Tiziano fue un notable
retratista ya desde sus años de juventud, género al que dedicó un gran parte de
su producción y el que le abrió las puertas de
la aristocracia europea.
Parece que son unos ciento
diecisiete los retratos de Tiziano que han llegado a nuestros días, otros
tantos se le han atribuido, y treinta y cinco, de los que hablan testimonios
documentales, se han perdido.
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Tiziano |
Tiziano
y el retrato
Los retratos de Tiziano son auténticos documentos históricos
de los personajes de su época, tanto del poder político, como del religioso o
del cultural. Su estilo alcanzó tal fama que se decía que no había ninguna
figura principal que no hubiese sido retratada por Tiziano.
No sólo fue un testigo excepcional de su tiempo, sino que
supo captar la viveza de los protagonistas, su papel social y su psicología.
Su abundantísima creación de retratos,
muchos de gran calidad artística, están hoy repartidos en los grandes museos de
todo el mundo.
Sin embargo, existe una peculiar
característica, rareza o curiosidad, que sólo se da en cinco de ellos: junto al retratado, Tiziano
representa un reloj de mesa del tipo
denominado “de linterna”.
Los mecanismos, en
los cinco lienzos, tienen un gran parecido entre sí.
Simulan el aspecto de un pequeño templete de estilo clásico y planta cuadrada,
rematados con cúpula hemisférica con una pequeña figurilla.
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El caballero del reloj |
De estos cinco retratos con reloj,
cuatro representan a hombres, y uno a una mujer. Sin embargo, sólo tres (
Fabrizio Salvaresio,
Antoine Perrenot de Granvelle y
Eleonora Gonzaga) están identificados, la identidad
de los otros dos sigue siendo un misterio a pesar de los
esfuerzos de los historiadores.
También se ha intentado dar una
explicación a la presencia del reloj en estas pinturas. Aunque no hay un
acuerdo unánime, si hay varias hipótesis posibles. Para algunos estudiosos Tiziano lo incluyó en sus cuadros por ser
un ingenio que gustaba especialmente al pintor (quizá tuviese uno en su
colección personal), para otros, sin embargo, sería un objeto de carga
simbólica, bien para dar a entender que los retratados poseían las
virtudes del equilibrio, la mesura y el aplomo, o bien para
hacer alusión al inevitable paso del tiempo (el tempus
fugit) y señalar tanto la fragilidad de la vida como el recordatorio de la muerte. Pero
también podría aludir al elevado status social del retratado.
El
caballero del reloj
Este
retrato de “El caballero del reloj” (óleo sobre lienzo; 122 x 101 cm; 1550-60;
Museo del Prado) aparece citado en el inventario del Alcázar de Madrid de 1666
como obra de Tintoretto.
Según
algunos documentos fue regalado por el príncipe Ludovisi al monarca español Felipe
IV en 1637.
Este habría escapado al incendio de
1734 y posteriormente formó parte de los fondos del Museo del Prado en los
primeros años del siglo XIX (a mitad del cual fue adjudicado a Tiziano).
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Antonio Perrenot Granvekla |
La figura se presenta en primer plano, ataviada con los
característicos trajes oscuros del Renacimiento, resaltando en su pecho una
cruz de Malta (lo que hace suponer que se trata de un caballero de esta orden).
Sobre una mesita se observa el mencionado reloj.
La identidad del personaje aún hoy se desconoce, pero se ha
especulado sobre la posibilidad de que se trate del relojero al serviciode
Carlos V y Felipe II, Gianello della Torre (Juanelo Turriano), pero también de
un miembro de la familia veneciana de los Cuccina.
Es el único de los
cinco personajes que aparece representado con el reloj que está tocando con la
mano la pieza, lo cual algunos expertos explican
(los partidarios de que es Turriano) que es porque indica su profesión (esto parece
poco probable si es Turriano pues nunca perteneció a la Orden de Malta).
La cruz
de la Orden de Malta sobre el pecho del caballero ha llevado también a algunos
historiadores a pensar que se trata de
fray Juan de
Homedes y Coscón, un zaragozano que había
alcanzado el mayor cargo de la orden –el de Gran Maestre–, entre 1536 y su
muerte en 1553. La hipótesis parece bastante verosímil, pero existe
un escollo de importancia: en 1550, fecha en la que suele
fecharse la pintura, Homedes tenía ya
setenta y cinco años, y el hombre representado por Tiziano bastantes años
menos, aunque existe la posibilidad de que la datación de la pintura sea
incorrecta, o incluso,
que Tiziano decidiera representar al
Gran Maestre varios años atrás coincidiendo con su
participación en la defensa de Rodas.
