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CRISTIANOS EN ORIENTE: RESILENCIA EN ESTADO PURO

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El cristianismo en Oriente Próximo, Oriente Medio y Extremo Oriente tiene una larga y rica historia que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. A pesar de ser la cuna de esta fe, la presencia de los cristianos en estas regiones ha disminuido considerablemente con el tiempo debido a las migraciones, la persecución, la guerra y la inestabilidad política. Aun así, las comunidades cristianas en estas áreas mantienen una importante relevancia cultural y religiosa, aunque enfrentan desafíos significativos en su lucha por la supervivencia. El Cristianismo en Oriente Próximo y Medio: Cuna de la Fe El Oriente Próximo es el lugar donde surgió el cristianismo, una región que abarca los actuales territorios de Israel, Palestina, Líbano, Siria, Jordania, Egipto e Irak. Esta zona fue testigo de la vida de Jesús y de los primeros apóstoles, siendo Jerusalén, Antioquía y Alejandría importantes centros del cristianismo temprano. 1. Las Comunidades Cristianas Históricas Iglesia Ortodoxa Co...

LILLY MARTIN SPENCER O COMO IDEALIZAR LA FELICIDAD CON LA PINTURA

Es una de la más populares y reproducidas pintoras estadounidenses de mediados del siglo XIX.

Pintó escenas domésticas, mujeres y niños en una cálida atmósfera feliz de la vida cotidiana de clase media.


Trayectoria

Angelique Marie Martín, conocida artísticamente como Lilly Martín Spencer nació en Exelter, Inglaterra en 1822, pero con ocho años emigró con su familia a Estados Unidos.

Desde que siendo muy joven se definieron sus inclinaciones hacia la pintura, sus padres la apoyaron en su búsqueda de una formación artística completa.


Sus primeras obras fueron un fiel reflejo de su propio hogar en posturas realistas típicas de una familia de clase media en Estados Unidos.

Pronto se hizo conocida en su ámbito más cercano, pero la dificultad de adquirir los materiales adecuados y la falta de un maestro competente retrasaron su progreso.


Sin embargo, a pesar de que su técnica era autodidacta, consiguió llamar la atención de artistas locales que hicieron de mentores de la joven Lilly.

Su primera exposición tuvo lugar en agosto de 1841 en una rectoría de su iglesia, donde llamó la atención de Nicholas Longworth, un benefactor de muchos artistas. Longworth se ofreció a ayudar financieramente a Lilly. 




En el otoño de 1841 viajó a Cincinnati para una exposición, pero pasaría los próximos siete años estudiando allí.
Este sería el período más productivo de su carrera en el que empezando por Cincinnati y siguiendo por Nueva York, termina trasladándose a Nueva Jersey.

Lilly rechazó la oferta de Longworth para enviarla a Europa para estudiar, pero aceptó la ayuda económica para ser instruida artísticamente por James Beard y otros artistas locales.

Produjo sus obras más conocidas y populares durante la década entre 1848 y 1858. Lilly era una artista muy particular pues la mayoría de las mujeres utilizan el arte como evasión, pero no como una carrera, por eso llamaba la atención.



 Ya tenía una incipiente carrera como pintora, cuando en 1844 se casó con Benjamín Rush Spencer.  Aunque muchos temieron que el matrimonio acabaría con su carrera artística, no fue así. Benjamin Spencer, un inglés que trabajaba en el negocio de la sastrería,  se dedicó a ayudar a Lilly Martin Spencer tanto en las tareas domésticas como en el trabajo de su taller de artista. Esto hizo que Lilly fuera en realidad el sostén de la familia, una familia que aumentó hasta haber visto nacer a trece hijos, aunque sólo siete de ellos lograron llegar a la edad adulta.

Así, se convertiría en el pintor de género femenino más popular y ampliamente reproducido de mediados del siglo XIX.




Pero aunque Lilly Martín Spencer tenía un público para su obra, los Spencer experimentaron dificultades financieras crónicas por lo que en busca de nueva oportunidades se trasladaron en 1848 a Nueva York. Allí ya era conocida y su obra fue bien acogida por el público de clase media que se veía reflejado e identificado con sus obras. 

En 1849 produjo su primera pintura de éxito importante, La hora feliz, pero para tener mayor solvencia económica Lilly también ilustrará libros y revistas.

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Pero el éxito de las pinturas de Lilly no se traducen en beneficios económicos por lo que una vez más la familia decide probar suerte en Nueva Jersey en 1858. Pero el dinero seguía siendo un problema. A finales de la década de 1850, en un intento por ampliar la gama de sus opciones a sus escenarios, añadió sexualidad a las mujeres en sus espacios domésticos. Realizó las figuras femeninas  más sugerentes, con peinados más elaborados y vestimenta más sexy.

La Guerra Civil, en la década de 1860, produce un cambio en su obra. Sus pinturas se hacen más reflexivas y patrióticas sobre el papel de la mujer en la sociedad. Fue durante este tiempo lo que ella consideró su obra maestra, la Verdad Revelación falsedad. La obra, cuyo significado sigue siendo ambiguo hoy día, se considera como un mensaje alegórico.

La familia se traslada de nuevo en el invierno de 1879 a las zonas rurales de Nueva York. Sus pinturas reflejan este cambio con escenas de la vida en la granja donde residen. Sin embargo, aunque Lilly intentó vender su trabajo se encontró que el mercado había cambiado drásticamente desde la guerra civil. 


Su marido, con cuarenta y seis años, murió en febrero de 1890, dejando a Lilly viuda y con un montón de niños. Ella vendió la granja y se trasladó a otra más modesta a unos 10 kilómetros de distancia, manteniendo un estudio allí. 

Lilly siguió trabajando hasta su muerte, acaecida el 22 de mayo de 1902, pero su situación financiera siguió siendo insegura siempre.

Producción y estilo

La mayoría de sus cuadros son óleos sobre lienzo de tamaño variable. Sus temas eran casi siempre de la vida cotidiana de la clase media, pintando a menudo a niños idealizados, madres amorosas con sus pequeños, felices amas de casa y adorables maridos.

Su obra se ha considerado de una parte ideológica, por su aceptación de los roles tradicionales, como utópica, por el dominio de la clase media y el sexo masculino.


Sus obras prestan especial atención a los detalles de la decoración, botes, frutas, arreglos florales, etc, resultando el conjunto de un brillante refinamiento.

Su paleta tiene un acabado satinado y unos colores brillantes. En los últimos años sus pinceladas fueron más secas y sueltas. Una de las principales críticas a su obra es la variación en el tamaño de las cabezas de sus figuras, es decir, que la cabeza era más grande y desproporcionada respecto al cuerpo.

Los expertos consideran que sus pinturas exudan un entusiasmo y una felicidad que recuerdan el arte holandés del siglo XVII, por una mirada directa hacia el espectador, su coqueto e, incluso, burla o broma.

A finales de 1840 y 1850, la obra del artista se hizo popular en Europa y América. 

Spencer expuso sus pinturas en la Academia Nacional de Diseño y estuvo representada en el Pabellón de Mujeres de la Exposición Centennial de Filadelfia en 1876. También produjo trabajo para un número de mecenas prominentes. Sin embargo, su fama se la debe sobre todo a la venta masiva de copias baratas de sus pinturas al óleo.


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