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LA PEOR DERROTA ALIADA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LA CAÍDA DE SINGAPUR

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La caída de Singapur en febrero de 1942 es considerada una de las peores derrotas sufridas por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial . Esta catástrofe militar fue un golpe devastador para el prestigio del Imperio Británico y cambió el equilibrio de poder en el sudeste asiático, marcando una victoria aplastante para las fuerzas japonesas. Con la rendición de más de 80.000 soldados aliados, la caída de Singapur es recordada como un momento crítico que evidenció la vulnerabilidad de los poderes coloniales europeos frente a la expansión japonesa. Contexto de la Batalla de Singapur Antes del conflicto, Singapur era considerada una fortaleza prácticamente inexpugnable y la clave de la defensa británica en Asia. Apodada como la "Gibraltar de Oriente", su ubicación estratégica en el extremo sur de la península malaya la convertía en un puesto crucial para proteger las rutas marítimas que conectaban Europa con el Pacífico. La ciudad fortificada, defendida por fuerzas británic...

MACCHIAIOLI ITALIANOS: LOS PRIMEROS IMPRESIONISTAS

Rompieron con el neoclasicismo y el romanticismo dominante, renovando la cultura pictórica de su país.

Están considerados como los iniciadores de la pintura moderna italiana y los precursores del impresionismo francés.





Una escuela en sí misma

Los Macchiaioli (literalmente manchistas o manchadores, nombre peyorativo que recibieron y que ellos luego adoptaron), constituyeron un grupo de artistas rebeldes que se conformó en Florencia en la segunda mitad del siglo XIX.
  
En este momento,  Florencia acoge una intensa actividad cultural, social y política. Así, desde 1852, el Caffè Michelangiolo, situado en el plaza del Duomo, se va a convertir en el lugar de  encuentro y reunión de una serie de artistas (la mayoría eran toscanos, pero también de otras partes de Italia así como del resto de Europa con artistas como Tissot, Manet o Degas que incorporarán estas  innovaciones al arte parisino a su vuelta) que discutirán apasionadamente tanto de arte como de política ya que su compromiso con la renovación artística corre en paralelo a sus ideales políticos en pro de una nueva Italia. 


De hecho, incluso participan como voluntarios en las guerras de la independencia italiana y en las campañas a favor de su unidad. Por ello se convierten también en una especie de cronistas, que narran a través de sus pinturas los conflictos de una manera desencantada construyendo así una nueva imagen del Risorgimento contraria a la exaltación del belicismo que se había producido hasta entonces.

Se van a rebelar contra la pintura académica en la que se han educado y los postulados del Romanticismo, y buscan contribuir a la renovación de la pintura de su época, ante todo, con imágenes honestas y sin artificios que plasmarán en sencillos paisajes, escenas campesinas o el retrato de la burguesía.

La unión de los ideales artísticos y políticos de estos artistas (que se convierte en grupo en 1855) se traduce asimismo en una fuerte amistad entre ellos. Juntos trabajan en Castiglioncello, en la hacienda de Diego Martelli, su mecenas, donde aparecerá su gusto por la pintura al aire libre con la riqueza cromática de la campiña toscana y en Piagentina, donde apostarán por la sobriedad del retrato burgués quattrocentista.


 De esta forma, los macchiaioli van a cambiar el concepto de pintura existente hasta entonces en Italia e influirá de manera decisiva en el arte del siglo XIX, dado que muchos autores les consideran los precursores de los impresionistas franceses, el movimiento más determinante de la historia del Arte, adelantándose a estos en diez años.

Técnica

El movimiento macchiaioli está considerado uno de los más poéticos de este periodo, y el único de la época que ha recibido la denominación de escuela, tanto por los intereses que ligaba a todos los componentes del grupo, como por la alta calidad de los resultados artísticos obtenidos.





Ellos afirmaban que la imagen de la realidad es un contraste de manchas de colores y de claroscuros, por lo que sus señas de identidad se podrían definir tanto en la búsqueda de la luz capturada con el máximo realismo (eluden la instantaneidad), entrega total a la naturaleza (pintan todos juntos al aire libre), idolatría por el Quatrocento, así como pasión por la fotografía.

Estos artistas tienen en común también la búsqueda de la sencillez que exhiben en sus paisajes de escenas campestres e interiores de viviendas burguesas (siempre sobre tablas de pequeños formatos).


Todos estos artistas fueron además soldados y cronistas armados con sus pinceles en las batallas en las que participaron. Las composiciones llenas de color con soldados que luchan o han caído heridos no son un canto al belicismo como hasta entonces ocurría, los Macchiaioli impregnan sus telas de desencanto y soledad. Con ello pretenden representar la decepción de los jóvenes ante una nueva Italia dominada por las élites. Cineastas como Luchino Visconti o Mauro Bolognini inspiraron algunas de sus grandes películas en estos cuadros.


El retrato y las escenas íntimas de la burguesía florentina sustituyen a los temas bélicos durante los últimos años de actividad del grupo. Es también en esta segunda etapa en la que se inspiran con más rigor en el Quattrocento para construir un arte nacional.

Estos retratos van a representar a hombres y mujeres en sus escenarios cotidianos sin la menor pompa, pero con toda la elegancia de los interiores de las casas pudientes de la época, pintando del natural sus pequeñas tablas construidas mediante manchas de color.

Al igual que los impresionistas franceses, los macchiaioli se interesan por las experimentaciones con el color y la óptica. Eliminan las perspectivas escenográficas tradicionales y utilizan pequeños formatos que no suelen alcanzar los 15 centímetros de alto, dando como resultado obras apaisadas y alargadas, como si fueran panorámicas. Su técnica pictórica se basa en los contrastes cromáticos y de luz y en una síntesis geométrica de las formas. Suelen ser obras de óleo sobre madera, algo que es influencia de la pintura florentina del Trecento y el Quattrocento.


En sus retratos experimentan también con la espontaneidad del posado, tratando de superar los tradicionales retratos puristas anteriores.

Las obras de los mancchiaioli están prácticamente en su totalidad en museos italianos y en colecciones privadas del país, por lo que es casi imposible encontrar fuera de Italia pinturas de los macchiaioli.

Componentes del grupo

Los nombres más importantes del grupo fueron Giovanni Fattori, considerado el mayor representante de los macchiaioli; Giovanni Boldini, Giussepe Abbati, Silvestro Lega, Raffaello Sernesi, odoardo Borrani, Vincenzo Cabianca y Telemaco Signorini, entre otros.

La corriente dio origen, entre el 1880 y el 1930, a la de los post-macchiaioli, es decir de los pintores de origen toscano que utilizaron diversos parámetros pictóricos desarrollados por los "macchiaioli". Entre los post-macchiaioli estaban: Leonetto Cappiello, Vittorio Matteo Corcos, Oscar Ghiglia o Lorenzo Viani.






Su influencia es muy importante en los impresionistas parisinos, y en España en Mariano Fortuny y en generaciones posteriores de pintores como Sorolla.

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