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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

VIOLET JESSOP: LA CAMARERA DEL TITANIC QUE SOBREVIVIÓ A TRES NAUFRAGIOS

Los buques RSM Olympic, Titanic y Britannic pertenecían a la compañía naviera británica White Star Line, eran muy semejantes y estaban considerados como los mejores barcos de la época, pero todos tuvieron algún tipo de accidente. 

Una joven camarera irlandesa estaba en 1911 en el Olympic cuando éste colisionó contra el Hawke, un año después se salvó del naufragio del Titanic y cuatro más tarde también del hundimiento del Britannic. 

Violet Jessop

White Star Line 

La compañía naviera británica Oceanic Steam Navigation Company, conocida como White Star Line, dedicada al transporte de pasajeros y carga durante los siglos XIX y XX, fue fundada en Liverpool (Inglaterra)  en 1845 por John Pikington y Henry Threlfall Wilson con la idea de atender al floreciente comercio de oro entre Gran Bretaña y Australia. 

Para las compañías navieras era común (y lo sigue siendo) el tener un tema común para el nombre de los barcos. En el caso de la White Star Line fue utilizar el sufijo ic. Además, para distinguir sus barcos de la competencia, pintó la parte de arriba de las chimeneas de color negro y la de abajo en un color ocre. 

Durante el siglo XIX, la White Star Line poseyó barcos tan famosos como el Britannic (I), el Germaqnic, el RMS Teutonic y el Majestic (I). Algunos de ellos estos consiguieron la llamada “Banda Azul”, galardón que se otorgaba al barco más rápido en realizar la travesía del Atlántico.  

La principal rival de la White Star Line fue siempre la Cunard Line, también inglesa. Esta poseía los potentes Lusitania y Mauretania, por lo que en respuesta, la White Star ordenó la construcción de la clase Olympic, que estaría formada por el Olympic, el Titanic y el Britannic, cuyo diseño y construcción se encargó a los ingenieros navales Alexander Carlisle y Thomas Andrews.  

White Star Line se fusionó con su principal rival, la Cunard, en 1934. Pero finalmente la Cunard adquirió gran parte de sus acciones en 1949. La White Star Line fue filial de la Cunard hasta su desaparición en 2005. 

Mientras que los barcos de la Cunard Line fueron famosos por su velocidad, los de la clase Olympic  de la White Star Line fueron planeados para ser los más grandes y lujosos del mundo. 

Emblema de la White Star Line

En este contexto de lujosos barcos y opulentas fortunas que cruzaban el Atlántico por ocio y/o por negocio también había una ingente emigración hacia el Nuevo Mundo de familias europeas asoladas por la pobreza y el hambre.

Una de estas fue el matrimonio dublinés formado por William y Katherine Jessop que para sobrevivir llegaron hasta Argentina para dedicarse a la cría de ovejas cerca de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. 


Allí tuvieron a sus nueve hijos, de los cuales sólo sobrevivieron seis. El mayor de ellos fue una niña a la que pusieron el nombre de Violet (Bahía Blanca, Argentina, 1887-1971 Suffolk, Inglaterra). 

Durante su adolescencia, Violet, con una vida dura y una alimentación precaria, contrajo tuberculosis y, pese a que los médicos del Hospital Británico de Buenos Aires le pronosticaron pocos meses de vida, pero logró sobrevivir. 

Fue su primera gran prueba de supervivencia, pero el destino aún le reservaba muchas más pruebas que superar.

Vida marcada

Un día el padre de Violet murió y su madre tuvo que hacerse cargo de su numerosa familia, pero no encontró mejor solución que emigrar de nuevo, esta vez a Inglaterra, en mayo de 1903.

El Olympic junto al Titanic

Se establecieron primero en Liverpool y luego en Londres y mientras su madre encontró trabajo de camarera en la naviera Royal Mail Line, Violet y sus hermanos pudieron asistir a un colegio parroquial católico. 

Mientras su madre trabajaba Violet, por ser la mayor, se ocupaba de sus hermanos. Pero la desgracia volvió a cebarse con ellos. La madre enfermó. 

De esta manera, Violet tuvo que encargarse de sacar adelante a los suyos. En 1908, la atractiva joven comenzó a trabajar como camarera en el RMS Orinoco, de la Royal Mail Line, con un sueldo escaso y 17 horas de trabajo. 

Pero Violet no se conformó y buscó mejora en otras compañías. Y la encontró en la pujante White Star Line, siempre en crecimiento y dispuesta a contratar en sus barcos a personal con experiencia para su trasiego constante de viajes.

Violet no estaba del todo a gusto con la idea de trabajar en la White Star, que frecuentaba latitudes más altas y frías que la Royal Mail que lo hacía más al sur. Además, se contaba entre el servicio que los pasajeros de la White Star eran más exigentes, estirados y antipáticos que los de la Royal Mai.

Se embarcó en el RMS Majestic, de la White Star Line, en septiembre de 1910 y, en junio del año siguiente, en el RMS Olympic, el barco más grande y lujoso de su época. El dominio del español e inglés, junto a una buena apariencia y un buen carácter, fue fundamental en su contratación. El capitán de este último era Edward Smith, afamado marino que siempre era destinado a los mejores barcos de la compañía. 

Britannic

Las catástrofes

Pese al recelo inicial, Violet se sintió bien en el Olympic, que era muy lujoso, con ebanistería, mobiliario y decoración magníficos.

Violet se encontraba a bordo del Olympic  cuando est el 20 de septiembre de 1911, pasando cerca de la isla de Wight, chocó con el crucero de guerra británico HMS Hawke.  

