García Lorca fue un adelantado de
su tiempo, un intelectual sin fronteras cuya apuesta fue reflejar en sus obras
una España costumbrista que caminaba hacia atrás.
Cuando con 38 años fue asesinado,
el legado de su obra y su personalidad ya le habían hecho inmortal.
Un vanguardista a ultranza
Su
continua evocación de la España costumbrista y el folclore fue su destilación
de lo español. Él decía que "Canto a España y la siento hasta en la
medula, pero antes que esto soy hombre de mundo y hermano de todos".
Efectivamente, en una época en la
que en España apenas se viajaba, Lorca vivió en Nueva York, en donde escribió
su aclamado "Poeta en Nueva York", se trasladó a Argentina y residió
en Cuba. Fue un adelantado a su tiempo, viajero inquieto, homosexual y
vanguardista a ultranza.
Lorca era tremendamente
multifacético. siempre
sonriendo, vital, ayudando con los decorados de sus obras o actuando. Era,
dicen los que le conocieron, una persona llena de energía. Jorgue Guillén, otro
poeta amigo del granadino, solía decir que cuando Lorca estaba cerca, no hacía
ni frío ni calor, sino que hacía "Federico".
Era
incansable. Trabajó la poesía culta, la
popular, el dibujo, el teatro... Lorca estaba en el centro de todo lo que
ocurría en Madrid.
Nunca se
consideró a sí mismo como un poeta político. Sus trabajos se enfocaron hacia el
sufrimiento humano y las injusticias. Sin embargo, en el período previo la
Guerra Civil, esto fue suficiente para convertirlo en una figura odiada por el nacionalismo
de derechas.
Un muerte sin sentido
En sus
últimas horas Lorca se refugió en la casa de su amigo el poeta Luis Rosales, de
la que fue sacado a la fuerza por los falangistas y conducido a su muerte el 18
de agosto de 1936 se supone que en un paraje a pocos kilómetros de Fuente
Vaqueros, su pueblo natal, entre Viznar y Alfacar.
Según
recuerdan los mayores del lugar, en aquella época llegaban muchos camiones con
presos para ser fusilados con un tiro en la nuca y se los enterraba en fosas
comunes en los barrancos.
Le
sacaron y lo subieron a un camión con otros sospechosos políticos. La gente que
vio aquello, ni siquiera hoy quiere hablar. Los viejos prefieren olvidar y no
abrir antiguas heridas porque aun no están cerradas del todo.
El lugar
donde nació Lorca es una localidad muy pequeña donde hubo, como en muchos
lugares de España, un baño de sangre atroz. Por eso, aún hoy, es un sitio lleno
de rencores y pugnas entre familias, lo que explica en parte por qué no se
conoce toda la verdad sobre la muerte de Lorca.
Y es
tanto el silencio que planea sobre su muerte que su cuerpo todavía no ha sido
encontrado.
Muchos estudiosos de la vida del poeta, entre ellos el hispanista
Ian Gibson, Brenan o Agustín Penón, que consideran que había al menos 100 personas
que sabían exactamente como murió y por qué, pero nadie ha dicho nada aún.
Ellos aseguran que hay aún mucha gente que guarda secretos y papeles que quizás
algún día salgan a la luz, pero que por ahora el miedo existe todavía.
A pesar
de que nunca apareció el cadáver de Lorca, sus padres tuvieron que firmar su
defunción, pues esa era la única manera posible de hacer oficial la muerte del
poeta granadino y dramaturgo más influyente del siglo XX.
Él mismo
se definió una vez como "Católico, comunista, anarquista, libertario,
tradicionalista y monárquico", pero nunca tuvo una afiliación política
definida, motivo por el cual muchos creen que su ejecución se debió más a
motivos personales que políticos.
Se apunta a la envidia como un factor muy importante en la
muerte de Lorca porque tenía talento, dinero y éxito. Pero también era
homosexual y liberal, algo que no podían tolerar la España inmobilista.
Sin rastro del poeta
Como muchos otros durante el
conflicto, parece que Lorca fue fusilado y enterrado en una fosa común. Y como
él, más de treinta mil víctimas de la guerra civil y de la represión
subsiguiente continúan dispersas en fosas comunes a lo largo y ancho de España
en las llamadas "tumbas del olvido".
Los
esfuerzos de algunas familias por recuperar los restos de sus seres queridos
han sido entorpecidos por la falta de interés y presupuesto oficial. Sin
embargo, a veces su ahínco ha dado resultados.
Se cree que Lorca fue fusilado y
enterrado junto al maestro Dióscoro Galindo y el banderillero Francisco Galadí,
cuyos familiares sí expresaron su deseeo de remover el lugar en busca de sus
antepasados para enterrarlos debidamente, algo a lo que se negaba la familia de
Lorca por considerarlo innecesario.
Las excavaciones, pues, en la
supuesta fosa común en la que se creía que yacía el escritor, se iniciaron el
29 de octubre de 2009. Durante mes y medio, un equipo de arqueólogos rastreó palmo a
palmo el lugar donde, según algunos historiadores y diversos testimonios
orales, estaba enterrado Lorca.
El
resultado, sin embargo, fue el de no haber encontrado ningún indicio de restos
humanos. No se encontró ni una sola esquirla por pequeña que fuera, ni una sola
pieza dental, que suele ser habitual.
Según el
informe concluyente, en el terreno excavado la distancia entre la superficie y
la roca es sólo de 40 centímetros, un grosor insuficiente para enterrar un
cadáver.
Algunas personas, no obstante,
aseguran que el cuerpo de Lorca ya no esta allí, que la familia lo sacó durante
la guerra y lo enterraron en la finca familiar en Granada, lo que explicaría,
quizás, esa insistencia en no abrir la tumba por parte de la familia.
Su
muerte y el lugar donde están enterrado sus restos sigue aún siendo un
misterio, pero la memoria de García Lorca está en la historia y en el legado de
que todos conocemos.