Cultivó el retrato, la pintura de
género y la religiosa, y una combinación de estas dos últimas, pero con un
estilo muy personal.
Su producción de las tradiciones
valencianas son hoy un valioso testimonio de la Valencia de la época y sus
tipos característicos.
Un talento precoz
José Benlliure Gil
(1855-1937) nació en Valencia en el seno
de una familia de amplia tradición artística (su hermano Mariano fue escultor y
su otro hermano, Juan Antonio, también se dedicó a la pintura).
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El descanso en la marcha |
Comenzó sus estudios artísticos a
los doce años de edad en la Escuela de San Carlos, donde tuvo como maestro a
Francisco Martínez Marqués.
Tras pasar una temporada en Madrid, y ante sus muestras de
talento (consiguió la tercera medalla en la Exposición Nacional de 1876, la
primera en 1877 y otra tercera en 1878), le ofrecieron en 1879 trasladarse a la
Academia Española de Bellas Artes de Roma.
En Roma se contagió, como otros
tanto pintores españoles afincados en Italia, de la fiebre artística
protagonizada por los Macchiaioli.
Los “macchiaioli” fue movimiento
pictórico que tuvo su germen en Florencia en la segunda mitad del siglo XIX y
que aglutinaba a un grupo de jóvenes pintores que abogaba por una renovación
antiacadémica de la pintura italiana. Los “macchiaioli” se oponían al
Romanticismo y al Academicismo.
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El carnaval de Roma |
En esta época sus obras son de carácter costumbrista, de
pequeñas dimensiones y con pincelada enérgica, abocetada en ciertos puntos y
preciosista y minuciosa en otros. Representa, como los “macchiaioli” sucesos de
lo cotidiano, lo social, costumbres populares
que poco tenían que ver con la pintura academicista e histórica.
En el año 1888
viajó a Argelia y después en 1897 a Marruecos, viajes que le inspiraran obras
de contenido costumbrista de dichos países.
Perteneció a la Academia de San
Fernando (Madrid), San Lucas (Roma), San Carlos (Valencia), Brera (Milán) y
Munich y entre 1903 y 1913 fue director de la de Bellas Artes de España en
Roma.
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Autorretrato
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Obras
Benlliure, dentro de la obra de género, plasmó los más diversos
asuntos. Desde las de escenas militares, desprovistas en la mayoría de los
casos del carácter heroico o moralizante característico, como por ejemplo El
descanso en la marcha (Museo del Prado), hasta las escenas de la vida
cotidiana especialmente valenciana. Estas últimas representan en la actualidad
un valioso testimonio de la valencia de ayer. En
sus lienzos aparecen tipos populares como "El Tío Andreu de Rocafort"
o "El Tío José de Villar del Arzobispo", entre otros tantos
personajes y escenas características.
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El tío Andreu de Rocafort
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Más tarde, aconsejado por el
pintor italiano Domenico Morelli, realizó obras de temática religiosa de mayor
calado. Un ejemplo de ello es su
San Vicente Ferrer predicando sobre el
juicio final o
Cardenal romano.
Dentro de su pintura religiosa
existe una parte de clara evocación fantástica y simbolista, reflejada en La barca de Caronte.
Combinando lo costumbrista con lo
religioso también desarrolló obras como Oyendo misa, Misa en la Ermita, Monaguillos o El mes de María en Valencia (Pinacoteca Nueva de
Munich).
Con el
paso de los años las escenas pintorescas características del costumbrismo
español cayeron en desuso. El público empezó a demandar cercanía y ver
reflejado en los lienzos sus gentes y sus costumbres más sencillas, el día a día
de la realidad cotidiana. Un buen ejemplo de esto es la representación que realiza
en Palique y trago. En ella Benlliure consigue, sin estridencias
decorativas ni concesiones formales, transmitir la verdadera esencia de la
huerta valenciana y que el pueblo se identifique con ella.
En total su producción asciende a
66 cuadros.
Se distinguió asimismo como
ilustrador de ediciones monumentales como la del Poverello de Asís de Antonio
Torró Sansalvador y La barraca de Vicente Blasco Ibáñez.