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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

VALERIANO DOMINGUEZ BÉCQUER: EL HERMANO PINTOR DEL POETA MÁS ROMÁNTICO

Fue, como su hermano Gustavo Adolfo, un abanderado del movimiento del Romanticismo en España, pero en la pintura. 

Valeriano realizó sobre todo obras de temas típicos del folclore regional, gracias a lo cual conocemos muchos detalles de sus trajes, pero también retratos.


Gustavo Adolfo Bécquer


De Sevilla a Madrid

Valeriano Domínguez Bastida, más conocido como Domínguez Bécquer, nació en Sevilla el 15 de diciembre de 1833 y murió en Madrid el 23 de septiembre de 1870 a la edad de 37 años, sólo tres meses antes que su famoso hermano que falleció con 34.

Fue hijo (su padre José Domínguez Bécquer fue conocido entre sus contemporáneos como el Maestro Pepe Bécquer) y sobrino (Joaquín Domínguez Bécquer) .


Valeriano y sus siete hermanos se quedaron huérfanos de padre y madre cuando él contaba solo doce años.

Él y su hermano Gustavo Adolfo fueron educados entre varios parientes, destacando la enorme influencia que sobre él ejerció su tío Joaquín de quien aprendería el arte de la pintura.


En 1861 se casó con Winnefred, hija de un marino irlandés ya retirado y afincado en el Puerto de Santa María, con quien tendría dos hijos, Alfredo y Julia.

Establecidos en Sevilla, el matrimonio no duró mucho quizás por las estrecheces económicas de la pareja que les hacía tener continuas desavenencias. El caso es que su esposa lo abandonó y también a sus hijos.



Con la ayuda económica de sus tíos, se trasladará a Madrid con sus hijos para reunirse allí con su hermano Gustavo Adolfo que había emprendido en 1854 la gran aventura de la literatura en la capital.
Este reencuentro fue fructífero para ambos ya que Valeriano inyectó entusiasmo a  Gustavo Adolfo y este le presentó a su hermano el mundo artístico madrileño.

A partir de 1864 comienza a viajar con su hermano y la esposa de este, Casta Esteban, ya que Gustavo Adolfo estaba enfermo y buscaban un lugar de reposo ideal para su recuperación.



De esta forma Valeriano va a pintar diferentes cuadros, muchos algunos de los cuales muestran escenas costumbristas que reflejan con gran fidelidad costumbres y vestidos de la época y constituyen un auténtico material de valor arqueológico, ya que de otra manera difícilmente podríamos tener referencias sobre las escenas que recoge.

También es en esta época cuando colabora como ilustrador en El Museo Universal y La Ilustración de Madrid,  donde aparecen muchos de sus mejores grabados.


Gracias a la amistad de su hermano con el político conservador Gonzáles Bravo, que fue ministro de la Gobernación durante el gobierno de Narváez, en 1865 recibió una pensión anual de 2.500 pesetas para viajar por España estudiando las costumbres y los trajes nacionales.


Murió en su domicilio de Madrid  al parecer de una afección al hígado, como consecuencia de una complicación producida por la humedad de una alameda que existía en las proximidades del barrio donde vivían. Sus hijos, eran todavía muy pequeños cuando falleció.
Fue enterrado en Madrid, pero en 1913 los restos de los dos hermanos (Gustavo Adolfo falleció tres meses más tarde) fueron sepultados juntos en Sevilla.


Su obra

Formado en Sevilla, en el taller de su tío, Valeriano debe mucho su estilo al dibujo académico. Su visión, según los expertos, es estática e iluminada con homogeneidad. Sin embargo, prestó atención a temas que los académicos hubieran despreciado, como son los trajes y las costumbres de los diferentes pueblos españoles.

Su técnica pictórica participa de tal depuración, minuciosidad y riqueza que ha sido comparada por algunos críticos con la factura de los pintores flamencos.

Además con sus continuos viajes, donde plasmaba todo lo que veía, el pintor se introducirá en la pintura al aire libre, cuando todavía no se practicaba en España.


Además trabajó también como dibujante e ilustrador de importantes publicaciones como la Ilustración Española y Americana  y El Arte en España, entre otras.

