La infanta española Margarita María Teresa de Austria fue, por su matrimonio con su tío Leopoldo I, emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico.
Margarita Teresa fue uno de los personajes de la Corte española de la época más retratados por Diego Velázquez.
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Las Meninas de Velázquez
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Una esposa codiciada
Margarita María Teresa de Austria (1651-1673) nació en Madrid fruto del matrimonio del rey Felipe IV de España con su segunda esposa, y sobrina, Mariana de Austria y, por tanto, hermana del rey Carlos II.
A la edad de 9 años se convirtió en una pieza clave de la lucha por el poder de la Europa del momento para posibilitar la reconciliación entre las dos ramas de los Habsburgo, la española y la austriaca, distanciadas tras la Paz de Westfalia que daba fin a la Guerra de los Treinta Años.
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Detalle |
Su matrimonio se convirtió, pues, en un asunto de suma importancia para el futuro de la monarquía, y, por tanto, su mano en un bien muy cotizado ya que las potencias europeas buscaban posicionarse en el nuevo equilibrio surgido tras Westfalia. Muchos pensaban que quien se casara con ella acabaría heredando las vastas posesiones del rey de España. Las presiones hicieron que tempranamente fuera prometida a su tío el emperador Leopoldo I, hermano de su madre Mariana de Austria.
Pero el rey Felipe IV era totalmente consciente de la importancia del matrimonio de Margarita y dilató intencionadamente esta promesa nupcial a Leopoldo I con la esperanza de que, en caso de primera necesidad, es decir, la prematura muerte del débil Carlos, su hija heredara su trono.
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Diego Velázquez |
Por ello, para asegurar los derechos de su hija en el testamento de Felipe IV no se hace ninguna alusión al posible enlace de Margarita con Leopoldo I. Es más, Felipe IV establece en su testamento unas cláusulas que contemplaran todas las posibilidades de sucesión posibles. Según las mismas, la rama francesa quedaba completamente excluida de la herencia en virtud de la renuncia a sus derechos por parte de la infanta María Teresa, hija d Felipe IV e Isabel de Borbón, tras su matrimonio con el monarca francés Luis XIV, acordado durante la Paz de los Pirineos.
En ningún momento Felipe IV contempló la posibilidad de que el monarca francés o sus herederos pudieran acceder a la sucesión de la monarquía hispánica en caso de muerte prematura de Carlos II. La herencia (en caso de muerte del joven rey) recaería en primer lugar en los sucesores de la infanta Margarita Teresa, después en los sucesores de su hermana María (en este caso Leopoldo I) y por último en los descendiente de la Casa de Saboya a través de la tía del propio Felipe IV, la infanta Catalina MIcaela, hija de Felipe II.
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Del Mazo |
Así, la infanta no dejó de ser, en potencia, una clara y destacada candidata a la sucesión de su padre en el trono desde su nacimiento hasta su matrimonio.
El matrimonio de la infanta con Leopoldo I sufrió varias demoras durante en vida de Felipe IV, ya que la posible muerte prematura del heredero universal, Carlos II, hacía posible la lucha encarnizada de las grandes cortes europeas por la vastísima herencia territorial de la monarquía española. De hecho, se pensó en casar a Margarita con Carlos II de Inglaterra para parar su matrimonio con Catalina de Braganza, casa real en ese momento enemiga de la española.
Pero Leopoldo I apremiaba al rey ya que le urgía el casamiento con Margarita Teresa por tres razones: la necesidad de un heredero; asegurar su candidatura a heredar la monarquía hispánica en caso del fallecimiento de Carlos II, pues Luis XIV, su gran rival, había conseguido contraer nupcias con la primogénita de Felipe IV, lo cual le convertía en el máximo competidor en la cuestión sucesoria; y, finalmente, porque el matrimonio con la infanta ayudaría a reavivar unas relaciones entre las dos ramas de la Casa de Austria.
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Velázquez |
Cuando Margarita tiene 14 años, y todavía su familia estaba discutiendo la conveniencia política de su matrimonio con el tío o con otro monarca, muere su padre el rey Felipe IV, al que se dice que la pequeña infanta se parecía fisicamente y al que estaba tan unida que su muerte la dejó sin consuelo.
Finalmente, el matrimonio de Margarita, de quince años, con Leopoldo I, de veintiseis, se celebra por poderes el 25 de abril de 1666 en Madrid. Tres días más tarde, la infanta y su comitiva parten hacia su nuevo destino. Tras un largo periplo, por tierra y por mar, llegan el 25 de noviembre a Schottwien, una localidad cercana a Viena, donde fue a buscarla el emperador. La entrada oficial en Viena tuvo lugar finalmente el 5 de diciembre y allí tuvieron lugar unos espléndidos festejos con motivo del matrimonio imperial.
La endogamia, un mal de la realeza
Margarita de Austria es uno de los múltiples ejemplos de la endogamia generalizada que envolvía a la realeza europea de la época. Sus padres, por ejemplo, eran tío y sobrina, y ella misma contraería también matrimonio con el hermano de su madre.
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La emperatriz Margarita con su hija María Antonia |
Ello, no cabe duda, también influyó en su descendencia. A la edad de 15 años la ya emperatriz tendría a su primer hijo, Fernando Wenceslao (1667-68), que no llegó al año de vida. Dos años después vendría al mundo su hija María Antonia (1669-92), quien curiosamente sería prometida a su tío Carlos II, aunque luego no se llevó a término. Posteriormente su hijo Juan Leopoldo (1670) que moriría al poco de nacer. Y finalmente María Ana (1672) que murió también al nacer y de cuyo parto fallecería, a consecuencia de las secuelas, la propia emperatriz Margarita a los 21 años de edad el 12 de marzo de 1673. Los restos mortales de Margarita de Austria reposan en la cripta de los Capuchinos de Viena.
Margarita Teresa de Austria fue la última española en el trono austríaco, aunque no pudo conseguir el objetivo de ser madre de un heredero al trono.
Una obra universal
La infanta Margarita Teresa de Austria es la niña de cinco años a quien el genial pintor español Diego Velázquez inmortalizó como una de las protagonistas de su cuadro "Las meninas", considerada una de las más importantes pinturas de la historia del arte universal.
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Velázquez |
Pero Velázquez no sólo la retrató en “Las Meninas”, 1656, (o propiamente dicho “La familia de Felipe IV”), sino que fue uno de los personajes de la Corte más retratados por el propio pintor. Existen multitud de retratos de la infanta realizados por Velázquez, tanto en el Museo del Prado de Madrid como en el Kunsthistoriches Museum de Viena. De ellos destacan obras como La infanta Margarita con vestido rosa, 1653; La infanta Margarita con vestido azul, 1665; Retrato de la infanta Margarita a los 15 años, 1665, aunque la autoría de esta obra ha sido muy discutida, dudándose entre la mano de Velázquez y la de Juan Bautista Martínez del Mazo o una combinación de ambas, hoy los expertos se inclinan por ser la obra de Mazo; Otro destacado retrato de la infanta, atribuido tradicionalmente a Velázquez, ubicado en el Museo del Louvre de París ha sido recientemente puesto en duda por los estudiosos de arte en cuanto a su autoría se refiere.
Pero la infanta también fue retratada por otros artistas de la época, como el ya mencionado Juan Bautista Martínez del Mazo ("Retrato de la infanta Margarita con traje de luto", 1666) o los artistas austriacos Jan Thomas, Gerard Duchâteau, etc.
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