DESEMBARCO DE ALHUCEMAS (1925): EL PRIMER DESEMBARCO ANFIBIO MODERNO DE LA HISTORIA

Sin embargo, fue durante los siglo XIII al XV cuando la industria de la seda en España experimentó un gran impulso. Los musulmanes la comercializaron tanto a los reinos cristianos peninsulares como a otros países través del Mediterráneo y rutas terrestres como la Ruta de la Seda o el Camino de Santiago, intercambiándola por otros productos.
Con la Reconquista, los reinos cristianos comenzaron a expandirse y establecieron rutas comerciales hacia el resto de Europa. La seda española se convirtió en un producto altamente demandado por su calidad, variedad y belleza y se exportaba a países como Italia, Francia, Inglaterra y Flandes.
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Capullo del que se extrae el hilo |
La ciudad de Valencia se destacó como el principal centro de producción de seda en España. La actividad sericícola se concentraba en los alrededores de la ciudad, donde se cultivaban moreras y se criaban los gusanos de seda. Los valencianos desarrollaron técnicas avanzadas de hilado y tejido de seda, lo que les permitió producir tejidos de alta calidad y diseños sofisticados.
La producción y exportación de seda en España continuó floreciendo durante los siglos siguientes. Los gremios de tejedores y comerciantes de seda adquirieron un gran poder e influencia en las ciudades españolas, especialmente en Valencia y Barcelona, creándose una amplia red de relaciones entre aquellos y los consumidores de distintas procedencias, religiones y culturas.
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Etapas de la sericultura |
La industria de la seda se convirtió en una fuente importante de riqueza, impuestos y empleo para la población tanto de los reinos cristianos como musulmanes. Pero igualmente contribuyó a influir en la moda española el gusto por el arte oriental tanto en la ornamentación como la simbología y el colorido de los tejidos de seda.
Fabricación, tradición y excelencia
La fabricación de la seda en España se basaba en el proceso de la sericultura, que consistía en varias etapas:
Aunque la industria de la seda española sufrió diversos altibajos, puede decirse que duró hasta el siglo XIX, especialmente por el descubrimiento de América, que abrió nuevos mercados, o el apoyo real que proporcionó privilegios y protección a los gremios de sederos.
No obstante, a medida que avanzaba el siglo XVIII, la industria de la seda española comenzó a declinar. La competencia de otros países europeos, como Francia e Italia, y los cambios en los gustos de la moda afectaron negativamente la demanda de la seda española. Además, las guerras y los conflictos políticos también tuvieron un impacto en la producción y el comercio de la seda.
A pesar de su declive, la industria de la seda española dejó un legado importante de tradición y excelencia. con una marca perdurable en la cultura y la economía de todo el país.
No obstante, la técnica y el conocimiento de la sericultura se mantuvieron vivos en algunas regiones, como Valencia y Cataluña, y en la actualidad, hay esfuerzos por revivir y preservar esta tradición, promoviendo la producción sostenible de seda y fomentando la creatividad en el diseño y la fabricación de productos de seda.
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