Isaac Asimov pasó de ser el hijo de inmigrantes judíos pobres en Estados Unidos a uno de los escritores de ciencia ficción y divulgadores científicos más exitosos de la historia.
Sus predicciones durante la Guerra Fría corrieron paralelas a los miedos por la ascensión de Hitler, el estallido de la bomba atómica y el avance de la robótica.
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Asimov en la últimos años |
Eterno adolescente, investigador y divulgador
Asimov (Petrovichi, Rusia, 2 enero 1920-1992 6 abril, Nueva York, USA) emigró con su familia a Estados Unidos cuando apenas tenía tres años.
En la tienda de dulces y prensa propiedad de su padre fue donde empezó a aficionarse a la lectura de libros de ciencia ficción, pero a pesar de su extraordinaria inteligencia (160 puntos de cociente intelectual), era un chico de cuerpo frágil que poseía escasas habilidades sociales (no tenía amigos y la chicas le rehuían) y pésimas aptitudes para los deportes. Todo ello, además de ser pobre, inmigrante y judío marcaría su vida.
Su primer entorno de amistades lo encontró cuando rondaba los 18 años entre las incipientes asociaciones de fans de ciencia ficción y, muy especialmente, entre los Futurians, que aspiraban a promover con ella la revolución y el comunismo.
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Asimov de joven |
Después vendrían los autores legendarios de la revista Astounding, la icónica cabecera de ciencia ficción que reunió en sus páginas a firmas del género tan relevantes como Robert Heinlein o L. Ron Hubbard, y al editor y mentor de Asimov, John W. Campbell.
Su inclinación a la ciencia marcó su elección de carrera universitaria, pero en un principio no fue la química, sino la zoología. Pero diseccionar cadáveres de animales le decidió a cambiar su elección por otra en la que solo tuviera que manejar moléculas.
Sin embargo, a pesar de su inteligencia, fue rechazado por la única universidad donde quería estudiar, Columbia, que le atraía sobre todo su prestigio, y no le disuadió ni siquiera que impusiese fuertes restricciones a la presencia de judíos en sus aulas. Finalmente, alcanzó el grado de profesor de Bioquímica de la Universidad de Boston
Pero su carrera científica fue corta . Tras un breve periodo de servicio como químico naval, durante la Segunda Guerra Mundial, y aunque al principio escribió sobre matemáticas, astronomía o química, temas que dominaba, Asimov se decide a escribir sobre ciencia ficción, a partir de la denominada Guerra Fría. Pronto comenzó a ganar tanto dinero como escritor del género que dejó su trabajo académico como investigador.
Psicohistoria y literatura
En los años 40 y 50 del siglo pasado,se vivió un auge de las profecías y los vaticinios en las obras de escritores de ciencia ficción y empezaron a darse grandes avances en robótica y tecnología.
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Comic de Futurians |
Así, Asimov, recurrió a la literatura para expresar sus preocupaciones como científico apoyándose en la psicohistoria, una sociología casi matemática que permitiría predecir el auge y caída de civilizaciones enteras, según su amigo y mentor John W. Campbell, con la conversión de la psicología en una ciencia exacta. Este, es pues uno de los aspectos más significativos en la obra de Asimov para anticipar y predecir los miedos que moldearon el siglo XX: desde el posible colapso de la civilización europea a manos de Hitler hasta la previsible destrucción del planeta en una guerra nuclear pasando por la difícil convivencia pacífica con unos robots cada vez más inteligentes.
Cuando todo ello se hizo patente,
Asimov llevaba años abordando estos temas en sus relatos. Por ejemplo, en 1945 publicó Callejón sin salida, narración protagonizada por los únicos supervivientes de un planeta destrozado, que son trasladados al mucho más apacible Cepheus-18.
En 1948 vino No Connection, tratando la guerra nuclear como la posible causa de extinción de la humanidad. En la década de los cincuenta, además de culminar su saga “Imperio Galáctico”, escribió muchos cuentos sobre la amenaza que suponía la utilización del armamento atómico.
La primera edad de oro de la inteligencia artificial en Estados Unidos arrancaría en 1956 y se extendería hasta 1974. Es un momento en el que se llegó a creer que las máquinas no tardarían mucho en ponerse a la altura de los humanos. La novela Yo, robot de Asimov salió a la venta en 1950, es decir, justo antes de que se iniciase esa edad de oro y el mismo año que se publicó, por primera vez, el test de Turing, que permitía distinguir la inteligencia artificial de la humana. La existencia de robots inteligentes y los desafíos de su relación con humanos ocupaban el relato de la novela de Asimov. Esta obra le consolidó como maestro de la ciencia ficción y quizás sea su libro más popular también gracias a la adaptación al cine con Will Smith como protagonista.
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También fue en esta novela donde se acuñó la palabra “robótica”, y donde aparecieron las tres leyes que debían cumplir los autómatas para garantizar su convivencia pacífica con las personas: primera, un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño; segunda, un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley; y tercera, un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con las leyes anteriores.
Estas tres leyes siguen siendo aceptadas por quienes en la actualidad hablan sobre el desarrollo de la inteligencia artificial. También sirvieron como base para la saga de "La fundación".