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Eleonora de Gonzaga |
Antoine Perrenot de Granvela
En 1548, Tiziano fue convocado a
Augsburg por el emperador Carlos V. El propósito detrás de esto era para ayudar
a celebrar la reciente victoria del emperador en Mühlberg.
Tiziano aprovechó
su estancia en la corte imperial para realizar numerosos retratos de los
cortesanos (en total, Tiziano y sus asistentes ejecutaron una veintena de
retratos durante sus ocho meses de estancia en Augsburgo). Entre ellos los del
francés Antonio Perrenot (o Antoine Perrenot)y su padre,Nicolas Perrenot.
Antonio Perrenot Granvela fue nombrado obispo de Arras con 23
años (posteriormente arzobispo de Malinas y Besançon) y se convirtió en el
hombre de confianza de Carlos V y posteriormente de su hijo, Felipe II, participando en
el gobierno de los Países Bajos.
Será nombrado virrey de Nápoles en 1571 y destacará como uno
de los organizadores de la Liga Santa que derrotará a los turcos en Lepanto.
Tiziano, en su retrato (óleo sobre lienzo; 111,8 x 88 cm;
1548; Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City) nos presenta al político en
primer plano, vistiendo los austeros trajes negros de la corte hispana,
sujetando en su mano izquierda un libro. En la esquina inferior izquierda se
nos muestra una pequeña mesa donde se depositan una serie de objetos que aluden
a las cualidades personales del retratado: una carta y el reloj en cuestión.
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Fabrizio Salvaresio |
Eleonora de Gonzaga
Eleonora Gonzaga era la esposa de
Francesco María della Rovere y hermana del duque de Mantua, uno de los más
importantes clientes de Tiziano.
Este retrato a Eleonora (óleo
sobre lienzo; 112 x 102 cm.; 1536-38; Galeria de los Uffizi) supone una
interesante novedad al introducir al personaje en una habitación en donde una
ventana abierta nos permite contemplar el fondo de paisaje.
Junto a la dama hay una mesa
cubierta con un tapete verde sobre la que aparece el famoso reloj junto a un
perro. El rostro de la duquesa es el centro de atención, mostrando su
personalidad, su carácter. No por ello renuncia Tiziano a enseñar los detalles
del vestido y las joyas que engalanan a la noble.
Este tipo de retrato será repetido
durante varios años, destacando el de Isabel de Portugal, esposa de Carlos V.
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Hombre con libro y un reloj |
Fabrizio Salvaresio
La identidad de este retratado
(óleo sobre lienzo; 112 x 88 cm; 1558; Kunsthistorisches Museum) se conoce
gracias a la inscripción de la tablilla adosada en la parte superior izquierda
del lienzo. Allí se puede leer: "MDLVIII FABRICIUS SALVARESIUS ANNUM AGENS
L. TITIANUS OPUS".
La figura ocupa la mayor parte del
espacio, acompañado en primer plano por un sirviente negro. Tras el caballero se
ve un mueble alto donde se sitúa el mencionado reloj.
El lienzo fue cortado en la zona
inferior y en la derecha, dotando así de mayor personalidad al modelo, cuya
silueta se recorta ante el oscuro fondo neutro.
Retrato de hombre con libro y un
reloj
El personaje de este retrato (óleo
sobre lienzo; 113,5 x 93,5 cm; 1558-60; Statens Museum de Copenhague) aparece
en una posición forzada, girado en tres cuartos hacia la derecha mientras su
cabeza mira al frente.
En su mano derecha sujeta unos
guantes mientras que en la izquierda sostiene un pequeño libro, que apoya en la
mesa donde se coloca el reloj. Todos estos elementos nos indican que estamos
ante un personaje de prestigio social.
La luz sólo resalta la cara, las
manos y el reloj, aquellas zonas que el artista quiere destacar para así captar
la personalidad de su modelo del que, sin embargo, hoy se desconoce la
identidad.
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