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EL NÚMERO PI: UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ETERNIDAD MATEMÁTICA

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 El número π (pi) es uno de los conceptos matemáticos más enigmáticos y fascinantes que existen. Este número irracional ha cautivado a matemáticos, científicos y filósofos durante milenios, ya que representa no solo una constante matemática fundamental, sino también un símbolo de los misterios del universo y la naturaleza misma de las matemáticas.  ¿Qué es el número Pi? Pi es la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro. Esto significa que, sin importar el tamaño del círculo, la longitud de la circunferencia siempre es aproximadamente 3,14159 veces el diámetro. Esta relación se simboliza con la letra griega π y se conoce desde la antigüedad, aunque su precisión y comprensión han avanzado a lo largo de los siglos. El número Pi es un número irracional , lo que significa que no puede expresarse exactamente como una fracción simple. Además, su expansión decimal es infinita y no periódica , es decir, sus dígitos no siguen ningún patrón repetitivo, lo que añade una capa d

ELISABETH EIDENBENZ Y LA MATERNIDAD DE ELNA: UNA HISTORIA DE SOLIDARIDAD Y ESPERANZA

La historia de la humanidad está llena de episodios de guerra, violencia y sufrimiento, pero también de actos de bondad, compasión y heroísmo. 

Uno de estos actos fue el que protagonizó Elisabeth Eidenbenz, una enfermera suiza que fundó y dirigió la maternidad de Elna, una institución que salvó la vida de casi 600 niños y sus madres, refugiados de la Guerra Civil Española y de la persecución nazi, entre 1939 y 1944. 

Elisabeth Eidenbenz


¿Quién fue Elisabeth Eidenbenz?

Elisabeth Eidenbenz nació el 12 de junio de 1913 en Wila, un pequeño pueblo suizo. Era la menor de cinco hermanos y desde niña mostró un gran interés por la educación y el cuidado de los demás. Estudió magisterio y trabajó como maestra en varios colegios de Suiza y Dinamarca, hasta que decidió integrarse en la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra (SAK), una organización humanitaria creada por el pastor suizo Henri Guisan en 1937, para socorrer a los niños afectados por la Guerra Civil Española.

Elisabeth llegó a Madrid el 24 de abril de 1937, como voluntaria para ayudar a las madres y los niños que sufrían las consecuencias del conflicto. Allí conoció la realidad de la guerra, el hambre, las enfermedades y la muerte. Elisabeth se implicó en diversas tareas, como repartir comida, ropa y medicinas, organizar comedores infantiles, dar clases a los niños o asistir a los heridos. Su trabajo le llevó a recorrer varias ciudades españolas, como Valencia, Barcelona o Tarragona.




Con el triunfo del bando franquista en 1939, se produjo el éxodo masivo de medio millón de refugiados republicanos hacia Francia, donde fueron internados en campos de concentración improvisados en las playas del sur del país. Allí se encontraron con unas condiciones infrahumanas: frío, hambre, suciedad, enfermedades, maltratos y humillaciones. Entre ellos había miles de mujeres embarazadas o con niños pequeños, que carecían de atención médica adecuada y que tenían pocas posibilidades de sobrevivir.


Maternidad de Elna


Elisabeth no quiso abandonar a los refugiados españoles y se trasladó a Francia con otras compañeras de la SAK. Allí visitó los campos de Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien y Rivesaltes, donde se horrorizó al ver el sufrimiento y la desesperación de los internos. Decidió entonces crear un lugar donde las mujeres pudieran dar a luz en condiciones dignas y donde los niños pudieran crecer sanos y felices. Así nació la maternidad de Elna.

¿Qué fue la maternidad de Elna?

La maternidad de Elna fue una institución fundada por Elisabeth Eidenbenz en 1939, en un antiguo palacete abandonado llamado Château d’En Bardou, situado a las afueras del pueblo francés de Elna (cerca de Perpiñán), a unos siete kilómetros del campo de Argelès-sur-Mer. Elisabeth consiguió alquilar el edificio por una suma simbólica y lo restauró con la ayuda económica del Comité Suizo Pro-Infancia Española (CSPIE) y el apoyo logístico del Comité Americano para Ayudar a los Niños Españoles (CAANE). También contó con la colaboración del alcalde socialista de Elna, Jean Payra, y del médico local, Joseph Truillols, que se encargaron de facilitar los permisos y los recursos necesarios para el funcionamiento de la maternidad.

