Muchos
de sus cuadros son colaboraciones con los más afamados pintores flamencos de su
época, incluido Rubens, donde ellos pintaban las figuras y Brueghel se
encargaba de los paisajes.
El prolífico pintor evolucionó del
paisaje con escenas bíblicas e históricas al paisaje puro, o vistas urbanas,
para acabar al final de su vida realizando obras de flores y bodegones.
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Jan Brueghel |
De
familia de artistas
Jan Brueghel el Viejo (1568-1625)
fue miembro de una familia de grandes artistas, hijo de Pieter Brueghel el
Viejo y nieto de Pieter Coecke y de Mayken Verhulst Bessemers.
Según sus biógrafos, Brueghel dio sus primeros
pasos artísticos junto a su abuela Mayken Bessemers, famosa miniaturista, ya que su padre
murió cuando él era un niño, pasando después al taller de Pieter Goetkint.
Aunque no cabe duda que la obra de
su padre dejó huella en la suya, Jan Brueghel tuvo siempre claro que no quería
ser una repetición de este como su hermano Pieter.
Al regresar a Flandes se instala en Amberes, donde desarrolló
gran parte de su carrera, formando un importante taller en el que participarán
artistas como Rubens o Sebastian Vrancx.
Durante su vida alcanzó un
importante éxito profesional y social e igualmente cautivó a numerosos
seguidores y admiradores durante los siglos XVII y XVIII.
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La vista |
Con Jan Brueghel el Viejo
prosiguió la saga artística de la familia ya que su hijo Jan el Joven fue un
hábil discípulo y colaborador suyo.
Su estilo
Su meticuloso dibujo y su claro colorido se aprecian
claramente en sus paisajes y floreros, con los que cosechará tanto éxito que se
imitarán con gran profusión.
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El tacto |
Cultivó con éxito varios géneros de la pintura, pero es
famoso especialmente por sus bellísimos paisajes y naturalezas muertas:
bodegones, guirnaldas y floreros.
Fue también uno de los creadores de la pintura de gabinetes y
abordó temas religiosos, mitológicos, alegóricos y de género (costumbristas).
Muchos
de sus cuadros son colaboraciones en los que otros autores, como Rubens,
Hendrick de Clerck, Frans Francken el Joven, Paul Brill, Joost de Momper o
Hendrick van Balen pintaban las figuras, encargándose él de los paisajes y
flores.
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El olfato |
La serie de 'Los Sentidos
La amistad de
Brueghel con Rubens, que fue padrino de su hija Anna (futura esposa de David
Teniers), fue estrecha, y su colaboración fructífera. De ello dan fe las dos
importantísimas series de la "Alegoría de los sentidos", uno de los mayores logros estéticos de
esta colaboración artística; o la pareja de retratos del archiduque Alberto y
de Isabel Clara Eugenia (las figuras son de Rubens de 1617, y los paisajes con
los palacios de Tervuren y Mariemont al fondo, se deben a Jan Brueghel).
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El gusto |
En la obra de Jan Brueghel “el Viejo” destacan las múltiples
series de cuadros, dedicados a los cinco sentidos: vista, oído , olfato, gusto
y tacto.
En la serie de 'Los Sentidos” Rubens realizó las figuras alegóricas de
cada uno de los sentidos, y Brueghel representó los exuberantes escenarios
cortesanos. Juntos realizaron escenas que transmiten la riqueza y sofisticación
de la corte de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia (hija de Felipe
II), retratados en la escena de La Vista, así como las artes plásticas, música,
caza, naturaleza y armas.
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El oído |
En El Olfato se ven referencias al coleccionismo de
flores y plantas, que era parte de la cultura cortesana de la época, y también
a otros objetos perfumados muy del gusto de la nobleza, como los guantes de
ámbar.
En El Tacto
se refleja el interés por el coleccionismo de armaduras en los inicios del
siglo XVII..
En La Vista el protagonismo es para el coleccionismo de
pintura y otros objetos. El edificio que se ve al fondo de este cuadro es el
Castillo de Coudenberg, sede principal de la corte de los Archiduques.
La opulencia del bodegón que se ve en el primer plano de El Gusto, y la frondosidad del
paisaje exterior, aluden a la abundancia de los Países Bajos.
La serie pasó por las manos de varios nobles y aficionados al
arte de la pintura antes de ser entregada a Felipe IV. En 1636 colgaba ya de
las paredes del Alcázar de Madrid y hoy lo hacen en el Museo del Prado.
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