Pintó retratos, escenas de género,
temas alegóricos y miniaturas durante más de veinte años.
Como era frecuente en esa época,
muchas de las obras de Constance Mayer fueron atribuidas a su compañero, maestro
y amante Pierre-Paul Prud´hon.
Vocación artística
Marie-Françoise-Constanza
Mayer-La Martinière nació el 9 de marzo 1775 en la localidad francesa de
Chauny.
Estudió
pintura con Joseph-Benoit Sube y Jean –Baptiste Greuze, influyendo ambos en su
producción artística donde primaron las pinceladas suaves y las escenas
sentimentales.
En su época, tras la Revolución
Francesa y el Régimen del Terror, la vida se fue pacificando poco a poco y la
tranquilidad se volvió cotidiana. Por ello, la pintura también va a renacer,
sobre todo se popularizó el retrato y las miniaturas, géneros en los que
Constance Mayer se afianzó.
Mayer comenzó a pintar retratos de mujeres y niños, escenas domésticas, autorretratos
y miniaturas de su padre, alcanzando con ello un notable éxito que le llevó a
exponer en los salones oficiales a partir de entonces.
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Autrorretrato |
Pero
Constance quería prepararse más y consiguió estudiar y trabajar con el afamado
Jacques-Louise David en 1801, de quien adoptó un estilo directo y sencillo, y
al año siguiente con Pierre-Paul Prud´hon, conocido en el mundo del arte por su
talento para el dibujo y sus composiciones históricas particularmente
complejas.
Dramática
relación
Con
Prud´hon mantendría una estrecha relación no sólo de maestro-alumna, sino que
desde el principio se comportaron más bien como compañeros y finalmente serían
amantes, a pesar de sus casi veinte años de diferencia de edad.
Prud´hon estaba en esas fechas casado y tenía ya cinco hijos, pero su mujer hubo de ser
ingresada en un hospital con problemas psiquiátricos. Fue entonces cuando
conoció a Constance.
Las
obras de Mayer se vieron influenciadas por las enseñanzas y las pinturas de
Prud´hon, pero la alumna, en poco tiempo, destacó y adelantó a su maestro,
recibiendo sus cuadros mayor reconocimiento que los de él.
Esta
situación profesional y sentimental se prolongó hasta 1821 cuando la esposa de
Prud'hon murió. Constance había esperado que con el fatal desenlace que su
amante se casaría con ella. Pero no fue así. En su lecho de muerte, su mujer
hizo prometer a Prud´hon que nunca se volvería a casar. Este, no se sabe si por
tranquilizarla o porque realmente así lo sentía, accedió, lo que provocó una
aguda depresión en Constance.
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Constance por Prud´hon
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Tanta fue la desesperación de Mayer que, no pudiéndolo soportar tal decisión, se
cortó el cuello con la navaja de su amante. Murió el 26 de mayo de 1821.
Prud´hon
no fue capaz de sobrevivirla mucho tiempo. Afligido tras la muerte de Constance
murió en 1823.
Tras la muerte de Proud’hon, sus
hijos borraron las huellas de Mayer, que no tenía herederos. Lo hicieron
textualmente: suprimieron
la firma de la mujer de los cuadros y los colocaron en el mercado
atribuyéndolos a Proud’hon.
La similitud de estilos —la pareja
de artistas trabajaba en hermandad, en ocasiones uno terminaba el óleo que
había empezado el otro— y la segregación femenina hicieron el resto: Constance
Mayer se convirtió en un fantasma.
Sin embargo, Constance y Prud´hon si descansan juntos. Están enterrados uno al lado
del otro en el cementerio de Père Lachaise de París.
Legado y controversia
En esta
época, como en las anteriores, era frecuente que las obras de las artistas
femeninas fueran atribuidas a otros artistas masculinos, bien sus padres,
hermanos, esposos o amantes. Y así ocurrió también en el caso de Constance con
Prud´hon.
Muchas
de sus obras se han atribuido erróneamente durante largo tiempo a su amante,
principalmente, por la similitud de estilo en ambos artistas. Pero, poco a
poco, Constance Mayer va recibiendo su reconocimiento y la atribución de sus
obras.
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