La maternidad de Elna se convirtió en un oasis de paz y humanidad en medio del horror de la guerra. Allí se acogió a las mujeres embarazadas o con niños pequeños que provenían de los campos de refugiados, tanto españoles como franceses, y más tarde también a las judías que huían de la persecución nazi. Se les ofreció alojamiento, alimentación, atención médica, educación y afecto. Se les respetó su identidad, su cultura y su religión. Se les ayudó a recuperar su autoestima, su esperanza y su alegría. Se les preparó para el parto, se les asistió durante el mismo y se les cuidó después. Se les enseñó a amamantar, a higienizar y a estimular a sus bebés. Se les proporcionó ropa, pañales, juguetes y libros. Se les organizó actividades lúdicas, culturales y formativas. Se les facilitó el contacto con sus familiares y se les apoyó en la búsqueda de un futuro mejor.


Elisabeth y los niños de Elna


La maternidad de Elna fue dirigida por Elisabeth Eidenbenz con la ayuda de un equipo rotatorio de seis enfermeras enviadas por la SAK y de un grupo de voluntarios de los campos de refugiados, que se ocupaban de las tareas domésticas, administrativas y de mantenimiento. También contó con la colaboración de otros profesionales, como médicos, comadronas, maestros o abogados, que prestaban sus servicios de forma altruista o a cambio de una modesta remuneración. La maternidad se financió gracias a las donaciones voluntarias que llegaban de Suiza, Estados Unidos y otros países europeos, así como a las ventas de artesanías y productos agrícolas que realizaban las propias internas.

La maternidad de Elna funcionó desde 1939 hasta 1944, cuando fue clausurada por la Gestapo tras una inspección que descubrió que albergaba a mujeres judías con falsos documentos. Durante esos cinco años, la maternidad logró salvar la vida de 597 niños y sus madres, que recibieron un trato digno y humano. La mayoría eran españoles (400), pero también hubo franceses (100), judíos (80), belgas (10), holandeses (4) y polacos (3). Todos ellos fueron registrados en el libro de nacimientos de la maternidad, donde se consignaron sus nombres, apellidos, fechas y lugares de nacimiento. Muchos de ellos recibieron el nombre o el apellido de Elna o Elisabeth, en homenaje al pueblo y a la enfermera que les acogieron.

¿Qué pasó después?

Tras el cierre de la maternidad, Elisabeth Eidenbenz fue detenida por la Gestapo y trasladada al campo de concentración de Ravensbrück, donde permaneció hasta el final de la guerra. Allí siguió ayudando a las prisioneras como enfermera y maestra. Al ser liberada, regresó a Suiza con su marido Paul Gagnebin, un ingeniero agrónomo que había conocido en España con quien se casó en 1946 y con el que tuvo tres hijos. Elisabeth siguió trabajando como maestra hasta su jubilación en 1973.


Elisabeth con los niños de Elna


La maternidad de Elna quedó abandonada durante décadas, hasta que en 1999 fue declarada monumento histórico por el gobierno francés. En 2004 fue adquirida por el ayuntamiento de Elna, que inició un proyecto de restauración y reconversión en museo-memorial. En 2006 se inauguró el museo-memorial Elisabeth Eidenbenz-Maternidad Suiza d’Elna, que recoge la historia y el legado de la maternidad a través de fotografías, documentos, testimonios y objetos personales.

Elisabeth Eidenbenz recibió numerosos reconocimientos por su labor humanitaria, tanto en vida como póstumamente. Entre ellos destacan:

  • La Medalla de los Justos entre las Naciones (2002), otorgada por el Estado de Israel a las personas no judías que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos durante el Holocausto.
  • La Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social (2006), otorgada por el gobierno español a las personas o entidades que se hayan distinguido por su labor social.
  • La Legión de Honor (2007), otorgada por el gobierno francés a las personas que han contribuido al prestigio de Francia.

Elisabeth Eidenbenz ya mayor
  • El Premio Internacional Cataluña (2007), otorgado por la Generalitat de Cataluña a las personas que han contribuido al desarrollo cultural, científico o humano en el ámbito internacional.
  • El Premio Internacional Jaime Brunet (2008), otorgado por la Universidad Pública de Navarra a las personas o entidades que han destacado en la defensa o promoción de los derechos humanos.



  • El Premio Internacional de Derechos Humanos Ludovic-Trarieux (2009), otorgado por el Instituto de Derechos Humanos de los Abogados Europeos a las personas que han defendido los derechos humanos a través de su profesión.
  • El Premio Internacional de la Paz Félix Houphouët-Boigny (2010), otorgado por la UNESCO a las personas que han contribuido a la paz y a la cooperación entre los pueblos.


Elisabeth Eidenbenz falleció el 23 de mayo de 2011, a los 97 años, en Zúrich, Suiza. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas fueron esparcidas en el jardín de la maternidad de Elna, junto al monumento que recuerda a los niños nacidos allí. Su memoria sigue viva en el corazón de todos los que la conocieron y la admiraron, y en el de todos los que se inspiran en su ejemplo para seguir luchando por un mundo más justo y humano. Su labor fue un ejemplo de solidaridad, valentía y humanidad, que merece ser recordada y reconocida.


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