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EL CID: LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DEL LEGENDARIO GUERRERO ESPAÑOL

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Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como El Cid Campeador, es una de las figuras más emblemáticas y fascinantes de la historia medieval de España. Su vida, que se sitúa entre los siglos XI y XII, ha sido objeto de múltiples interpretaciones, tanto en el ámbito histórico como en el literario. Mientras que la leyenda lo presenta como un caballero invencible, noble y justo, la investigación histórica ha revelado facetas más complejas de su carácter y su contexto político.  Los orígenes de Rodrigo Díaz de Vivar Rodrigo Díaz de Vivar nació en torno al año 1043 en Vivar, una pequeña aldea cercana a Burgos, en el Reino de Castilla. Pertenecía a la nobleza menor o infanzonía, lo que lo situaba en una clase social relativamente alta, pero no en los círculos más poderosos de la aristocracia. Su padre, Diego Laínez, y su madre, Teresa Rodríguez, pertenecían a una familia noble pero no destacada en la corte. El título de "Cid" proviene del término árabe "Sidi", que significa &q

MARY CASSATT, LA PINTORA AMERICANA QUE ADOPTÓ EL IMPRESIONISMO FRANCÉS

Está considerada una de las grandes damas del surgimiento del impresionismo en París junto a Bracquemond y Morisot.

Cassatt pintó principalmente escenas de la vida social y privada de las mujeres, con especial énfasis en los lazos entre ellas y sus hijos.



El primer aprendizaje

Mary Stevenson Cassatt  nació en Allegheny City, Pensilvania (Estados Unidos) un 22 de mayo de 1844 y fue uno de los siete hijos de una familia de clase media alta (su padre era un exitoso agente de bolsa y su madre, una mujer refinada y gran lectora, provenía de una familia de banqueros y quien ejerció gran influencia sobre ellas).

Mary mostró enseguida aptitudes para el dibujo, y aunque su familia se opuso a que se convirtiera en una artista profesional (por el comportamiento bohemio de los hombres y el feminismo activo de las mujeres artistas), si le permitieron estudiar pintura en Pennsylvania Academy of the Fine Arts a los 15 años.





La familia Cassatt consideraba los viajes como una parte muy importante de la educación de sus hijos, por lo que la joven Mary va a pasar cinco años en Europa, visitando Londres, París y Berlín, entre otros lugares. Gracias a esta estancia en el extranjero, por una parte, va a aprender alemán y francés, por otra, tendrá sus primeros contactos con los pintores francesas a través de la Exposición Universal de París de 1855.

De regreso a Estados Unidos continuará sus estudios de pintura hasta 1865. Pero a Mary el aprendizaje en la Academia se le hacía lento y estéril ya que, por ejemplo, las estudiantes tenían prohibido utilizar modelos vivos, por lo que su formación principal se basaba, principalmente, en moldes. Cassatt, entonces, decidió poner fin a sus estudios, antes de obtener un título, y estudiar por su cuenta.



Autorretrato
Primera estancia en París

En 1866, no sin antes superar las objeciones de su padre, se traslada a vivir a París con su madre y amigos de la familia en calidad de acompañantes.

Mary intentó entrar como estudiante en el prestigioso École des Beaux-Arts, pero las mujeres aún no tenían permitida la entrada por lo que solicitó recibir clases particulares con maestros de la escuela y fue aceptada para estudiar con Jean-León Gérôme. De el aprendería la técnica realista y el tratamiento de temas exóticos.


Además de estas clases particulares, obtuvo permiso del Louvre para poder completar su formación haciendo copias en el museo, lugar que también le sirvió para socializar con otros estudiantes franceses de arte.


En 1866, se unió a una clase de pintura de género impartida por Charles Joshua Chaplin, y dos años después estudió con Thomas Couture, artista cuyos temas eran en su mayoría románticos y urbanos.

Mientras iba a prendiendo las diferentes técnicas de pintura que se le presentaban, ellas misma trazaba sus propios lienzos en sus viajes al campo donde intentaba plasmar la vida cotidiana al aire libre, sobre todo a campesinos ocupados en sus actividades diarias.

En 1868, por primera vez, una de sus pinturas, A Mandoline Player, con un característico estilo romántico, fue aceptada por el jurado de selección para el Salón de París (Cassatt junto con Elixabeth Jane Gardner, fueron las dos primeras mujeres estadounidenses en exponer en el Salón).


Pero en el París de la época el arte estaba en ebullición. Había muchos artistas que trataban de romper con la imposición de la técnica y las formas de la tradición académica. Courbet y Manet trataban de romper moldes, pero sobre todo, unos jóvenes rebeldes, que luego serían llamados “los impresionistas”, intentaban hacerse un hueco y ganarse el respeto por derecho propio con sus nuevas maneras y opciones.

En un principio Mary Cassatt continuó trabajando de la manera tradicional y presentando obras al Salón durante más de diez años. Pero no encontraba su sitio, se sentía frustrada.


En 1870, durante la Guerra Franco-Prusiana, decidió ponerse a salvo volviendo a Estados Unidos, y con ellos 

Mary. Una vez allí de nuevo intentó otra vez dedicarse profesionalmente a la pintura, pero su padre seguía tan reticente como al principio. Mary consiguió que expusieran algunas de sus pinturas en una galería de Nueva York, pero no obtuvo compradores. Durante esa época Cassatt consideró seriamente abandonar el arte y buscar un trabajo que le permitiera vivir de forma independiente.


