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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

BOUGUEREAU: EL ALMA DE LA TRADICIÓN ACADÉMICA FRANCESA

Está considerado como el pintor con más peso del academicismo francés. Fue el, primer presidente del departamento de pintura de la Sociedad de Artistas Franceses y el gran favorito de la clase adinerada de su época.

Sus pinturas se encuadran dentro del género realista, haciendo interpretaciones modernas de temas clásicos de la mitología, con un énfasis especial en el cuerpo humano femenino. 


Inicios y formación

William-Adolphe Bouguereau nació y murió en la localidad francesa de La Rochelle (1825-1905) siendo el segundo de los cuatro hijos de una familia pequeño-burguesa.

Cuando Boguereau tiene siete años, la familia se traslada a vivir a Saint-Martin, en la isa de Rè, para proseguir con sus negocios, y allí se le inscribe en la escuela donde al parecer solía llenar de dibujos sus libros y cuadernos.
Todavía un niño, es enviado a vivir con su joven tío Eugène, cura católico en la iglesia de Saint-Étienne en Mortagne sur Gironde. Posiblemente fuera él quien se percatara y alentara la sensibilidad y aptitudes artísticas de William-Adolphe.


Por ello, en 1839, Eugène decide enviar a su sobrino a la escuela de Pons a estudiar arte clásico, religión e historia antigua, entre otras materias. Más tarde, con 16 años, Bouguereau tomó clases de dibujo con Louis Sage, discípulo de Ingres.


En el año 1841, se traslada con su familia a Burdeos, donde el joven Bouguereau tuvo que hacerse cargo de la contabilidad del nuevo negocio familiar (un comercio de aceite de oliva) ya que su padre no quería que fuese artista.


Sin embargo, ante la insistencia, su padre le dejó  finalmente inscribirse en la escuela municipal de arte, donde fue admitido en las clases avanzadas de Jean-Paul Alaux, dos horas diarias.

Pero a pesar de la oposición paterna, destacó. Se traslada a vivir a París gracias a una carta de recomendación de Alaux que le procuró un empleo en el estudio de pintura de Francois-Édouard Picot donde, según su propio testimonio, trabajó como un esclavo sin apenas tiempo para dormir.


Finalmente, en 1846, fue aceptado en la Escuela de Bellas Artes de París. Para complementar sus estudios, asistió a disecciones anatómicas y estudió trajes históricos y arqueología. En  1950 gana en la Academia el Gran Premio de Roma y con él una beca para residir y estudiar en esa ciudad, en Villa Médici.

Bouguereau
A lo largo de algo más de tres años viajó por Italia pintando copias de obras maestras, y además de las lecciones formales de pintura y estudiar de cerca de los artistas del Renacimiento y sus obras maestras, así como griegas, etruscas y antigüedades romanas, también estudió literatura clásica, tema favorito en su carrera. 

Fama y reconocimiento

Cuando volvió a su país, expuso en el Salón de París de 1854 consiguiendo una segunda medalla que le dio popularidad y prestigio académico.

Tres años después ya era un pintor reconocido. Fue por ello que el mismo emperador, Napoleón III, le encargó un retrato de sí mismo y de su esposa, así como la pintura histórica Napoléon III visitando las inundaciones de Tarascon.

Desde entonces, tuvo grandes admiradores de su pintura, entre los que se encontraban la realeza, la aristocracia y las grandes fortunas de los negocios. Pero también tuvo detractores entre los artistas contemporáneos como Gauguin, Cézanne o Van Gogh que lo aborrecieron o ignoraron porque encontraban su pintura anodina y sin contenido.


Pero su fama era imparable. Tenía, además, fuertes conexiones con comerciantes de arte que le ayudaron no sólo a vender su obras sino a obtener importantes beneficios por ellas en toda Europa. Con sus ingresos en crecimiento, compró una gran casa y estudio en Montparnasse.

Bouguerau se casó por primera vez en 1856 con Marie-Nelly Monchablon, con la que tuvo cinco hijos.  y posteriormente tuvo cinco hijos. 

En 1877, tanto su esposa como el único hijo que le quedaba vivo murieron. Diecinueve años más tarde volvería a casarse con la norteamericana, también pintora y alumna suya, Elizabeth Gardner.

Elizabeth utilizó su influencia con su marido para abrir muchas instituciones de arte francés a las mujeres por primera vez, incluyendo la Academia francesa.

Por su parte, Bouguereau consiguió a través de su matrimonio que sus obras fueran muy apreciadas, y económicamente valoradas, por la alta burguesía de los Estados Unidos, país de origen de su esposa.


