Aunque pintó con un naturalismo
muy personal, su trabajo está influenciado por los estilos más innovadores de
la época: realista, impresionista y postimpresionista.
Sus temas incluyen retratos,
paisajes y escenas de la vida cotidiana.
Pintora vocacional
Maria Aurélia Martins de Sousa
nació un 13 de junio de 1866 casualmente en Valparaíso (Chile) ya que sus
padres ―António
Martins de Sousa y Olinda Pérez― habían emigrado desde Oporto (Portugal).
Pero cuando Aurelia tenía tres años, la familia, con el
dinero ahorrado durante su periodo migratorio, volvió a Oporto y compró una
granja (Quinta da China) donde se establecieron y la joven Aurelia pasó su
niñez y juventud.
A los 17 años su inclinación
por la pintura es clara y Aurélia comenza a recibir clases de dibujo y pintura
con António da Costa Lima, un antiguo discípulo de Roquemont. Poco tiempo
después pintará su primer autorretrato (1889).
Posteriormente será discípula de
Joao de Oliveira, quién va a influir significativamente en su estilo.
Poco tiempo después, Aurelia
ingresará en la Academia de Bellas Artes de Oporto, en el curso de Pintura
Histórica, y desde ahí participará en algunas exposiciones recibiendo varias
menciones.
En 1899, con el apoyo financiero
de su hermana mayor (que se había casado con un empresario), Aurelia se
trasladó a París para estudiar pintura asistiendo a cursos de J.P. Lauurens y
B. Constante en la Academia Julien, donde coincidió con Vincent van Gogh. En
esta época expuso y vendió algunas de sus obras.
Durante algún tiempo más viajó por
Europa (Bélgica, Alemania, Italia, Gran Bretaña y España) donde a Aurelia se le
despertó el gusto por la pintura flamenca, pero finalmente, regresó a Oporto.
En 1900 pintó su obra más
conocida:
Autorretrato, en el que se la ve con un abrigo rojo. En la actualidad
esa obra se encuentra en el Museo Nacional de Soares dos Reis.
El reconocimiento
En 1907 fue invitada por António
Teixeira Lopes para presidir la Sociedad de Bellas Artes de Oporto, pero ella
declinó la invitación.
En los años que siguieron, ella
participó en las exposiciones anuales de la Sociedad de Bellas Artes de Oporto
(1909-1911), expuso en la Misericordia (1908-1909 y 1911-1912) y el Palacio de
Cristal (1917 y 1933) Galerías, en Oporto, y en la Sociedad Nacional de Bellas
Artes, en Lisboa (1916-1921).
Además de su trabajo como pintora,
Aurélia trabajó en las ilustraciones para la revista
Portugália, Materiais para o Estudo do Povo Português (1899-1905),
Elegia Pantheista a uma Mosca, de M. Duarte de Almeida (1874-1889) y para el libro de
cuentos
Perfis
Suaves, escrito por Julio Brandäo.
Su estilo se enmarca dentro del
Naturalismo, aunque ella lo personalizó a su manera. Pero también es cierto que
de su etapa parisina también tomó buena cuenta de las vanguardias como el
Impresionismo, el Realismo y el Postimpresionismo y los plasmó en sus lienzos.
La temática que aborda en su obra
va desde los retratos al paisaje pasando por las escenas de la vida cotidiana. La casa donde vivía en Oporto fue
siempre una fuente de inspiración para muchas de sus obras. El interés de la captura de los
efectos de la luz es visible en los diversos puntos de vista sobre el río
Duero, hecho en diferentes momentos del día y las estaciones del año.
El 26 de mayo de 1922, a la edad
de 55 años, Aurelia fallecía en su casa de la Quinta da China víctima de
la débil salud que siempre le aquejó.
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