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"LA ÚLTIMA CENA" DE LEONARDO DA VINCI: MISTERIOS Y ENIGMAS DE UNA OBRA MAESTRA

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"La Última Cena" es una de las obras más reconocidas y enigmáticas de Leonardo da Vinci, pintada entre 1495 y 1498 en el convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. Esta obra maestra del Renacimiento no solo es un reflejo del genio artístico de Da Vinci, sino también una fuente inagotable de teorías, interpretaciones y misterios que han capturado la imaginación de expertos y público en general durante siglos. 1. Contexto de la obra "La Última Cena" representa el momento en que Jesús anuncia a sus discípulos que uno de ellos lo traicionará, tal como lo narra el Evangelio de Juan (13:21). En la obra de Da Vinci, los 12 apóstoles están dispuestos en grupos de tres, rodeando a Jesús, que ocupa el centro de la composición. La escena está llena de dramatismo, ya que capta la reacción inmediata de los discípulos ante la sorprendente revelación de Jesús. La técnica utilizada por Da Vinci no fue el fresco tradicional, sino una combinación de temple y óleo sobre yeso seco,

ODESSA: LA RED CLANDESTINA QUE AYUDÓ A ESCAPAR A LOS NAZIS

La red Odessa fue una organización clandestina que surgió después de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo principal de ayudar a miembros de las SS y otros nazis a escapar de Europa y evitar ser capturados por los Aliados.

Esta red facilitó la huida hacia países seguros, especialmente en Sudamérica, como Argentina, Brasil y Chile.




Las "rutas de las ratas"

Las rutas de escape utilizadas por la red Odessa, conocidas como “ratlines” o “rutas de las ratas”, eran caminos clandestinos bien organizados que permitieron a muchos nazis huir de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Estas rutas contaron con la colaboración de diversas instituciones y personas de poder. A continuación se resumen las principales rutas:

  • Ruta nórdica: Pasaba por Dinamarca y terminaba en Suecia, donde los fugitivos se embarcaban hacia destinos seguros.
  • Ruta ibérica: Coordinada desde España, utilizaba puertos, especialmente en Galicia, y se cree que contaba con el apoyo del general Franco.
  • Ruta italiana: La más utilizada, con hasta el 90% de los nazis huyendo a través de Italia. Esta ruta terminaba generalmente en Sudamérica, con Argentina, Brasil y Chile como principales destinos.


Estas rutas no eran improvisadas, sino trayectos planificados que incluían la obtención de documentos falsos y la colaboración de la Iglesia Católica y la Cruz Roja en algunos casos. Los fugitivos a menudo permanecían en tránsito por años, a veces alojados cerca de las víctimas de sus crímenes, como judíos en camino hacia Palestina.

Mengele

Aunque estas rutas fueron cruciales para la huida de muchos nazis, la extensión y estructura exacta de la red Odessa sigue siendo objeto de debate e investigación.

Los huidos

Se estima que aproximadamente 9,000 nazis lograron huir de Alemania y llegar a Iberoamérica a través de las rutas de escape organizadas por la red Odessa. Otras fuentes mencionan que el número podría ser alrededor de 10,000 exmilitares nazis que huyeron a Sudamérica utilizando estas rutas. Estas cifras reflejan la magnitud de la operación y su impacto en la posguerra, permitiendo que muchos nazis evitaran ser llevados ante la justicia por sus crímenes durante la Segunda Guerra Mundial.

Entre los nazis más buscados que lograron escapar a través de estas rutas se incluyen:

  • Adolf Eichmann: Considerado el arquitecto del Holocausto, fue uno de los principales organizadores del transporte de judíos a los campos de concentración. Eichmann huyó a Argentina, donde vivió bajo una identidad falsa hasta que fue capturado por el Mossad en 1960 y llevado a Israel para ser juzgado y ejecutado.
  • Josef Mengele: Conocido como el “Ángel de la Muerte” por sus crueles experimentos médicos en Auschwitz, Mengele huyó a Sudamérica y vivió en varios países, incluyendo Argentina, Paraguay y Brasil. A pesar de los esfuerzos por capturarlo, nunca fue detenido y murió en Brasil en 1979.
Skorzeny


  • Walter Rauff: Inventor de los camiones de gas utilizados para asesinar a civiles, Rauff escapó a Chile, donde vivió hasta su muerte en 1984, a pesar de los intentos de extradición.
  • Alois Brunner: Ayudante de Eichmann y responsable de deportar a judíos a campos de exterminio, Brunner encontró refugio en Siria y se cree que murió allí en la década de 1990.