Bouguereau no sólo disfrutó en su tiempo de gran popularidad y valoración económica de sus obras, sino que también recibió numerosos honores oficiales.

Pero además de retratos, que le pagaban muy bien, recibió encargos para decorar casas particulares, edificios públicos e iglesias, bien con su estilo, bien con un estilo determinado, pero en cualquier caso bien pagado.

Desde la década de 1860, Bouguereau estaba estrechamente asociado con la prestigiosa Academia Julian , donde dio clases y asesoramiento a los estudiantes de arte, hombres y mujeres, de todo el mundo. Durante varias décadas enseñó dibujo y pintura a cientos, si no miles, de estudiantes, muchos de los cuales fueron luego famosos pintores, como Matisse o su segunda esposa.


El 8 de enero de 1876, Bouguereau fue elegido miembro de la Academia francesa de Bellas Artes.

En 1881 el gobierno francés entregó el control administrativo del Salón de París a los artistas, como consecuencia de ello se fundó la Sociedad de Artistas Franceses y Bouguereau fue elegido el primer presidente del departamento de pintura.

En 1903 fue nombrado "Gran Oficial" de la Legión de Honor y su talento era desde hacía tiempo reconocido internacionalmente.


Al final del año de 1903 su precaria salud ya le impedía escribir o pintar. Murió de un problema cardíaco, en su casa de La Rochelle, la noche del 19 de agosto de 1905.

Producción y estilo

En sus ochenta años de vida se le atribuyen más de ochocientas obras acabadas conocidas, aunque el paradero de muchos de ellos hoy por hoy se desconoce.

En su propio tiempo, Bouguereau fue considerado como uno de los pintores más grandes del mundo por la comunidad del arte académico porque él personificaba gusto y refinamiento y el respeto a la tradición. Pero  al mismo tiempo, fue duramente criticado por los pintores vanguardistas porque para ellos era un técnico competente, pero anclado en el pasado. Fue Degas y sus colaboradores quienes primero utilizaron el término despectivo "Bouguereauté" para describir un estilo artístico superficial.


Algunos especialistas definen a Bouguereau como pintor de retratos de aspecto fotográfico, obras religiosas hábiles y sentimentales y desnudos tímidamente eróticos, como prototipo del dominio de las técnicas pictóricas academicistas y de las claves sociales de la hipocresía burguesa.

También se le define como un pintor de indudables dotes e influencia social mientras vivió, y uno de los más hábiles artistas de su época a la hora de pintar lo que el burgués quería mirar: mujeres hermosas, tiernas adolescentes y niñas pobres encantadoras y muy limpias.

Las obras de Bouguereau fueron ávidamente comprados por los millonarios americanos. Por ello, se le criticaba también que pintaba en gran medida como respuesta al mercado, es decir, al gusto del  público que compraba.
Sus biógrafos le definen como un hombre beligerante y soberbio desde que alcanzó los  primeros éxitos oficiales, por lo que se convirtió en un enemigo temible y despiadado con todo aquel que no viese y reconociese su esfuerzo artístico con la 'mirada burguesa neutra'.


En muchas de sus obras, siguió el mismo enfoque clásico de la composición, la forma y la materia de los artistas del siglo XVI, especialmente de Rafael, su favorito, con un cuidado exquisito del contorno y del cuerpo humano.

En sus pinturas, de género realista, utilizó temas mitológicos haciendo interpretaciones modernas de temas clásicos, tanto paganos como cristianos, con énfasis especial en el desnudo femenino. El mundo idealizado de sus pinturas está lleno de diosas, ninfas, bañistas, pastoras y vírgenes todas ellas encantadoras.

Bouguereau empleó métodos tradicionales de elaboración de la pintura, incluyendo estudios detallados de lápiz y bocetos de aceite. Fue concienzudo y detalla con la representación de la forma humana, particularmente de la piel, manos y pies. También se utilizan algunos de los símbolos religiosos y erótico de los viejos maestros, tales como la "jarra rota", que connota la inocencia perdida.

Fue, pues, el pintor de salón por excelencia de su generación (exhibió en la exposiciones del Salón de París durante toda su vida) y, por tanto, según sus detractores, enemigo de todas las ideas progresistas.

Después de 1920, Bouguereau y su arte cayeron en desgracia debido en parte al cambio en los gustos. Pero a finales de la década de los setenta hubo un renacimiento del interés en la pintura de figuras que condujo a un redescubrimiento de Bouguereau y su trabajo, respaldado también por la edición lujosa de su obra y los altos precios alcanzados en las subastas.


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