Esta escritora, traductora, culta y cosmopolita fue una adelantada de su tiempo y una enfervorecida feminista.
Fue durante 40 años la esposa, compañera inseparable, agente, secretaria y colaboradora del poeta y Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez.
|
Zenobia Camprubí |
De Barcelona a Estados Unidos
Zenobia Camprubí Aymar, tercera hija de cuatro hermanos, nace un 31 de agosto de 1887 en Malgrat de Mar (Barcelona) en el seno de una acomodada y culta familia catalana (por parte de padre, un ingeniero de caminos, canales y puertos con ascendencia militar) y puertorriqueña (su abuelo era un rico industrial y tanto su madre como su abuela materna habían estudiado en los mejores colegios de Estados Unidos y mantenían muchos lazos familiares en este país).
Los veranos de sus dos primeros años de vida la familia Camprubí se desplazaba a ‘La Quinta’ en Malgrat para disfrutar del estio. Pero ya no volvieron a pasar allí nunca más sus vacaciones debido a los continuos cambios de destino del trabajo de su padre.
Zenobia viaja por primera vez a Estados Unidos a los nueve años acompañando a su madre y a su hermano mayor que sería ingresado en un colegio de enseñanza media en preparación a su posterior ingreso en Harvard (Cambridge, MA) y arreglar el asunto de la herencia, su abuela había muerto en 1895.
En el mes de marzo de 1901 la revista juvenil neoyorquina St. Nicholas publica un cuento corto de Zenobia llamado A Narrow escape (Una escapada milagrosa). También se publica su trabajo autobiográfico Malgrat, inspirado en su estancia en la villa costera. Un nuevo destino paterno les lleva hasta Valencia donde Zenobia escribe y publica varios trabajos literarios, entre ellos, The Garret I have known (El desván que he conocido). Así, obtiene un premio literario consistente en una Insignia de Oro de la revista St. Nicholas Illustrated Magazine for Boys and Girlspor con su trabajo When Grandmother went to school (Cuando mi Abuela asistía a la escuela).
|
Zenobia |
Por discrepancias matrimoniales, en 1905 sus padres se separan temporalmente y madre e hija se marchan a vivir a los Estados Unidos. Durante esta estancia, la vida que lleva Zenobia es totalmente diferente a la que vivía en España. Se mueve por Washington, Boston y Nueva York. Asiste a bailes, reuniones, almuerzos, tés y todo tipo de acontecimientos sociales.
Sin embargo, Zenobia no se olvida de seguir leyendo y estudiando latín, literatura (sobre todo a los clásicos ingleses y españoles), música, historia (europea y americana), escribiendo, asistiendo a actos culturales, viajando sola...., en definitiva, cuidando su formación y preparándose para el futuro con una educación cosmopolita. De hecho, en 1908, Zenobia se matricula en el Teacher’s College de la Universidad de Columbia (Nueva York) para cursar estudios de literatura inglesa y composición. También asistía a clubes de mujeres, donde entró en contacto con el feminismo estadounidense.
Zenobia era una joven bonita, culta y alegre que atrae las miradas de los hombres. Empieza a ser cortejada por el abogado, amigo de la familia, Henry Shattuck.
En 1909 sus padres se reconcilian y madre e hija vuelven a España. La familia se instala en Palos de la Frontera, Huelva, donde Zenobia improvisa una escuela para dar clase a un grupo de diecinueve niños de los alrededores.
Parada en Madrid, boda y exilio
Un año después, el padre de Zenobia es destinado a Madrid. En octubre se produce el tercer viaje de Zenobia a Estados Unidos con motivo del nacimiento de la primera hija de su hermano José. Surge entre ellos la idea de exportar labores de artesanía, bordados y libros a Norteamérica.
Dos años más tarde vuelve a Madrid y se involucra en proyectos culturales e intelectuales. Continúa publicando artículos en revistas norteamericanas.
|
Zenobia |
Con Henry Shattuck, su pretendiente, mantiene una relación epistolar que en 1913 se ve interrumpida y desde entonces ya solo serán amigos.
En esa época los Byne, un matrimonio estadounidense amigos de Zenobia, la acompañan a diversas conferencia y la invitan a las fiestas que organizan en su casa, donde, por primera vez, oye hablar de un arisco y extraño poeta huésped de la residencia que linda con los muros de la casa de los Byne, que se quejaba del ruido que hacían. Pero cuentan que fue allí donde ese poeta, Juan Ramón Jiménez, se enamoró de la risa de Zenobia sin conocerla.