Pero en su obra no sólo hay folclore y trajes regionales, también fue un destacado retratista como dan fe dos de sus lienzos más conocidos: El pintor carlista y su familia y el emblemático retrato de su hermano Gustavo Adolfo Bécquer, obra que sirvió de modelo para realizar el busto del conjunto que homenajea al poeta en el parque de María Luisa de Sevilla y  como motivo en los billetes de 100 de las antiguas pesetas.


Los borbones en pelota

A Valeriano, junto a su hermano, se le presupone autor de la obra Los borbones en pelota.

“Los Borbones en pelota” es el título de un álbum de 89 acuarelas satíricas en tono atrevido, procaz, e incluso pornográfico, donde se caricaturiza a personajes públicos de la época, finales del reinado de Isabel II, principalmente la propia monarquía. Cada acuarela es acompañada con agudos, e incluso poéticos, textos alusivos a la lámina.

Cecilia Bohl de Faber
Con enorme ingenio en tono humorístico, las láminas hacen un recorrido crítico contra Isabel II y toda su "Corte de los milagros". De esta sátira no se libra nadie, empezando por la reina, a la que sin duda se la califica como una ninfómana desenfrenada (fornicando con todo lo que se le pone por delante, desde su amante hasta un pollino) y pasando por su consorte, Francisco de Asís, al que el pueblo llamaba "Paquita natillas"; sor Patrocinio, "la monja de las llagas"; el padre Claret (confesor de la reina); Carlos Marfori (amante de la reina); el presidente del consejo de ministros González Bravo, y algunos otros personajes más.

En los dibujos de las acuarelas la libertad es absoluta, y sin pudor ni recato, los autores dejan volar su imaginación y su espíritu crítico sobre el ambiente de palacio. Aún siendo ésta la tónica general de las láminas, estas no están exentas de simbolismo que explica, de manera contundente y didáctica, la situación real a que hacen alusión y el contexto histórico en que se produce.

Sin embargo, este álbum nunca vio la luz en su época. Sería publicado por primera vez, que se tenga noticia, en 1991. La editorial El Museo Universal publicó los dos portafolios unidos y dispuestos según el orden numérico que aparecía al pie de las acuarelas. La publicación de “Los Borbones en pelota” iba acompañada de sendos estudios de tres especialistas en la obra de Bécquer y/o en la literatura e iconografía decimonónica del período: Robert Pageard,; María Dolores Cabra Loredo y Lee Fontanella. Posteriormente, en 1996, se publicó una segunda edición. No obstante, hoy día es casi imposible encontrar un ejemplar a la venta.


En la Biblioteca Nacional de Madrid se conservan estas láminas satíricas recogidas en dos álbumes más tres trabajos sobre el tema que facilitan al lector la comprensión de la época y las circunstancias en que fueron realizadas.

La autoría
  
El álbum con las acuarelas satíricas fue firmado con el pseudónimo SEM, que sin embargo siempre se ha atribuido a los hermanos Bécquer, como obra conjunta del poeta Gustavo Adolfo y el pintor Valeriano.

La publicación de la primera edición del álbum con las acuarelas en 1991 suscitó un vivo debate entre los estudiosos sobre la autoría.

"Borbones en pelota"
Para los becquerianos resultaba difícil acomodar la sensibilidad exquisita del más lírico de los poetas del XIX, y la no menos delicada pintura costumbrista de su hermano, a la brutalidad manifiesta de estas láminas satíricas. Además, aducen, ambos habían sido apadrinados por prohombres del partido moderado, en especial Narváez y González Bravo, a través de los cuales habían conseguido encargos, pensiones e incluso, en el caso del poeta, el empleo de censor de novelas, por lo que retratar así a sus benefactores parece contrario a los lazos de la dependencia económica y social de los dos artistas. Por otra parte, manifiestan, la ideología de ambos, según la convención admitida, estaba muy alejada de las progresistas, republicanas, radicales, antimonárquicas y anticlericales viñetas.

No obstante, hay autores que siguen defendiendo la autoría de los hermanos Bécquer frente a los incrédulos que se resisten a manchar una imagen idealizada y pacata de Gustavo Adolfo y Valeriano.


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