En la producción de Zinaida destacan los temas dedicados al trabajo de los campesinos rusos así como de sus paisajes, y el toque femenino de sus retratos.
Zinaida Serebrvakova (1884-1967)
nació en Járkov (actualmente Ucrania) en el seno de artística familia Benois,
una saga adinerada y aristocrática, muy relacionada con el mundo del arte: su
padre era escultor, su madre era aficionada al dibujo y su tío era el famoso
pintor Alexander Benois miembro y fundador del grupo de arte Mir iskusstva una revista rusa que representó al movimiento artístico que
inspiró convirtiéndose en una influencia importante entre los artistas rusos de
la primera década del siglo XX.
Su infancia y juventud las pasó en
San Petersburgo donde en 1901 comienza a estudiar en la escuela de arte
dirigida por
Ilya Repin, y más tarde estudiará también con Osip Braz.
Entre
1902-1903 pasó un tiempo en Italia y después viajó a París donde estudió en la
Académie de la Grande Chaumière una escuela
fundada en 1902 por la pintora suiza Martha Stettler, que rehusó impartir
docencia dentro de las estrictas reglas pictóricas de la Ecole-des-Beaux-Arts
por lo que abrió la escuela para dar acogida al arte independiente.
Después, en 1905, Zinaida se casó
con su primo hermano Boris Srebriakov, un ingeniero del ferrocarril.
A los veinticinco años sus cuadro aparecen por
primera vez en una exposición, unos lienzos contando ya con un estilo propio.
|
Autorretrato
|
Su talento fue reconocido desde que era muy
joven por el público, pero sobre todo desde que realizó su autorretrato “En el
tocador” (1909, Galería Tretyakov, Moscú), que se muestra por primera vez en
una gran exposición montada por la Unión de Artistas de Rusia en 1910. A este
siguieron otros cuadros igualmente notables y muy reconocidos, hoy en museos
rusos o en colecciones privadas.
En 1914-1917 Zinaida Serebryakova estaba en su
mejor momento. Durante estos años
produjo una serie de imágenes sobre su tema preferido: la vida rural en Rusia,
el trabajo de los campesinos y el campo ruso. La más importante de estas obras
fue Blanqueando ropa (1917, Galería
Tretyakov, Moscú), un cuadro que puso de manifiesto su talento para las obras monumentales
y su admiración por los temas de los campesinos rusos.
Su tío
Alexander Benois la invitará en 1916, junto a otros artistas, a ayudarle a
realizar el encargo de decorar la
Estación Kazansky de Moscú. Ella aportará temas de Oriente representando
alegóricamente hermosas mujeres.
Pero la feliz y exitosa vida artística de
Zinaida se vio truncado cuando su marido muere repentinamente de tifus,
contraído en las cárceles bolcheviques debido a su encarcelamiento cuando se
produjo la Revolución Rusa. Entonces ella y sus cuatro hijos tuvieron que
buscar amparo económico en la madre de la artista, una mujer ya anciana y
enferma al quedarse sin ninguna fuente de ingresos ya que todas las reservas de
su finca de Neskuchnoye
habían sido saqueadas.
El
hambre atenazaba a la familia, por lo que Zinaida tuvo que renunciar a la
pintura al óleo en favor de las técnicas menos costosas de carbón y lápiz. Esos
fueron los momentos de sus pinturas más trágicas (como Castillo de naipes donde
representa a sus cuatro hijos huérfanos).
Los tristes años de la Revolución
No quiso
entrar en la rueda del arte oficialista de los retratos de comisarios ni del
estilo popular del futurismo, pero por suerte para ella encontró un trabajo en
el Museo Arqueológico de Jarkov donde hizo dibujos a lápiz de los objetos
expuestos.
En 1920 la familia se trasladó al apartamento
de su abuelo en Petrogrado, pero la Revolución de Octubre obligó a los
propietarios de los apartamentos privados a compartirlos con otras familias. Ella se alojó con artistas del
Teatro de Arte de Moscú y ello se reflejó en su obra ya que durante este
periodo sus temas se centran en la vida teatral y de la danza ya que su hija
Tatiana, además, empezó a estudiar ballet.
París y el reconocimiento final
En el otoño de 1924 Serebryakova recibió el
encargo de trasladarse a París para realizar un gran mural decorativo, cuando
lo acabó su intención fue volver a Rusia donde estaban su madre y sus hijos,
pero no pudo
regresar. Consiguió llevar a sus hijos más jóvenes, Alexandre y Catalina, a
París en 1926 y 1928,respectivamente, pero no pudo hacer lo mismo con sus hijos
mayores, Evgenyi y Tatiana, a los que tardó muchos años en volver a ver.
Su obra desde entonces está llena de temas
nostálgicos de su tierra, pero seguirá realizando cuadros con temas de la vida
popular fiel a la técnica del realismo. Comienza en esos años a viajar mucho
por el norte de África (Argelia, Marruecos...) donde queda fascinada por el
paisaje y la ropa étnica de sus habitantes. También dedicó un
ciclo artístico a los pescadores bretones.
En esta época su producción vuelve a incidir
en los temas populares, sobre todo son destacables sus retratos de temas
populares, pero lo que no faltaba nunca era su personal visión de la belleza
que ella encontraba tanto en la naturaleza como en el ser humano.
En 1947
Zinaida se nacionalizó francesa, pero no fue hasta 1960 que pudo volver de
nuevo, tras una separación forzada de 36 años, a su familia. Su hija Tatina se había convertido
también en artista.
En 1966 se montó una gran exposición de obras
de Zinaida Serebryakova en Moscú, Leningrado y Kiev. La respuesta del público y el reconocimiento del estado soviético fue
un auténtico éxito que la llenó de alegría y satisfacción.
Muchas de las obras de Serebryakova fueron
adquiridas por museos soviéticos después de la exposición, sin embargo, la mayor parte de su obra sigue
estando hoy en Francia.
El 19 de septiembre de 1967, a la edad de
ochenta y dos años, Zinaida Serebryakova murió en París a la edad de 82 años. Está enterrada en París, en el
Cementerio ruso de Sainte-Geneviève-des-Bois.
Su obra
Mientras estudiaba el arte clásico en el Museo
Hermitage de San Petersburgo y en los museos de Francia e Italia, se sintió
profundamente atraída por las obras de Tintoretto, Poussin, Rubens Jordanes, pero
sobre todo se sintió cautivada por la pureza de las imágenes de los granjero de
Alekséi Venetsianov.
Desde su juventud Zinaida Serebryakova se
esforzó para expresar su amor por el mundo y para mostrar su belleza, sobre
todo de la tierra rusa y su gente. Por eso, su vida en Neskuchnove supuso para
su visión de la pintura todo un hallazgo por los colores puros del campo local
y por la libertad y plasticidad de los movimientos que encontró en los
campesinos rusos.
Zinaida se unió al movimiento Mir
iskusstva en 1911, pero destacó de los otros miembros del grupo debido a su preferencia
por los temas populares y debido a la armonía, la plasticidad y la naturaleza
generalizada de sus pinturas.
Otro elemento fundamental en su obra es el toque femenino con el que
dota a su obra, sobresaliendo sobre todo en sus autorretratos.
*****
CONTENIDO RELACIONADO