Santiago Ramón y Cajal es para la neurociencia lo que Einstein a la física o Darwin a la biología.
Por sus avances, investigaciones y conocimientos, se le reconoce como "el padre de la neurociencia moderna" y se le distinguió con el Premio Nobel.
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Santiago Ramón y Cajal |
Un joven rebelde
Antes que por la medicina, Santiago Ramón y Cajal (nacido en 1852) se interesó por la fotografía y la pintura. Pero su padre, también médico cirujano, le convenció finalmente de que estudiase medicina. Al concluir la carrera y ganar las oposiciones fue destinado a Cuba como médico militar.
Tras la amarga experiencia de su estancia en la isla caribeña, y de su baja por grave enfermedad, comienza a su vuelta a España, en el año 1875, su doctorado, su labor docente y su vocación científica.
Adquiere un microscopio (un microtomo), reactivos químicos y colorantes y en un modesto laboratorio inicia sus investigaciones histológicas.
Se casa por amor, y contra la opinión de sus padres y amigos, y tiene siete hijos, pero sigue opositando y ganando cátedras como las de Valencia (Anatomía Descriptiva) y Barcelona (Histología).
El año 1888 fue, como él mismo lo definió, su "año cumbre". Descubrió los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas de la materia gris del sistema nervioso cerebroespinal.
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Pintado por Sorolla |
La doctrina de la neurona
En su época, sobre el sistema nervioso, había una hipótesis defendida por casi todos los neurólogos: la "teoría reticular". Sostenía que el sistema nervioso era un tejido continuo y que estaba formado por fibras nerviosas en forma de una compleja red en la que el impulso nervioso se propagaba sin interrupción.
Pero el científico español, en 1888, publicó un artículo en el que decía que cada célula nerviosa era "un cantón fisiológico absolutamente autónomo". Su doctrina de la neurona afirmaba que las células nerviosas eran unidades anatómicas individuales que se comunicaban entre sí sobrepasando los huecos entre ellas a través de sus "ramificaciones".
Su teoría fue cobrando apoyo gracias al desarrollo de una técnica nueva para visualizar neuronas, que fue creada por el científico italiano Camillo Golgi y refinada por el propio Cajal. Ambos investigadores compartieron el premio Nobel de medicina en 1906 por ese trabajo.
Hasta el día de hoy la doctrina de la neurona de Ramón y Cajal es la que se sigue estudiando en las aulas de medicina de todo el mundo.
Dibujos revolucionarios
Su teoría sobre la autonomía de las células revolucionó la ciencia, pero sus dibujos sobre el tema también. Estos, proporcionaron claridad y comprensión a su teoría de la neurona.
Él había querido ser pintor, su padre no lo dejó, pero se vengó dibujando lo que descubría. Sin ese pasado artístico quizás sus observaciones no habrían tenido tanto impacto.
Ramón y Cajal Pasaba horas mirando tejidos en el microscopio y gracias a su "manía irresistible de manchar papeles" dibujó miles de neuronas, neuroglias y otras fascinantes cosas que encontró dentro del cerebro.
Allá por el año 1890, cuando los detalles que se veían a través de los microscopios no se acercaban ni de lejos a lo que se puede ver hoy en día, Santiago Ramón y Cajal creó dibujos de neuronas y circuitos neuronales muy precisos que desafiaron el conocimiento de la época y transformaron radicalmente la manera en la que los científicos entendían el funcionamiento del cerebro humano.
Primero Ramón y Cajal empezó a dibujar casi compulsivamente lo que observaba en autopsias y disecciones, después lo que veía a través del microscopio y también sus propias hipótesis sobre cómo se comunicaban las neuronas entre sí.
Durante su vida dedicada al estudio de la anatomía del cerebro y del sistema nervioso creó miles de dibujos de gran precisión.
Premios y distinciones
Por su teoría sobre la neurona recibió numerosos premios y distinciones como: el Premio Internacional Moscú (en París, 1900), la Medalla Helmholtz (1905), los nombramientos de doctor honoris causa de las universidades de Clark, Boston, la Sorbona y Cambridge en 1899. Además, el Premio Fauvelle (18 de abril de 1896), concedido por la Société de Biologie de París; Premio Rubio (1897), concedido por la Real Academia de Madrid por su Manual de Histología, la Gran Cruz de Alfonso XII (20 de junio de 1900) y la Gran Cruz de Isabel la Católica (28 de febrero de 1901), el Premio Martínez y Molina, la Gran Cruz de la Legión de Honor francesa con el grado de Comendador (1914), la Cruz de la orden imperial alemana "Pour le mérite" (1915), la Medalla Echegaray, concedida por laReal Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (7 de mayo de 1922) y la Medalla Plus Ultra (abril de 1926)
A partir de la concesión del Premio de Moscú, y respondiendo en parte a un clamor generalizado entre la ciudadanía y la prensa, el gobierno español,crearía para él el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, que dio origen a la Escuela Española de Neurohistología, uno de los centros científicos más importantes del país.
Sus trabajos y aportaciones a la neurociencia —difundidos en Europa por su amigo el anatomista suizo Rudolph Albert von Kölliker— fueron reconocidos en 1906 con la concesión del Premio Nobel en Fisiología o Medicina, galardón que compartió con el investigador italiano Camillo Golgi, cuyo método de tinción aplicó Ramón y Cajal durante años, pero con cuyas tesis, curiosamente, no estaba ni estuvo nunca de acuerdo.
El “Doctor Bacteria”
Pero además de científico y pintor, Ramón y Cajal escribía libros y ensayos, artículos científicos y hasta una serie de divulgación que llamó "Las maravillas de la histología" y que publicó bajo el seudónimo "Doctor Bacteria" en la revista La Clínica.
Aunque en términos literarios hay quienes han cuestionado la calidad de su escritura, lo cierto es que a menudo le da sabor a un tema que de por sí, para los no entendidos, es insípido.
En 1899 publicó el tercer fascículo de su Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados, que se completaría en 1900 y 1901 y cuya traducción francesa contribuyó mucho a su conocimiento internacional.
Tras el Nobel, Cajal publicó algunas obras biográficas, además de sus Estudios sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso(Madrid, 1913-1914). Su último artículo científico, una suma de sus ideas, fue ¿Neuronismo o reticularismo?: Las pruebas objetivas de la unidad anatómica de las células nerviosass. Había sido encargado por una revista alemana, pero los cuatro años de retraso en recibir las pruebas de Alemania hicieron temer a Ramón y Cajal que moriría antes de corregirlo y verlo impreso, como así fue. Sin esperar la respuesta de los germanos, el científico procedió a aligerar su texto y publicarlo en España.
Esta suma científica apareció también en francés, y ya póstumo, en Alemania (1935). Más tarde, en 1954, y con motivo del primer centenario del nacimiento de su fundador, hubo una edición preparada por el Instituto Cajal.
Santiago Ramón y Cajal murió en 1934, pero él y su esposa dejaron dispuestos la concesión de cuatro premios: dos anuales (al mejor alumno de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y al mejor alumno de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de Madrid) y dos bienales (uno a la mejor memoria publicada sobre Anatomía Patológica, Histología o Bacteriología y otro al mejor trabajo publicado sobre Psicología comparada en un grupo cualquiera de animales o de una especie determinada).