"La fundación" es posiblemente la obra más compleja de Asimov. La serie, está formada por un conjunto de novelas que hablan de la caída de un "Imperio galáctico" instaurado por los seres humanos fuera de la Tierra. Los héroes de la saga no son generales ni guerreros, sino intelectuales políticos y científicos intentando minimizar la probabilidad de una edad oscura de la civilización..
Por esta obra, en 1966, recibió el premio Hugo (galardón que entrega la Convención Mundial de Ciencia Ficción a las mejores obras del género).
“Bóvedas de acero" (1953-54) es una novela policíaca ambientada en un mundo futuro en el que la humanidad ha conseguido viajar al espacio y colonizar varios planetas ya que en la Tierra las ciudades están encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero sin contacto directo con el exterior. Presenta en realidad el estancamiento de dos culturas radicalmente opuestas que desconfían la una de la otra y cuyo declive se ve venir.
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Libro de Asimov |
En "El fin de la eternidad" (1955) la historia se desarrolla en una sociedad capaz de viajar a través del tiempo y está organizada en extrañas jerarquías y rangos. En ella, Asimov expone una de sus tesis favoritas: solo el ejercicio de la libertad por parte de las sociedades y la especie humana -con sus éxitos y fracasos- asegurará su desarrollo futuro.
"Némesis" (1989) fue publicada tres años antes de su muerte y la trama se desarrolla en el siglo XXIII, que Asimov marca como la era del inicio de los viajes interestelares. En ella el autor conecta varias ideas de novelas anteriores y posteriores: la inteligencia no humana, planetas sensibles y motores de rotor.
En los años 80, Asimov, que ya tenía más de 60 años, cedió a las presiones para continuar su obra más famosa y escribió nuevas novelas de la serie “Fundación” que se alejan del concepto de psicohistoria, algo en lo que, según parece, el propio Asimov no creía cuando manifestó que los seres humanos son mucho menos limitados y su comportamiento demasiado complejo, por eso la historia humana es tan caótica, y así, nunca podrá ser predicha (esto contrasta con sus acertadas predicciones pasadas). Así, sus libros más tardíos reflejaron el pensamiento científico de la época: la teoría del caos.
Asimov escribió más de 500 trabajos literarios que abarcaron tanto novelas de ciencias ficción como poemas graciosos o ensayos de divulgación científica.
Además, lo ficharon como asesor de la serie de televisión Star Trek en los setenta y en la década siguiente le pidieron opinión sobre el escudo antimisiles que proponía Ronald Reagan.
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Libro de Asimov |
Predicciones y vaticinios
Isaac Asimov es reconocido como un visionario no sólo cuando planteó la guerra nuclear, la computarización y el uso del espacio, sino que también anticipó el desarrollo tecnológico, décadas antes de que ocurriera, e incluso analizó qué impacto tendrían esas nuevas tecnologías para la humanidad en el siglo XXI.
Afirmó cosas como: "Las comunicaciones serán audiovisuales y uno podrá ver, además de escuchar a la persona a la que llama"; Será posible "llamar a cualquier punto de la tierra, incluyendo las estaciones meteorológicas en la Antártica"; "Los robots no será ni comunes ni muy buenos en 2014, pero van a existir"; "En cuanto a la televisión, las pantallas de pared reemplazarán al aparato ordinario, pero también aparecerán unos cubos transparentes que harán posible la visión en tres dimensiones"; "Sólo las naves no tripuladas habrán aterrizado en Marte"; "Los muebles de cocina prepararán comidas, calentarán agua y la convertirán en café"; Habrá “grandes centrales de energía solar”; "Se pondrá mucho esfuerzo en el diseño de vehículos con cerebros robóticos".
Sin embargo, albergaba una preocupación: "No toda la población del mundo disfrutará de los artilugios del futuro para el completo. Una porción mayor que la actual se verá privada y aunque puedan estar en mejor situación material que en la actualidad, estarán muy por detrás de los avances" , esto último, afirmaba Asimov, va en detrimento del progreso de la humanidad.
Su legado
El 6 de abril de 1992 muere Isaac Asimov a los 72 años por un fallo cardíaco renal, según la versión oficial, pero diez años después se supo que murió de sida a causa del virus contraído por una transfusión de sangre durante una operación tiempo atrás para implantarle un triple bypass.
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Libro de Asimov |
Parece ser que nunca dijo nada porque temía que si lo revelaba, con los terribles prejuicios que existían contra los enfermos de sida, su familia sufriera una dolorosa marginación social. Asimov, que sabía lo que era ser un marginado no lo quería para su familia. Había construido toda una vida de éxito para dejar atrás la imagen de aquel niño judío sin liderazgo, sin amigos y sin amor.
Si bien el estilo divulgativo de toda su obra le ha valido críticas sobre su falta de complejidad y profundidad a la hora de presentar una temática tan difícil, no cabe duda de que Asimov es uno de los grandes autores de ciencia ficción del siglo XX, fuente de inspiración para muchos autores posteriores.
Recibió varios reconocimientos en vida, entre ellos, que se nombrara a un asteroide y a un cráter en Marte en su honor.
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