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DE BEERS: EL IMPERIO DE LOS DIAMANTES QUE CAMBIÓ LA VISIÓN DEL AMOR Y EL LUJO
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De Beers es una compañía de diamantes que se fundó en 1888 por Cecil Rhodes, un empresario y político británico que tenía intereses mineros en el sur de África. De Beers se convirtió en el líder mundial del mercado de diamantes, al controlar la producción, la distribución y el precio de los diamantes.
De Beers también creó una poderosa imagen de marca, al asociar los diamantes con el amor, el lujo y la exclusividad ("Un diamante es para siempre").
Las minas de Kimberly
La historia de De Beers se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando se descubrieron los primeros diamantes en el sur de África, especialmente en las minas de Kimberley. Estos diamantes despertaron el interés y la codicia de varios aventureros, empresarios y colonizadores, que se disputaron el control de las minas y el comercio de los diamantes. Entre ellos, destacó Cecil Rhodes, un joven británico que llegó a Sudáfrica en 1870, y que empezó a trabajar como comerciante de algodón. Rhodes se interesó por los diamantes, y pronto se hizo con una participación en una de las minas de Kimberley. Rhodes tenía una visión ambiciosa y expansionista, y quería crear un imperio británico en el sur de África. Para ello, necesitaba capital y poder, y los diamantes eran el medio para conseguirlos.
Rhodes fundó en 1880 la compañía De Beers Mining Company, que tomó el nombre de los hermanos De Beer, unos granjeros que habían vendido sus tierras a los mineros. Rhodes se asoció con otros empresarios, como Alfred Beit y Barney Barnato, y empezó a comprar y fusionar las minas de Kimberley, hasta que en 1888 logró el control de casi toda la producción de diamantes de la zona. Rhodes creó entonces la compañía De Beers Consolidated Mines Limited, que se convirtió en el líder mundial del mercado de diamantes. Rhodes también se involucró en la política, y fue elegido primer ministro de la Colonia del Cabo en 1890. Rhodes usó su posición para promover sus intereses mineros y coloniales, y fundó la British South Africa Company, que se encargó de explorar y explotar los territorios al norte del río Limpopo, que hoy forman parte de Zimbabue y Zambia. Rhodes también impulsó la construcción de un ferrocarril que uniera el Cabo con El Cairo, y que facilitara el transporte de los diamantes y otros recursos.
Cecil Rhodes |
bstáculos y conflictos
Rhodes tuvo que enfrentarse a varios obstáculos y conflictos, como la competencia de otros productores de diamantes, como Australia, Brasil y Rusia; la resistencia de los pueblos indígenas, como los zulúes, los ndebeles y los shonas; y la rivalidad con los bóeres, los descendientes de los colonos holandeses que habían fundado las repúblicas de Transvaal y Orange. Rhodes participó en la Primera Guerra Bóer (1880-1881), y en el Asedio de Kimberley (1899-1900), que formaron parte de la Segunda Guerra Bóer (1899-1902), que enfrentó a los británicos y los bóeres por el control del sur de África. Rhodes también estuvo implicado en el Asunto Jameson (1895-1896), un fallido intento de derrocar al gobierno de Transvaal, que provocó una crisis diplomática entre el Reino Unido y Alemania. Rhodes murió en 1902, a los 48 años, y dejó su fortuna y su legado a la compañía De Beers, a la colonia de Rodesia (que lleva su nombre), y a la Beca Rhodes, que financia los estudios de jóvenes talentosos en la Universidad de Oxford.
Consolidación de la compañía
La compañía De Beers continuó su expansión y consolidación bajo el liderazgo de Ernest Oppenheimer, un empresario judío-alemán que se había establecido en Sudáfrica en 1902, y que había trabajado para la compañía rival Anglo American Corporation. Oppenheimer se hizo con el control de De Beers en 1927, y la fusionó con Anglo American, creando un poderoso conglomerado minero. Oppenheimer también creó en 1930 el Sindicato de Diamantes de Londres, que se encargaba de regular el suministro y el precio de los diamantes en el mercado mundial. Oppenheimer estableció un sistema de control vertical, que abarcaba desde la extracción hasta la venta de los diamantes, y que se basaba en la cooperación con otros productores, distribuidores y consumidores. Oppenheimer también impulsó la creación de una imagen de marca para los diamantes, que los asociara con el amor, el lujo y la exclusividad. Oppenheimer murió en 1957, y dejó el mando de De Beers a su hijo Harry Oppenheimer, que continuó su obra.
De Beers mantuvo su dominio del mercado de diamantes durante la mayor parte del siglo XX, al controlar entre el 80% y el 90% de la producción y el comercio mundial. De Beers también se benefició de la creciente demanda de diamantes, especialmente en los Estados Unidos, que representaban el 50% del consumo mundial. De Beers también se adaptó a los cambios políticos y sociales que se dieron en el sur de África, como la independencia de las antiguas colonias británicas, el surgimiento del apartheid en Sudáfrica, y la lucha contra el racismo y la discriminación. De Beers apoyó el desarrollo económico y social de los países donde operaba, y contribuyó a la creación de empleo, infraestructura, educación y salud. De Beers también se comprometió con la protección del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad, y la preservación del patrimonio cultural.
