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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

LA REVOLUCIÓN DE LA CIENCIA VISTA POR EL ARTE

Los progresos de la ciencia no se entenderían sin la participación de investigadores audaces como Kepler, Galileo, Malebranche, Fermat, Leibniz, Newton, Bacon, Harvey, Napier, Pascal, Descartes, Gassendi, Torricelli y otros muchos, que no sólo se las tuvieron que ver con los desafíos propios de las investigaciones, sino con la oposición de la mentalidad imperante. 

Leonardo da Vinci es probablemente el artista que más relacionamos con la Ciencia, pero igualmente otros grandes maestros de la pintura también trataron los avances científicos en sus lienzos, como Rembrandt, Jan Brueghel, John Wright, etc.

El geógrafo y el naturalista de Adrien van Stalbent
Un nuevo despertar

Tras el Renacimiento, durante el cual Europa entró en contacto con la ciencia de la Antigüedad, la primera mitad del siglo XVII es de una importancia capital en la historia del pensamiento científico pues ve nacer una nueva ciencia, moderna, experimental y cuantitativa, que se desarrollará en los siglos siguientes.

Por revolución científica se denomina habitualmente el periodo comprendido entre 1500 y 1700 durante el cual se establecen los fundamentos conceptuales e institucionales de la ciencia moderna. En lo que a conceptos, el elemento central de la Revolución Científica es el abandono de la visión cosmogónica en la que la Tierra ocupaba el centro del Universo, sistema geocéntrico de Ptolomeo, y de la física aristotélica, por una en la que los planetas se mueven en torno al Sol, sistema heliocéntrico, una idea que, aunque también habían considerado algunos antiguos como Astiarco, fue introducida con detalle por Nicolás Copérnico.

Experimento con pájaro de Joseph Wright
Los progresos realizados en las matemáticas son importantísimos: nacen o se renuevan el álgebra, la teoría de los números, el cálculo de probabilidades, la geometría proyectiva y el cálculo infinitesimal. Las matemáticas se aplicarán a las diversas ramas de las ciencias físicas: a la dinámica, constituida en ciencia autónoma desde Galileo a Newton; la mecánica celeste, cuyos principios fundamentales formularon Kepler y Newton con los precedentes copernicanos y a la óptica.

En el campo experimental se produjeron también enormes progresos gracias a la invención de las lentes y del microscopio, al descubrimiento de las leyes de la óptica geométrica y al estudio de fenómenos magnéticos y eléctricos.

En medicina se descubre la circulación mayor de la sangre y se desarrolla la anatomía microscópica.

En definitiva, se va a sustituir el mundo de la percepción por el mundo pensado del matemático.

Lección de anatomía de Rembrandt
La revolución del saber

Pero estos progresos no se entenderían sin la profunda transformación de las mentalidades y los métodos científicos y sin la participación de investigadores audaces, todos ellos creadores de la ciencia moderna: Kepler, Galileo, Malebranche, Fermat, Leibniz, Newton, Bacon, Harvey, Napier,Pascal, Descartes, Gassendi, Torricelli y otros. 

En efecto, uno de los cambios de actitud más característicos de la nueva investigación científica fue el de buscar la comprensión de la Naturaleza no por la observación inmediata, sino por las subyacentes estructuras matemáticas y mecánicas, tratando de descubrir, mediante análisis teóricos sistemáticos y cuantitativos, la auténtica estructura del mundo real.

La novedad, por consiguiente, de la nueva filosofía radicaba en el intento de utilizar los éxitos del análisis experimental, matemático y cuantitativo, como el único criterio para decidir sobre las conclusiones acerca de la naturaleza de las cosas. Esto cambió la imagen, no sólo del Universo, sino de sus partes.

El objetivo común de los científicos era, en consecuencia, demostrar cómo podían determinarse relaciones causales irrefutables entre los distintos fenómenos, considerando que las causas eran la estructura abstracta subyacente bajo las propiedades primarias.

Esto condujo a poner cada vez más énfasis en a precisión, tanto en el cálculo como en la observación, y a enriquecer los sentidos con instrumentos u órganos artificiales. A este respecto, la primera mitad del siglo XVII estaba destinada a revelar el latente poder de tales instrumentos más que a aplicarlos (microscopios, termómetros de aire, telescopios, barómetros, péndulo, etc).

Paisaje con vista....(detalle) de Brueghel el Viejo
La pintura lo plasma

Muchos artistas, fascinados por la ciencia, plasman en sus obras de arte la pujante nueva ciencia y sus novedosos instrumentos, mezclando al mismo tiempo artes y ciencias.
Pero no siempre era posible hacerlo claramente por lo que muchos de ellos se las ingeniaban para insertar, o bien el concepto o bien el objeto, en sus obras de forma velada o camuflada, pero de algún modo haciéndolo patente.
Muchos de estos artistas formaban parte de algún grupo de pensadores a través del cual tenían conocimiento de todos esos avances científicos de su época, sin embargo, casi siempre toda precaución era poca para no toparse con la sinrazón de las mentes cerradas al progreso.

En la pintura abundan los ejemplos de cómo los artistas plasmaron y representaron los avances de la ciencia en sus lienzos como Leonardo da Vinci y su Hombre de Vitruvio donde se observan las proporciones matemáticas del cuerpo humano, que supusieron un importante redescubrimiento del siglo XV; Rembrandt con su famosa La lección de anatomía de Doctor Tulp donde muestra con gran precisión detalles anatómicos;  Jan Brueghel el Viejo en su 'Paisaje con vista del castillo de Mariemont', realizada entre 1608 y 1612, en la que aparece retratado un personaje mirando a través de una especie de telescopio o catalejo. Todo parece indicar que esta fue la primera vez que un telescopio se representaba en una pintura; El geógrafo y el naturalista de Adriaen van Stalbent (1580-1662); Joseph Wright en su Experimento con pájaro en bomba de aire, pintor que retrató a los «filósofos naturales» de la Revolución Científica operando con sus aparatos e ingenios (bombas de vacío, microscopios, telescopios, planetarios...en varias de sus obras; y muchos otros a lo largo de la historia del arte.)


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