Finalmente, Zenobia y Juan Ramón, se concerán en 1913 en una onferencia de Bartolomé Cossío, enmarcado dentro de unos cursos organizados por la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones, en Madrid, celebradas en la Residencia donde él trabajaba.
Su relación de amistad y colaboración se profundiza. En 1914, Zenobia traduce unos versos de The Crescent Moon de Tagore, incluyendo un poema-prólogo de Juan Ramón. Pero en diciembre de ese año su madre se la lleva otra vez a Nueva York en pos ruptura definitiva de relaciones con el poeta que no gustaba en la familia.
Pero, el 12 de febrero de 1916 llega a Nueva York eJuan Ramón Jiménez y el día 2 de marzo Zenobia y él se casan en la Iglesia católica St. Stephen de Nueva York. El 7 de junio regresan a España.
En 1917, Zenobia traduce y publica El Jardinero, El Cartero del Rey, Pájaros perdidos y La Cosecha de Tagore. Juan Ramón Jiménez les puso un Poema-Prólogo. También en colaboración con Juan Ramón traduce El Asceta, El rey y la Reina, Malini, Ofrenda Lírica, Las Piedras Hambrientas y Ciclo de Primavera, todas de Tagore.
|
Zenobia |
Junto a Katherine Bourland, María de Maeztu y Rafaela Ortega y Gasset, Zenobia funda en Madrid “La Enfermera a Domicilio” en 1918, asociación cuyo fin era cuidar de la salud de niños y adultos enfermos de familias obreras, procurándoles alimentos y medicinas y llevándoles a dispensarios y a la consulta de prestigiosos médicos que les atendían gratuitamente. Además, se puso al frente de pequeños negocios que compensaran los problemas económicos del matrimonio, como la exportación de artesanía y libros a Estados Unidos y la decoración de locales y pisos.
En 1926, se funda en Madrid el Lyceum Club Femenino Español, una de las primeras asociaciones de mujeres creada en España. Zenobia será la secretaria mientras María de Maeztu sea la presidenta.
En los primeros días de la Guerra Civil, Juan Ramón y Zenobia colaboran con la Protección de Menores en el cuidado y alojamiento de niños huérfanos de guerra, El 22 de agosto de 1936 abandonan España con destino a Nueva York y el matrimonio inicia un periplo en el que recorrieron Cuba (donde la pareja desarrolla actividades sociales y culturales así como actos políticos de apoyo al bando republicano español y los niños huérfanos de la guerra recaudando fondos para enviarlos a España), Estados Unidos (donde dio clases en la Universidad de Maryland e impulsó varias campañas a favor de los niños de la guerra civil española), Buenos Aires y Puerto Rico, donde Zenobia trabajó como profesora y conferenciante en la Universidad de Río Piedras. Zenobia trabaja también como voluntaria en cárceles de mujeres y donaba su ropa para que cuando las presas salieran tuvieran algo que ponerse.
Se instalan en Miami y Juan Ramón pronuncia sus primeras conferencias formales en esa Universidad, donde Zenobia lee simultáneamente una versión en inglés traducida por ella misma. Se trasladan a Nueva York y un año despues, en 1944, Zenobia recibe la oferta de la Universidad de Maryland para que imparta clases de español a un grupo de militares, tras lo cual, y visto el éxito, decidieron contratarla como profesora en el Departamento de Historia y Cultura Europeas. En 1945 es contratada con plaza permanente. Los dos impartirán clases en la Universidad además de viajar constantemente en 1948 con motivo de las conferencia por las que Juan Ramón es contratado ya con calurosos y multitudinarios recibimientos.
En 1952 continúa trabajando en la Universidad y mecanografiando sin descanso la producción frenética de su marido. El 18 de agosto Zenobia realiza en Puerto Rico el juramento como ciudadana estadounidense, con ello consigue la doble nacionalidad.
En 1955 la Universidad de Puerto Rico cede al matrimonio una sala que pasará a denominarse Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez, y en Moguer se crea la Casa de Cultura Zenobia-Juan Ramón.
|
Zenobia pintada por Sorolla |
Nobel y muerte
En 1931 a Zenobia le detectan un tumor vaginal, pero decide no operarse, aunque recibe tratamiento de Rayos X para evitar el crecimiento de éste. Pero en 1951 vuelve a enfermar y es operada en Boston, donde termina su tratamiento dos años después y le aseguran su curación. trasladándose posteriormente a Puerto Rico en 1954, donde deja de trabajar en la Universidad por recomendación médica a pesar de haber sido dada de alta. Pero en 1956 reaparece el cáncer. En abril empieza tratamiento de rayos X que le producen grandes quemaduras. En el mes de junio, Zenobia vuela a Boston con el propósito de ser nuevamente intervenida, pero los médicos desaconsejan la operación y le dan tan solamente unos meses de vida.
