Pintura y erotismo son dos
elementos inseparables y fundamentales en la creación artística de Pablo
Picasso.
La
exploración artística del cuerpo femenino por parte del pintor malagueño
comenzó ya desde su etapa de juventud.
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El aseo |
El Picasso erótico
A
Picasso (1881-1973) se le ha considerado el artista más heterosexual del siglo
XX y los críticos han señalado que la mayoría de su trabajo posee elementos
eróticos porque su creatividad fue motivada por un impulso sexual.
Las experiencias eróticas de
Picasso empezaron cuando apenas contaba entre 10 y 14 años en La Coruña, donde
tuvo sus primeros romances.
Poco después de familia de Picasso
se traslada a Barcelona donde a su padre le había nombrado profesor. Será en
esta ciudad donde el joven Pablo no sólo se iniciará en sus estudios de arte
sino también en el ambiente lúdico.
Con apenas dieciséis años viaja a
Madrid para continuar con sus estudios, pero también se va a convertir en un
apasionado de la vida nocturna, los cafés y los burdeles.
Antes de cumplir los veinte años
Picasso se va a vivir a Paris, donde entrará en contacto con la vanguardia del
arte en primera persona, así como con sus grandezas y sus miserias, las
juergas, el sexo y la prostitución.
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El beso |
El
arte no es casto
Picasso
desnuda la sexualidad de forma explícita y va a afirma que "el arte nunca
es casto", lo que da una idea clara de la razón de ser de su creación
artística en el terreno erótico.
En los años 20 Picasso muestra la
imagen sexual de la mujer como una fuerza monstruosa y brutal. Las cabezas
tienen connotaciones sexuales y las analogías están patentes.
En la década de los 30 Picasso su obra estuvo muy influenciada por
su amante Marie-Thérese Walter a quien pinto de todas las maneras posibles. Mostrará
una nueva concepción
formal y colorista debido a que su amante le va a inspirar una nueva
perspectiva en cuanto al retrato femenino se refiere. La deleitación erótica en
la pintura de Picasso en estos años va a ser, según los críticos, es, de las
mejores dentro de su producción sobre el tema.
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Mujer con pulpo |
En los años 50 y 60 Picasso
produjo numerosas obras sobre temas como el beso, el abrazo, el coito y la
bestialidad. Se aproximó a ellas de diferentes maneras, pero con una
característica: pasó de ser testigo a ser partícipe en las escenas. A él se
dirigen las miradas y los actos. Es un voyeur abierto, que no se esconde. Es el
director de escena.
En los 70 se hace patente la
angustia de la vejez. Muestra en sus obras infinidad de veces al pintor Edgar Degas en el papel de voyeur
imperturbable (en un rincón, en un espejo, en un marco o en un busto). Cierra
el ciclo donde lo empezó. En sus últimos años de vida, el pintor malagueño aumenta su
producción artística con elementos de la sexualidad, sobretodo expresados en el
mundo de las parejas.
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Las mujeres de Argel |
Un dato curioso sobre ello es que
pocos días antes de
su muerte en 1973, Picasso exhibió algunas de sus obras y la crítica los
calificó como un "viejo sucio" y pornográfico pues mostraba tanto a
parejas copulando como a mujeres orinando.
Estampas
japonesas
Las estampas eróticas japonesas
del siglo XIX tuvieron influencia en la obra de temática sexual de Picasso 8el
artista tenía una colección privada de estas estampas que en la actualidad se
encuentran en manos de sus herederos). Esta influencia se puede apreciar en el
primer período donde realiza apuntes y dibujos más próximos a las estampas
japonesas que a la iconografía occidental.
Uno de
los ejemplos más claros de esta influencia es el dibujo erótico 'Mujer y
pulpo', realizado en Barcelona en 1903.