Esta pintora suizo-austriaca
mostró no sólo un talento temprano para
la pintura, sino para los idiomas, la música y el canto.
Angelica Kauffmann fue una de las
fundadoras de la Royal Academy de Londres.
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Autorretrato de Angelica
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La niñez entre Suiza y Austria
Angelica Kauffmann (1741-1807)
nació en Coire (Suiza), pero creció en Schwarzenberg (Austria) de donde era
oriunda su familia.
Fue hija de un modesto pintor,
Joseph Johann Kauffmann, al que Angelica acompañó durante sus primeros años como
asistente por Suiza, Austria e Italia.
Pero esta niña mostraba
inquietudes artísticas y aprendió rápido. De hecho, al cumplir los doce años se
había hecho famosa, de tal manera que obispos y nobles posaban para ella. Tuvo
también una gran capacidad para aprender varios idiomas (italiano, alemán,
francés e inglés) y leía constantemente.
En 1754 su padre se la llevó con
él a Milán y posteriormente (1763) a Roma, donde estudió la escultura clásica y
perfeccionó aspectos técnicos como la perspectiva, regresando de nuevo en 1764.
De Roma marchó a Bolonia y Venecia.
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Autorretrato de Angelica
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La juventud en Italia y Londres
En Italia se hizo muy popular como
retratista, tanto que la esposa del embajador inglés en Venecia le pidió que la
acompañase a Londres para presentarla en sociedad. Allí, fue bien recibida en todas partes, incluida
la familia real. También conocería al importante pintor inglés Sir Joshua
Reynolds, que la pintó en 1766, haciendo ella lo mismo con él con su Retrato
de Sir Joshua Reynolds.
Reynolds ofreció a Angelica la
posibilidad de estar entre los firmantes de la famosa petición al rey para que
estableciera una Academia Real de Pintura y Escultura. Así la joven sería una
de las fundadoras de la Royal Academy de Londres, en cuyo primer catálogo
(1769) aparece Angelica con
Entrevista
de Héctor y Andrómaca, y otras tres composiciones clásicas.
Desde 1769 hasta 1782, Angelica
exhibió sus pinturas en la exposición anual, enviando a veces hasta siete
cuadros, generalmente con temas clásicos o alegóricos.
En 1773 fue escogida por la
Academia, con otros, para decorar la Catedral de san Pablo, y fue ella quien,
con Biagio Rebecca, pintó la antigua sala de lectura de la Academia en
Somerset House.
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Obra "Ariadna abandonada por Teseo"
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A pesar de la popularidad que
Kauffman disfrutaba en la sociedad inglesa y su éxito como retratista, no
terminaba de cuajar como pintora de lienzos históricos que eran sus mejores
trabajos, un género tradicionalmente vetado a las mujeres por los prejuicios
que existían a que éstas estudiaran anatomía, problema que Kauffman evitó
instruyéndose a través de la escultura clásica en vez de con modelos naturales.
A pesar de que la Academia, bajo la
dirección de Joshua Reynolds, se ocupó de promocionar la pintura histórica
entre el público inglés, más del gusto del retrato y el paisaje, no resultó,
por lo que Angélica terminó yéndose de Inglaterra al continente para aprovechar
el tirón de la pintura histórica, género que estaba mejor acogido y pagado.
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Retrato de una mujer como vestal
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La madurez de vuelta en Italia
Frente a su éxito profesional, su
vida privada no lo fue tanto. Le atribuyeron numerosos amantes, pero parece ser
que lo cierto es que se casó secretamente con un misterioso aristócrata sueco
del que pronto descubrió que no era noble, y que tenía ya otra familia.
Tuvo
que soportar el intento de rapto por parte del "caballero” que, se dice, quiso
obtener un rescate (episodio del que le ayudó a salir su amigo Reynolds) y el
posterior humillación del abandono.
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"Virgilio leyendo la Eneida"
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Es probable que su popularidad se
viniese un poco abajo como consecuencia de su desafortunado primer matrimonio;
pero en 1781, después de la muerte de su primer marido, se casó con Antonio
Zucchi (1728–1795), un artista veneciano por entonces residente en Inglaterra.
Antonio
Zucchi abandonó su carrera para ocuparse de la más prometedora de su mujer. Se
instalarían en Roma donde Angelica viviría durante veinticinco años, hasta su
muerte.
Durante los siguientes años su
obra alcanzó su más alto grado de madurez. A la vez que realizó encargos
privados y para las cortes más importantes de Europa, continuó mandando
pinturas a la Royal Academy de manera
intermitente, exponiendo por última vez en 1797. Después de este año no se
conocen demasiadas obras suyas.
Durante los últimos años de su
vida recibió numerosos honores, convirtiéndose en una de las artistas más
célebres y afamadas del momento.
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Retrato de Sir Joshua Reynolds
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A la muerte de la pintora en 1807, la comunidad artística romana organizó un
fastuoso funeral para ella. Fue enterrada en Sant´Andrea delle Fratte.
Obras
A lo largo de su carrera Kauffmann
trabajó diversos géneros de la pintura, como la historia, la alegoría, la
decoración interior y particularmente el retrato, pero también el grabado.
Los expertos no consideran
demasiado las obras de Angelica kauffman. Manifiestan que no están exentas de
cierto talento y habilidad en la composición, pero que sus figuras carecen de
variedad y expresión; y sus hombres son mujeres masculinas. Pero se aprecia un
colorido alegre en sus lienzos.
Hay cuadros suyos conservados en
París, Dresde, Hermitage de San Petersburgo, Munich, Galeria de los Uffizi en
Florencia y otras tantas obras en colecciones privadas.
Cabrían destacar lienzos como:
Ariadna abandonada por Teseo; Leonardo expirando en los brazos de Francisco I;
Autorretrato con traje típico de Voralberg; La muerte de Alcestis; Et in
Arcadia ego; Virgilio leyendo la Eneida a Augusto y Octavia; Hero y Leonardo; o
Retrato de Sir Joshua Reynolds.
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