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Los evangelios son escritos de los primeros cristianos que recogen las predicaciones de los discípulos de Jesús de Nazaret sobre el mensaje, muerte y resurrección de este.
Hacia el siglo III había más o menos un centenar de evangelios con la misma credibilidad entre los cristianos, pero la Iglesia decidió otorgar legitimidad sólo a cuatro.
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La Biblia |
Origen
La palabra «evangelio» es empleada por primera vez en los escritos de Pablo de Tarso (carta a los corintios, año 57) a las comunidades cristianas.
Hacia el siglo II había unos 100 evangelios con la misma dignidad unos que otros entre los cristianos, por lo que ya por entonces hubo
intentos de dilucidar qué evangelios deberían leerse como escrituras.
El obispo Ireneo de Lyon, en el año 185, en su obra Adversus haereses, criticó con dureza tanto a las comunidades cristianas que hacían uso de un solo evangelio, el de Mateo, como a los que aceptaban varios de los que hoy son considerados como evangelios apócrifos, sobre todos y especialmente los gnósticos. Ireneo afirmaba que los cuatro evangelios por él defendidos eran los cuatro pilares de la Iglesia (presntando como lógica la analogía con los cuatro puntos cardinales o los cuatro vientos).
Finalmente, hacia el siglo III-IV, hubo un acuerdo para estandarizar doctrinas cristianas y promover un canon acordado de las escrituras del Nuevo Testamento.
La Iglesia comenzó a separarlos y escogió cuatro que según ellos tenían mayor credibilidad y se consideraron inspirados por Dios (evangelios canónicos). A los otros (evangelios apócrifos) entonces se los empezó a considerar falsos, cuando en realidad en un principio todos eran iguales.
Así que algunas de las escrituras "apócrifas" fueron apartadas, o incluso suprimidas o quemadas. Pero la gran mayoría simplemente dejaron de ser reproducidas y desaparecieron.
Evangelios canónicos
Los evangelios “canónicos”, reconocidos como parte de la “Revelación” por las diferentes confesiones cristianas, son cuatro. Están contenidos como parte de los 27 textos que integran el Nuevo Testamento (estos junto con el Viejo Testamento, forman el canon de las sagradas escrituras cristianas, es decir, la Biblia). .Son conocidos con el nombre de sus autores: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
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Los cuatro evangelistas |
Los cuatro evangelios ya se utilizaban como escrituras en servicios eclesiásticos en Roma y quizás también en otros lugares.
La mayoría de los expertos consideran que estos cuatro evangelios fueron escritos entre los años 65 y 100 d. C.,( Marcos: c. 68-73; Mateo: c. 70-100; Lucas: c. 80-100; Juan: c. 90-110), aunque otros expertos proponen fechas más tempranas.
Tres de los evangelios canónicos, Marcos, Mateo y Lucas, presentan entre sí importantes similitudes. Por la semejanza que guardan entre sí se denominan sinópticos (synopsis, «vista conjunta»), es decir, que se basaron en un texto y siguieron su planteamiento principal.
Una de las teorías para explicar las diferenicas y semejanzas de los sinópticos es la llamada «teoría de las dos fuentes». Según esta, Marcos sería el evangelio más antiguo de los tres, y que habría sido utilizado como fuente por Mateo y Lucas, lo que puede explicar la gran cantidad de material común a los tres sinópticos, sin embargo, dado que los evangelios fueron escritos en tiempo y lugares diferentes, no parece tener muchos sentido.
Otra teoría dice que entre Lucas y Mateo se han observado coincidencias que no aparecen en Marcos y que se han atribuido a una hipotética fuente Q, que consistiría básicamente en una serie de «dichos»o «enseñanzas» de Jesús sin elementos narrativos. El descubrimiento en Nag Hammadi del evangelio de Tomás en 1945 (recopilación de dichos atribuidos a Jesús), contribuye a consolidar la hipótesis de la existencia de la fuente Q.
El de Juan es sin duda el último de los evangelios canónicos, de fecha bastante más tardía que los sinópticos. En él, los milagros no son presentados como tales sino como «signos», es decir, gestos que tienen una significación más profunda: revelar la gloria de Jesús. Se cree que el autor de este evangelio tuvo a su disposición una fuente, oral o escrita, sobre los «signos» de Cristo, independiente de los evangelios sinópticos, que ha sido denominada Evangelio de los Signos.
Tradicionalmente se atribuye la autoría de los evangelios a Mateo, apóstol de Jesús, a Marcos discípulo de Pedro, a Lucas, médico de origen sirio discípulo de Pablo de Tarso y a Juan, apóstol de Jesús. Sin embargo, hasta hoy no ha sido determinada aún la autoría real de cada evangelio.
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Nuevo Testamento |
Evangelios apócrifos
Cuando se habla de evangelios "apócrifos" significa que estos no han sido considerados oficiales por la Iglesia, es decir, que no han sido considerados como "inspirados".
Sin embargo, sí fueron considerados en su momento«escritura» por algunas de las facciones en que se dividió el cristianismo durante los primeros siglos de su historia, especialmente por la corriente gnóstica, que fue la que aportó la mayor parte de estos textos, y por comunidades cristianas que conservaron una conexión más estrecha con la tradición judía de la que surgió el cristianismo.
