencia y acceder al desnudo femenino. Ligada al comercio
de los cuerpos, la temida sífilis también logra hacerse un hueco en medio del
arte, al igual que el alcohol, y sobre todo la absenta, inspirando a estos
artistas.
Difusión del Impresionismo
El Impresionismo se difunde en toda Europa y América gracias,
muy especialmente, a que pintores de otros países estudiaron o visitaron
Francia en la época de mayor esplendor del movimiento, o viceversa, es decir,
que artistas franceses que desarrollaron esta técnica visitaron otros países e
influyeron en los pintores locales.
El impresionismo se asocia, en todos los
países donde influyó, con las innovaciones técnicas y estéticas, aunque a
veces su aplicación no fue ni inmediata ni total. De igual forma, también con la
pincelada suelta, así como la pintura al aire libre y los efectos luminosos.
En definitiva, se consideran genéricamente como "impresionistas"
o "pre-impresionistas" a muchos pintores del último tercio del siglo
XIX, evolucionando la mayoría de ellos hacia el impresionismo a partir del
realismo.
No obstante, en algunos de
estos países la “manera” impresionista y neo-impresionista no fue sino una etapa de transición hacia las
corrientes simbolistas y expresionistas.