No hubo víctimas, pero los dos barcos, que lograron regresar a la costa, resultaron muy dañados. Aunque es una cuestión controvertida, parece ser que el Olympic, mandado por Smith, fue responsable del accidente. La explicación fue que el tamaño del Olympic y su poderosa estela habían absorbido al Hawke, lo que provocó la colisión. 

En mayo de aquel año de 1911, se había botado el Titanic y se anunciaba su puesta en servicio inmediata. Ningún empleado de la compañía quería perderse la oportunidad de poder trabajar en él el magnífico Titanic , pero Violet estaba contenta en el Olympic. y no mostró ninguna intención de cambiar.

Pero la White buscaba tripulantes experimentados para su flamante buque, así que, animada por familiares y amigos, Violet al final fue convencida y cedió. Embarcó en el Titanic.

A pesar de lo que tantas veces se ha dicho, parece que del Titanic ningún técnico de sus astilleros afirmará que era insumergible. Sin embargo, desde el mismo día que comenzó su realización, sus constructores pregonaron orgullosos a los cuatro vientos que el Titanic era la más grande y el mejor. Y era verdad, por lo que su leyenda nació antes de ser botado.

Cartel anunciador del viaje inaugural del Titanic

Más de dos mil personas iban a bordo del Titanic en su viaje inaugural, entre ellos, muchos pasajeros poderosos y ricos, pero también emigrantes en busca mejor vida  tras el Atlántico. 

A las 23:40 del 14 de abril de 1912, cuatro días después de haber zarpado del puerto inglés de Southampton, el Titanic chocó contra un iceberg. 

A Violet Jessop, como a la mayor parte de los viajeros y tripulantes, el brutal encontronazo le pilló ya en el camarote durmiendo después de su jornada de trabajo. Inmediatamente, recibieron órdenes de subir a cubierta y tratar de calmar a los pasajeros. A ella concretamente se le pidió que lo hiciera especialmente con los hispanohablantes, puesto que dominaba el castellano.

Pudo observar, esperando junto a otros camareros, como las mujeres se despedían de sus maridos antes de ser embarcadas con sus hijos en los botes de salvamento. Al poco, un oficial le ordenó embarcar también en un bote (el número 16) para demostrar a las mujeres reacias que era seguro subir a bordo.

Mientras embarcaba en el bote, un oficial llamó a Violet desde cubierta y le lanzó un bebé, que recogió sobre el regazo, de milagro.

En poco tiempo, el enorme y elegante buque se fue a pique en el océano Atlántico, a unas 150 millas de Terranova. 

De las 2228 personas a bordo, 1523 murieron. Sólo hubo 705 supervivientes, veinte de los cuales eran mujeres de la tripulación, entre ellas Violet Jessop, que tras ocho horas en los botes sobre un mar helado fueron recogidos por el RMS Carpathia. 

Cuando estaba siendo rescatada a Violet le recogieron el bebé que llevaba entre sus brazos. Nunca supo quién era ni si sobrevivió. 

Violet como enfermera del Britannic

Pero la joven camarera tenía que seguir trabajando, por lo que continuó en la White Star Line. En el mes de julio de dos años después del naufragio del Titanic, estalló la Primera Guerra Mundial. 

El tercer buque de la clase Olympic, el HMHS Britannic, fue botado el 26 de febrero de 1914 pero, al estallar la contienda fue convertido en un barco hospital. Violet Jessop se unió a la tripulación como enfermera de la Cruz Roja. 

Al amanecer del 21 de noviembre de 1916, el Britannic navegaba por el mar Egeo a la altura del canal de Kea, cuando se escuchó una fuerte explosión, causada por una mina marina. Momentos después, la proa comenzó a hundirse a babor. Se fue a pique en 55 minutos. 

El accidente causó la muerte de 30 tripulantes que habían conseguido llegar hasta los botes salvavidas, pero que la succión de las potentes hélices del barco los destrozó. El buque no llevaba heridos, lo que evitó una tragedia mayor.

Cuando Violet Jessop se percató de iba a ser también succionada se lanzó al mar cuando ya estaba dentro de uno de los botes salvavidas. Pero en la caída se golpeó la cabeza y perdió el conocimiento. Su larga melena suelta (ya que estaba en la cama cuando oyó la explosión) iba a salvarla de una muerte casi segura al ser izada del pelo por otro náufrago. 

Regresó a Inglaterra en 1917 y volvió a bordo del Olympic, ya reparado, en 1920.  

En octubre de 1923, a los 35 años, contrajo matrimonio con un marino mercante llamado John James Lewis, de 46 años, pero se divorció poco después. No tuvieron hijos. 

Violet Jessop en sus últimos años

En 1926, comenzó a trabajar para la Red Star Line, y realizó cinco cruceros alrededor del mundo. 

Regresó a la Royal Mail Line en 1935, para quienes trabajó hasta 1939.​ En 1945, ocupó un puesto de oficinista y, en 1948, ya con 61 años, inició su última etapa marina al firmar –otra vez con la Royal Mail– un contrato de dos años embarcada. Se retiró en 1950, tras cuarenta y dos años de trabajo. 

Últimos años 


Cuando se jubiló se fue a vivir al pueblo de Great Ashfield en Suffolk, Inglaterra, donde se dedicó a la jardinería y a la cría de gallinas, cuyos huevos vendía para compensar su modesta pensión.
 

La mujer a la que la vida deparó un destino extraordinario, murió en mayo de 1971, con 84 años, de una insuficiencia cardiaca.  

Animada por dos de sus sobrina, Violet Jessop llegó a escribir sus memorias, que fueron publicadas en 1997.  

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