Estos evangelios gnósticos habían desaparecido, sólo aparecían citados pero para condenarlos por algunos padres de la iglesia que mencionaban a la corriente de los gnósticos como una herejía, pero no se conocían los textos porque habían sido quemados o hechos desaparecer.
Pero cuando los obispos empezaron a pedir que se quemasen los evangelios gnósticos, unos monjes, probablemente del grupo místico de San Pacomio en Egipto, en vez de quemarlos, los escondieron en un ánfora y los enterranron, posiblemente para que algún día fueran encontradas.
En 1945, en unas grutas próximas a la localidad de Nag Hammadi, a unos 100 km. de Luxor (Egipto), unos lugareños encontraron este ánfora, cuidadosamente sellada ,que contenía 52 documentos en trece pergaminos encuadernados en piel de cabra. Tras las pertinentes investigaciones se consideró que fueron escritos en copto entre los siglos III y IV.
Algunos de los evangelios perdidos se escribieron bastante después que los canónicos, en los siglos II y III.
Estos evangelios son algunos de los muchos textos sobre Jesús que no se incluyeron en la Biblia cristiana.Sin embargo, de ellos se desprenden muchas cosas. Entre ellas, que al principio del cristianismo había dos corrientes: una que era la más clásica y tradicional, la de Pablo y Pedro, y otra que era la de los gnósticos capitaneada por María Magdalena, que también tenía varios evangelios. Pero después cuando gana la corriente masculina de Pedro y de Pablo empiezan a arrinconar a la gnóstica de María Magdalena que poco a poco empieza a perseguida.
Esta corriente de María Magdalena estaba inspirada en la filosofía gnóstica (de origen griego), es decir, del conocimiento y la sabiduría. Así, mientras que la corriente tradicional consideraba que la salvación venía a través de la fe y que el mal del mundo venía por el pecado, los gnósticos decían que el mal venía de la ignorancia, y por tanto la forma de redimirse era el conocimiento, y que la salvación no era a través de la fe, de alguien de afuera que nos viene a salvar, sino con el autoconocimiento ya que Dios está dentro de nosotros.
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Evangelio de Tomás |
Sin los evangelios apócrifos no se podría conocer bien a María Magdalena, aunque ya de por si era una figura importante en los canónicos. En los evangelios apócrifos parece con un protagonismo especialísimo y como una mujer culta y versada en el gnosticismo con la que Jesús podía hablar sobre todos los temas y no tanto con sus apósteles, la mayoría analfabetos.
En los evangelios oficiales no se decía que ella había sido la compañera, incluso la compañera sentimental de Jesús. En los evangelios gnósticos eso está clarísimo.
Ahora se dice claramente que ella era su compañera, que él la había iniciado en los misterios. Aparecen las luchas entre los apóstoles. Pedro dice, ¿por qué tenía que enseñarle a ella cosas que a nosotros no nos enseñaba? y ahí otro de los apóstoles dice: "bueno Pedro, si él lo ha querido así, si él la ha escogido a ella tenemos que aceptarlo".
O sea que en los evangelios gnósticos aparece claramente que Jesús hubiese querido que fueran estas mujeres lideradas por Maria Magdalena las encargadas de llevar su mensaje junto con los hombres.
La demostración definitiva es que Jesús para demostrar que ha resucitado -que es el dogma más importante del cristianismo- se aparece a ella y no se aparece a Pedro.
El Jesús de estos textos era radicalmente diferente al aceptado en los evangelios canónicos.En lugar del hijo de Dios sufriente y humano, muestran a un ser divino cuyas expresiones misteriosas revelaban los secretos de la inmortalidad. Jesús es descrito como un místico revelador de verdades escondidas en lugar de un sabio que murió por los pecados del pueblo.
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Pergamino de Nag Hammadi |
Los gnósticos también estaban en contra toda jerarquía. Fue la corriente masculina con Pablo y con Pedro que empezó a hacer jerarquías con los obispos, los Papas, pero al principio del cristianismo eso no existía, Jesús no creó jerarquías.
En comparación con lo que se convirtió en el cristianismo establecido, abierto a todos los creyentes, los evangelios perdidos eran a veces elitistas. Hablaban de una forma misteriosa de encontrar la iluminación, a través del entendimiento de los significados ocultos en las palabras de Jesús, por lo que se cree que eso no enganchó a las masas.
Los más conocidos de estos manuscritos son el Evangelio de Tomás (una colección de “dichos” de Jesús que ya estaban presentes en el Papiro 1 de Oxirrinco, fechado en el siglo II). De este se considera que podría ser incluso anterior a los cuatro evangelios canónicos. :También que así como con los cuatro evangelios canónicos no se sabe quienes son los autores, porque cuando se habla de Marcos, Mateo, Lucas y Juan, son nombres ficticios, de éste se dice que es del apóstol Tomás; el de Felipe (escrito probablemente en el siglo III y que habla de un estrecho vínculo entre Jesús y María Magdalena, sin especificar la naturaleza, pero haciendo hincapié en cómo ella recibe alguna revelación especial de Jesús sobre el conocimiento secreto de este), y el de Marción (un importante teólogo cristiano del siglo II).
Pero también está el de Pedro, que fue descubierto ya en en 1887, antes que los otros; el el de Santiago, el de María Magdalena, el de Bartolomé, las actas de Poncio Pilato, el evangelio secreto de Marcos, el de Judas, el de la esposa de Jesús, el de los Hebreos, el griego de los egipcios, el libro sobre la Natividad de María, etc.
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