Desafíos y críticas
Sin embargo, De Beers también tuvo que enfrentarse a varios desafíos y críticas, que pusieron en cuestión su posición y su reputación. Algunos de estos desafíos y críticas fueron:
- La competencia: De Beers se vio amenazada por la aparición de nuevos productores y distribuidores de diamantes, que no se sometían a su sistema de control y que ofrecían precios más bajos y mayor variedad.
- La regulación: De Beers se vio afectada por la aplicación de leyes y normas que limitaban su actividad y su influencia en el mercado de diamantes. Algunas de estas leyes y normas fueron la Ley Antimonopolio de Estados Unidos, que prohibía las prácticas de fijación de precios y de restricción de la competencia, y que obligó a De Beers a retirarse del mercado estadounidense en 1948; la Ley Kimberley de 2003, que establecía un sistema de certificación internacional para evitar el comercio de los llamados diamantes de sangre, que financiaban conflictos armados y violaciones de los derechos humanos en países como Angola, Sierra Leona, República Democrática del Congo y Costa de Marfil; y La Ley Dodd-Frank de 2010, que exigía a las empresas estadounidenses que informaran sobre el origen y la trazabilidad de los minerales que usaban en sus productos, incluyendo los diamantes. Estas leyes y normas obligaron a De Beers a adaptarse a los nuevos estándares de transparencia, responsabilidad y sostenibilidad, y a colaborar con las autoridades y las organizaciones internacionales para combatir el comercio ilícito y el lavado de dinero.
- La innovación: De Beers se vio desafiada por el desarrollo de nuevas tecnologías y tendencias que cambiaron el mercado y el consumo de los diamantes. Algunas de estas tecnologías y tendencias fueron la síntesis de diamantes, que permitía producir diamantes artificiales de alta calidad y menor costo, y que competían con los diamantes naturales; la personalización de diamantes, que permitía crear diamantes a medida con características únicas, como el color, el corte, el tamaño y el diseño; y la digitalización de diamantes, que permitía comprar y vender diamantes en línea, y que facilitaba el acceso y la comparación de los diamantes. Estas tecnologías y tendencias obligaron a De Beers a innovar y a diferenciar sus productos y servicios, y a ofrecer mayor valor y calidad a sus clientes.
- La ética y la responsabilidad social: De Beers se vio cuestionada por las consecuencias sociales y ambientales de su actividad y su influencia en el mercado de diamantes. Algunas de estas consecuencias fueron la explotación laboral, que afectaba a los trabajadores de las minas de diamantes, que sufrían condiciones precarias, bajos salarios, riesgos para la salud y la seguridad, y violaciones de sus derechos; la degradación ambiental, que afectaba a los ecosistemas y los recursos naturales de las zonas donde se extraían los diamantes, que sufrían contaminación, erosión, deforestación y pérdida de biodiversidad; y la desigualdad social, que afectaba a las comunidades y los países donde se producían y se consumían los diamantes, que sufrían pobreza, dependencia, conflicto y exclusión. Estas consecuencias generaron una creciente demanda de ética y responsabilidad social por parte de los consumidores, los gobiernos, las organizaciones y la sociedad civil, que exigían a De Beers que respetara los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
De Beers ha respondido a estos desafíos y críticas con diversas estrategias y acciones, que han buscado mantener y mejorar su posición y su reputación en el mercado de diamantes. Algunas de estas estrategias y acciones han sido:
- La reestructuración: De Beers ha reorganizado su estructura y su funcionamiento, para adaptarse a los cambios del mercado y del entorno. De Beers ha reducido su participación en la producción y el comercio de diamantes, y se ha centrado en la venta de diamantes en bruto a sus socios y clientes, a través de su división De Beers Global Sightholder Sales.
- La innovación: De Beers ha invertido en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y productos, que le han permitido mejorar su competitividad y su diferenciación. De Beers ha desarrollado tecnologías como el Element Six, que se dedica a la producción de diamantes sintéticos para usos industriales y científicos; el IIDGR, que se dedica a la identificación, la clasificación y la certificación de los diamantes; y el Tracr, que se dedica a la trazabilidad y la verificación de los diamantes, mediante el uso de la blockchain. De Beers también ha lanzado productos como el Lightbox, que se dedica a la venta de joyas de diamantes sintéticos de colores; y el De Beers Diamond Vault, que se dedica a la venta de diamantes en línea, mediante una plataforma digital.
- La ética y la responsabilidad social: De Beers ha adoptado una serie de principios y compromisos, que le han permitido mejorar su imagen y su relación con sus grupos de interés. De Beers ha adoptado el Código de Conducta de De Beers, que establece los valores y las normas que rigen su actividad y su comportamiento, como la integridad, el respeto, la excelencia y la sostenibilidad. De Beers también ha adoptado el Plan de Vida de De Beers, que establece los objetivos y las acciones que persigue para contribuir al desarrollo sostenible, como la protección del medio ambiente, el apoyo a las comunidades, la promoción de la diversidad, la garantía de la salud y la seguridad, y la lucha contra el VIH/SIDA. De Beers también ha adoptado el Informe de Sostenibilidad de De Beers, que informa sobre el desempeño y el impacto de su actividad y su responsabilidad social.
De Beers, en fin, ha tenido una larga y exitosa trayectoria, que le ha permitido liderar el mercado de diamantes durante más de un siglo y sigue siendo un referente a nivel mundial.
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