Cassatt intentó probar suerte en Chicago, pero la desgracia se cebó con sus obras en el gran incendio que asoló la ciudad en 1871 y perdió parte de su colección. Sin embargo, logró captar la atención del arzobispo de Pittsburg, quien seguidamente le pidió dos copias de las obras Corregio que estaban en la ciudad de Parma (Italia). Esto permitió a Mary viajar con todos los gastos pagados a la ciudad italiana para realizar su encargo (lo hizo en compañía de Emily Sartain, otras artista norteamericana y de buena familia, ya que no se veía conveniente que una mujer viajase sola).


Regreso a Europa

En Parma consiguió atraer la atención del público a su pintura y obtuvo un gran éxito. Pero no sólo eso. Su lienzo Two Women Throwing Flowers During Carnival fue bien recibida y comprada en el Salón de París de 1872. Parecía que su suerte estaba empezando a cambiar.

Después de terminar su encargo en Italia, Cassatt viajó a Madrid y Sevilla donde pintó algunas obras basadas en diferentes temáticas españolas, entre ellas Spanish Dancer Wearing a Lace Mantilla (1873, Museo Nacional de Arte Americano de la Institución Smithsonian).

Pero en 1874 tomó una decisión: se trasladaría definitivamente a vivir a París compartiendo apartamento con su hermana Lidia. También abrió estudio en la ciudad.

En ese tiempo Mary empezó a criticar de forma contundente la política del Salón y el estilo tradicional que en él prevalecía. Ella consideraba que as obras pintadas por mujeres eran tratadas, a menudo, con desprecio, a menos que la artista tuviera un amigo o protector en el jurado, y ella se negaba a coquetear con los miembros del jurado para ganarse su favor.

Cassatt decidió así alejarse de la pintura de género y centrarse en temas más de moda, con el fin de atraerse los encargos de retratos de personajes de la alta sociedad estadounidense en el extranjero. Pero al principio no tuvo mucho éxito.

En 1877 las dos pinturas que presentó al Salón fueron rechazadas y por primera vez en siete años no tenía obras expuestas en él. Fue durante ese bache artístico cuando iba a conocer en persona a Edgar Degas (Mary admiraba a Degas desde que vio algunas de sus obras en una galería en 1875) quien la invitó a exhibir sus obras en las exposiciones independientes de los Eimpresionistas” (estos habían comenzado a
exponer por libre en 1874 con mucha notoriedad).


Los “impresionistas” no tenían decálogo ni manifiesto, así como tampoco coincidían en el tema y la técnica, aunque había puntos en común: preferían la pintura al aire libre y la aplicación de colores puros no mezclados en la paleta a base de pinceladas sueltas.

Estos “rebeldes independientes” se habían granjeado la enemistad de los críticos y la Academia, pero cada vez tenía más adeptos entre el público. En ese momento ya contaban con un miembro femenino, la pintora Berthe Morisot, quien se convertiría en amiga y colega de Cassatt.


Mary aceptó la invitación de Degas y empezó a preparar con entusiasmo cuadros para la próxima exposición impresionista, prevista para 1878, que (después de un aplazamiento debido a la Feria Mundial) tuvo lugar el 10 de abril de 1879. Se sentía ya parte del grupo de los impresionistas y se unió a su causa con firmeza y convicción. Al no poder asistir a las reuniones en los cafés sin llamar una atención desfavorablemente, se reunía con ellos en privado y en las exposiciones.

Su estilo había ganado en espontaneidad durante esos dos años en los que adoptó la costumbre de llevar siempre con ella un cuaderno de dibujo en el que esbozaba las escenas que veía.

El reconocimiento

Mary y su hermana Lydia nunca se llegaron a casar. La pintora había decidido que el matrimonio entorpecería su carrera, pero la muerte de su hermana en 1882, a la que pintaba con frecuencia y con la que convivía en París al dejó sumida en una profunda tristeza que la inhabilitó un tiempo para poder seguir pintando.


Sus ventas seguían siendo escasas, pero se negó a tener que acabar pintando obras mediocres pero de fácil venta para llegar a fin de mes y se aplicó en la creación de obras de calidad con destino a la próxima exposición impresionista. Tres de sus obras más importantes que llevó a esta en 1878 fueron: Portrait of the Artist (autorretrato), Little Girl in a Blue Armchair y Reading Le Figaro (retrato de su madre).

El 14 de junio de 1926 Mary Cassatt moría en París.

Su obra

La obra de Mary Cassatt está influida poderosamente por Degas (con el que no se cree que tuviera nunca una relación amorosa pero si de colaboración y amistad entre ambos que sólo concluyó con la muerte de Degas en 1917), que la indujo, por ejemplo, en pintar al pastel, técnica en la que Cassatt llegó a ser muy competente,  realizando, con el tiempo, muchas de sus obras más importantes con este medio. Degas también le introdujo en el grabado, del que era un maestro reconocido. Ella le ayudó a introducir su obra en Estados Unidos.


La exposición impresionista de 1879 Cassatt mostró once obras, incluyendo Lydia in a Loge, Wearing a Pearl Necklace, (Woman in a Loge). Aunque los críticos afirmaron que los colores de Cassatt eran demasiado brillantes y que sus retratos eran demasiado precisos para ser halagadores, su trabajo no fue atacado ferozmente.

Participó también en las exposiciones impresionistas de 1880 y 1881 y continuó siendo un miembro activo del círculo impresionista hasta 1886. En 1886, Cassatt presentó dos cuadros para la primera exposición impresionista en los EE.UU., organizado por Paul Durand-Ruel.

El estilo de Cassatt evolucionó a partir de allí y se fue alejando del impresionismo en busca de un enfoque más sencillo. Comenzó a exponer sus obras en galerías de Nueva York. Después de 1886, Cassatt se dejó de identificar con cualquier movimiento de arte y experimentó con variedad de técnicas.


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