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DESEMBARCO DE ALHUCEMAS (1925): EL PRIMER DESEMBARCO ANFIBIO MODERNO DE LA HISTORIA

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El  Desembarco de Alhucemas , llevado a cabo el  8 de septiembre de 1925 , fue una operación militar decisiva en la  Guerra del Rif  (1911-1927) y un hito en la historia militar española. Fue la primera operación anfibia combinada (tierra, mar y aire) moderna, y marcó el principio del fin de la resistencia liderada por  Abd el-Krim .  Antecedentes: La Guerra del Rif y el Desastre de Annual La presencia española en el norte de Marruecos, establecida por el  Tratado de Fez (1912) , se enfrentó a una feroz resistencia de las tribus rifeñas. En  1921 , el ejército español sufrió una de sus peores derrotas en  Annual , donde más de  10,000 soldados  murieron a manos de las fuerzas de Abd el-Krim. Esta catástrofe llevó a una reestructuración militar y política en España, culminando en la dictadura de  Primo de Rivera (1923)  y la decisión de lanzar una ofensiva definitiva. Los Protagonistas España : Bajo el mando del  Gener...

VIKINGOS EN ESPAÑA: CAMPAÑAS E INFLUENCIA

Los vikingos fueron unos navegantes y guerreros originarios de Escandinavia, que entre los siglos VIII y XI realizaron numerosas incursiones y expediciones por Europa, Asia y América, en busca de tierras, riquezas y comercio.

Los vikingos son conocidos por su audacia, su violencia, su habilidad marinera y su cultura, que se refleja en su arte, su literatura, su religión y su organización social.

Guerreros vikingos


Las campañas bélicas

Los vikingos también llegaron a la península ibérica, donde tuvieron contactos tanto pacíficos como bélicos con los reinos cristianos y musulmanes que la habitaban. Los vikingos realizaron al menos cinco grandes campañas en la península ibérica, que se pueden resumir de la siguiente manera:





  • La primera campaña tuvo lugar entre los años 844 y 846, y fue la más extensa y devastadora. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia, Asturias, Portugal, Andalucía y el norte de África. Saquearon ciudades como Santiago de Compostela, Sevilla, Cádiz o Lisboa, y se enfrentaron a las tropas de Ramiro I de Asturias y Abderramán II de Córdoba, que lograron rechazarlos y capturar algunos de sus barcos y prisioneros.
  • La segunda campaña tuvo lugar entre los años 859 y 861, y fue la más larga y aventurera. Los vikingos llegaron por el Mediterráneo y atacaron las costas de Cataluña, Valencia, Murcia, Almería y el sur de Francia. Saquearon ciudades como Barcelona, Valencia, Almería o Narbona, y navegaron por el río Ebro hasta Zaragoza. También llegaron hasta Italia, donde asaltaron Pisa y Luni, y se aliaron con los sarracenos de Fraxinetum. Finalmente, regresaron por el Atlántico, donde atacaron Galicia y Asturias, y fueron derrotados por Ordoño I de Asturias y García Íñiguez de Pamplona.

Drakar, típico barco vikingo


  • La tercera campaña tuvo lugar en el año 966, y fue la más breve y limitada. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia y Portugal. Saquearon ciudades como Tui, Faro o Coímbra, y se enfrentaron a las tropas de Sancho I de León y Almanzor de Córdoba, que lograron contenerlos y obligarlos a retirarse.




  • La cuarta campaña tuvo lugar entre los años 981 y 982, y fue la más intensa y sangrienta. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia, Portugal y Andalucía. Saquearon ciudades como Santiago de Compostela, Braga, Oporto o Sevilla, y se enfrentaron a las tropas de Bermudo II de León y Almanzor de Córdoba, que les infligieron severas derrotas y masacres, y recuperaron gran parte del botín y de los cautivos.
  • La quinta campaña tuvo lugar en el año 1015, y fue la más tardía y aislada. Los vikingos llegaron por el Mediterráneo y atacaron las costas de Cataluña y Valencia. Saquearon ciudades como Barcelona, Tarragona o Tortosa, y se enfrentaron a las tropas de Ramón Borrell de Barcelona y Alí ibn Hammud de Córdoba, que lograron repelerlos y capturar algunos de sus barcos y líderes.




Los contactos pacíficos

Además de estas campañas, los vikingos también tuvieron otros contactos con la península ibérica, tanto comerciales como culturales. Los vikingos establecieron relaciones comerciales con algunos puertos y ciudades de la península, especialmente con Sevilla, Córdoba y Almería, donde intercambiaban productos como pieles, madera, hierro, miel, cera, esclavos, armas o joyas. 

Los vikingos también dejaron su huella cultural en la península, tanto en el arte, la arquitectura, la literatura, la religión o la toponimia, como en la genética, la antropología o la lingüística. Algunos ejemplos de esta influencia son los restos arqueológicos de barcos, armas o joyas vikingas, las leyendas y crónicas que narran sus hazañas y atrocidades, los nombres de lugares como Foz, Ribadeo, Neda o Jávea, que derivan del nórdico, o los rasgos físicos, los apellidos o las palabras de origen escandinavo que se pueden encontrar en algunas zonas de la península.

Los vikingos en España, en fin, fueron unos protagonistas destacados y controvertidos de la historia medieval que causaron terror y admiración.


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