En medio de la desértica cordillera del Sinaí se halla uno de los lugares sagrados más fascinantes del mundo: el Monasterio de Santa Catalina.
El monasterio ha experimentado pocos cambios desde su construcción, siglo VI d.de C., por lo que se mantiene casi igual que hace 1500 años.
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Monasterio de Santa Catalina |
A los pies del Sinaí
En Egipto, a los pies del monte Sinaí (unos 2.285 metros de altura) descansa un monasterio llamado de Santa Catalina, situado en la boca de un desfiladero casi inaccesible. Está considerado como el monasterio cristiano mas antiguo del mundo que todavía está funcionando. El monasterio es un complejo de edificios imponente, fortificado y hasta con un pasado cruzado.
Se cuenta que fue la madre del emperador Constantino I el Grande, Santa Elena, la que mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente», que supuestamente custodia el monasterio.
Sería después el emperador Justiniano I, entre el 527 y el 565 d. de C., quién, en torno al lugar levantó el monasterio que a día de hoy sigue existiendo.
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Muros del monasterio |
El auténtico nombre de la abadía es Monasterio de la Transfiguración, o de la Zarza Ardiente, pero es más conocido como Monasterio de Santa Catalina, recibiendo este nombre de Santa Catalina de Alejandría, mártir cristiana del siglo IV a la que sentenciaron a morir en una rueda de tortura por sus convicciones religiosas y por lograr convertir a la propia emperatriz y a cientos de soldados romanos, pero la rueda de tortura se rompió, y finalmente la decapitaron. Su cuerpo, prosigue la leyenda, fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos hacia el año 800, en una gruta de la montaña. Desde entonces el monasterio llevó su nombre y custodió sus reliquias. Se convirtió, además, en un importante centro de peregrinación.
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Uno de los manuscritos de Santa Catalina |
Importancia del monasterio
La basílica del monasterio se construyó con tres naves centrales de basalto con el techo de madera y capiteles labrados en un estilo derivado del corintio, cinco naves laterales, y torres en el extremo occidental.
Aún se conservan los muros que le servían de defensa. El acceso al interior del recinto se efectuaba hasta el siglo XX mediante una puerta elevada en el muro exterior. Las cruzadas aumentaron el interés de los peregrinos hacia el monasterio, que se convirtió en centro de peregrinaje entre los años 1099 y 1270.
Aparte de la antigüedad y belleza arquitectónica del monasterio en sí, el mismo alberga obras de arte únicas y de un valor incalculable; entre ellas se cuentan mosaicos árabes, iconos griegos y rusos, óleos europeos y numerosos objetos religiosos (liturgias, reliquias, cálices, etc). Entre los iconos que guarda el monasterio se encuentran algunos de los más antiguos del mundo, datados de los siglos V y VI. Cabe destacar el Pantocrátor del Sinaí, del siglo VII, el libro de La escalera del divino ascenso, un icono del siglo XII del libro de San Juan Clínaco, o el icono más antiguo sobre un tema del Antiguo Testamento.
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Edicto de protección de Mahoma |
También se pueden encontrar los restos de la mezquita de los siglo X y XI dentro de sus muros, aunque nunca se utilizó porque no está bien orientada a la Meca, además , se han encontrado cruces cristianas en su interior y la Capilla de San Trifón, que es usada de osario para los hermanos difuntos.
Pero, posiblemente, su joya más preciada sea su valiosa biblioteca que guarda la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, sólo superada en número de ejemplares por la Biblioteca Vaticana. En ella se pueden encontrar unos 3.500 volúmenes escritos en griego, copto, árabe, armenio, hebreo, georgiano, siriaco y otras lenguas. También las primeras guías médicas y revisiones bíblicas iluminadoras.
Misteriosos códices entre Oriente y Occidente
Los estudios de los expertos han permitido llegar a la conclusión de que la idea común que dice que hubo poco contacto entre el lejano Occidente y el Medio Oriente entre el siglo V y las cruzadas en el siglo XII es falsa. La copia más antigua conocida de los evangelios en árabe, o lo que está escrito debajo de estos, es una de las muchas muestras de ello. Muchos de estos manuscritos ofrece información sobre las relaciones internacionales durante la Edad Media y una interacción increíblemente compleja de distintas culturas.
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sepulcro de Santa Catalina |
También se ha descubierto que los laboriosos monjes a menudo tuvieron que recurrir a restregar la tinta de los tomos abandonados para poder volver a usar el pergamino. Así, al menos 170 de los 4.500 manuscritos de la colección son manuscritos reciclados, conocidos como palimpsestos.
El palimpsesto revela que hay rastros de escritura griega de los siglos V y VI, de latín un siglo después y también de escritura anglosajona, antes de que finalmente se escribiera árabe sobre él.
Estos estudios también han encontraron que parte de los evangelios del monasterio habían sido hechos a partir de un antiguo texto médico griego que aconsejaba tratar las picaduras de escorpión con una pasta hecha de plantas hervidas con aceite de oliva. También hay manuscritos con rastros de vidas de mujeres santas.
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Biblioteca |
Ataques terroristas
El Sinaí siempre fue un lugar donde chocan las distintas culturas. Hoy, su situación no es diferente.
La mezquita fatimí del interior de sus muros protege el lugar de ataques musulmanes gracias a que en el 625 d.C., Mahoma firmó una carta, supuestamente de su puño y letra, "para ayudar a los cristianos" tras haberle concedido refugio de sus enemigos. Una copia de esta, que garantiza la protección del monasterio, está colgada en el museo. Además, la tribu jebelaya, beduinos locales musulmanes, han ayudado a proteger y manejar el monasterio desde que fue construido.
El monasterio, junto a algunas dependencias del exterior, como el cercano monasterio de Raithu, pertenece a la Iglesia ortodoxa del Monte Sinaí, dependiente de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén. Esta iglesia es autónoma y está encabezada por un arzobispo, que es el mismo abad del monasterio. Este arzobispo es tradicionalmente consagrado por el Patriarca ortodoxo de Jerusalén. Es de igual manera un lugar santo para las tres religiones monoteistas más importantes: la cristiana, la judía y la musulmana.
En 2002 el Monasterio de Santa Catalina fue declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
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