Zenobia fallece el 28 de octubre de 1956 en una clínica de Puerto Rico, tres días después de que su esposo recibiera la noticia de haber sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura. A ella fueron dedicadas las palabras más hermosas del discurso que pronunció durante la entrega del galardón.
Juan Ramón Jiménez la sobrevivió solo dos años. En la actualidad los restos de ambos se encuentran en Moguer.
Infatigable trabajadora
Desde que se casa con Juan Ramón Jiménez, la vida intelectual de Zenobia se centra en su marido y le servirá de musa, colaboradora, secretaria, agente y traductora.
De su actividad literaria destacan las primeras traducción al castellano de muchas de las obras del Nobel de Literatura indio Rabindranath Tagore (algunos junto a su marido), así como de Shakespeare, Edgar Allan Poe y otros clásicos ingleses.
|
Zenobia y Juan Ramón el día de su boda |
En 1920 se estrenó la obra El Cartero del Rey de Tagore, traducida y adaptada para el teatro por Zenobia. Un año más tarde, se realiza la representación en el Ateneo de Madrid de la obra de John M. Synge Jinetes hacia el mar en versión de Zenobia.
También destaca su labor de difusión de la cultura y la lengua españolas, especialmente en los ambientes literarios de Estados Unidos desde su puesto de profesora en la Universidad de Maryland y Puerto Rico.
Como valor importante para la literatura están sus diarios, donde plasma la vida, la cultura y la sociedad de mitad del siglo XX: Diario I. Cuba (1937-39), Diario II. Estados Unidos (1939-50), Diario III. Puerto Rico (1951-56), y Juan Ramón y yo (1954).
Además, Zenobia Camprubí está considerada como una de las primeras feministas de España. Fue miembro destacado del Lyceum Club Femenino junto a Victoria Kent, desde el que reivindicó constantemente una mayor presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.
También destacan sus labores de carácter humanitario, destacando varias campañas en favor de los niños españoles víctimas de la Guerra Civil realizadas desde Nueva York.
Zenobia y Juan Ramón
Desde que conoció a Juan Ramón Jiménez, Zenobia decició sacrificar su talento literario en favor de su marido. Así, templo su ánimo neurótico y depresivo con su propia alegría innata y alentó también su pluma.
En este sentido, la historia de Zenobia Camprubí puede parecer, pues, contradictoria. Ella, considerada una de las primeras feministas y defensoras de la emancipación de la mujer, vivió cuarenta años de su vida junto a Juan Ramón Jiménez al que cuidó, ayudó en la edición de su obra y veló por su apática actitud vital ya que el éxito literario de Juan Ramón no pudo evitar su actitud depresiva ante la vida.
Pero Zenobia persistía, se volcaba de lleno en su marido, no sólo ayudándolo en su faceta profesional, sino también, y sobre todo, buscando la manera de apaciguar sus tristes sentimientos, especialmente en circunstancias tan particulares como el exilio.
|
Zenobia y Juan Ramón ya mayores |
Precisamente, a partir del exilio de la Guerra Civil Zenobia comenzó a escribir sus diarios, que inició en La Habana en 1937 y que ya no dejó hasta pocos días antes de su muerte. En sus páginas escritas en inglés y en castellano da cuenta de sus quehaceres cotidianos, zurcir la ropa, recibir clases de cocina, ahorrar hasta el último centavo, salir de compras, visitar las cárceles, enseñar a leer y a escribir a las presas mientras Juan Ramón se pasaba el día tirado en la cama. "A Juan Ramón no se le puede dejar solo en absoluto. ¡Él es queridísimo aunque me vuelva loca!". Un día tiene que comprar un hornillo eléctrico porque J. R. tiene frío por la noche y le dura hasta la mañana, otro día ya no puede más y está dispuesta a abandonarlo. Reconoce que haber nacido con la disposición de J. R. ante la vida es un serio problema para su vitalismo porque él solo encuentra alivio parcial en el aislamiento.
A través de su correspondencia y de sus punzantes, intensos y francos diarios, Zenobia Camprubí relata su vida con Juan Ramón y deja entrever su yo, el de una mujer independiente, práctica y activa. En ningún caso sumisa.
Y sin embargo, parece que Zenobia fue una mujer feliz que dedicó su vida a su gran amor, Sin duda alguna, Juan Ramón Jiménez amó también a su compañera, aunque esta no le pudo librar de su terrible mal, la depresión. Desaparecida Zenobia, fue imposible.
*****
CONTENIDO RELACIONADO