Estos individuos fueron algunos de los más buscados por los Aliados y cazadores de nazis, pero lograron evadir la justicia durante muchos años gracias a las redes de escape y la falta de cooperación internacional en algunos casos.

La ruta ibérica

España jugó un papel significativo en las rutas de escape de los nazis después de la Segunda Guerra Mundial. A través de la llamada ruta ibérica, España se convirtió en un punto de tránsito crucial para muchos nazis que buscaban refugio, especialmente en Sudamérica. Se cree que esta ruta era coordinada por colaboradores nazis que vivían en España y utilizaba puertos como los de Galicia, presuntamente con el visto bueno del general Franco.

Las autoridades franquistas proporcionaban protección, acceso a documentos falsos y recursos financieros, facilitando la huida de los nazis hacia otros destinos o permitiéndoles establecerse en España. Este apoyo formaba parte de una red más amplia de ayuda que incluía a la Iglesia Católica y la Cruz Roja, aunque en algunos casos su colaboración pudo haber sido involuntaria.

Eichmann


La implicación de España en estas rutas de escape refleja la complejidad de la posguerra y las alianzas políticas que permitieron a muchos criminales de guerra evitar la justicia por sus actos durante el conflicto.

El papel del Vaticano

El Vaticano y la Iglesia Católica desempeñaron un papel controvertido en las rutas de escape de los nazis, conocidas como “ratlines”. Aunque no hay consenso sobre si su participación fue una política institucional o si se trató de acciones individuales dentro de la Iglesia, se sabe que algunos miembros del clero ayudaron a los nazis a huir de Europa.

Por ejemplo, el obispo Alois Hudal es conocido por haber asistido a criminales de guerra nazis proporcionándoles documentos falsificados para emigrar a Sudamérica. Además, monasterios y órdenes religiosas en Italia, como la Orden Teutónica en Merano y los monasterios capuchinos cerca de Bresanona, ofrecieron refugio temporal a los fugitivos mientras reunían dinero para su viaje transatlántico.

Estas acciones fueron fundamentales para la operación de las “ratlines”, y aunque algunos miembros de la Iglesia pudieron haber actuado con la intención de ayudar a los perseguidos sin conocer su pasado nazi, otros lo hicieron con pleno conocimiento, contribuyendo así a la fuga de miles de nazis hacia destinos como Argentina, Brasil y Chile.

La apertura de los archivos del Papa Pío XII, que gobernó durante la Segunda Guerra Mundial, ha sido un paso importante para entender mejor el papel del Vaticano en este período y en las rutas de escape de los nazis. Sin embargo, la historia completa aún está siendo investigada y debatida por historiadores y expertos.

Pio XII

Los Aliados

Los Aliados hicieron varios intentos para detener a los nazis que escapaban después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque las rutas de escape estaban bien organizadas y muchos nazis lograron huir, los Aliados llevaron a cabo operaciones de inteligencia y rastreo para localizar y capturar a los criminales de guerra.

Por ejemplo, se realizaron esfuerzos para interceptar a los nazis en puertos y fronteras, y se trabajó con gobiernos extranjeros para identificar a los que habían obtenido documentos falsos. Además, el trabajo de cazadores de nazis como Simon Wiesenthal fue fundamental para rastrear a individuos específicos y llevarlos ante la justicia.

Sin embargo, la magnitud de la tarea y la complejidad de las redes de escape hicieron que muchos nazis evadieran la captura durante años o incluso décadas. La colaboración de ciertas instituciones y la falta de voluntad política en algunos países también dificultaron los esfuerzos de los Aliados. A pesar de estos desafíos, los Aliados continuaron sus esfuerzos para hacer justicia y responsabilizar a los nazis por sus crímenes de guerra.

La red extinguida

Después de la Segunda Guerra Mundial, la red Odessa continuó operando durante un tiempo para ayudar a los nazis a escapar y establecerse en nuevos países. Sin embargo, con el paso de los años, la relevancia de Odessa disminuyó a medida que los nazis envejecieron y fallecieron. No hay constancia de la organización en la actualidad, y lo más probable es que, dada la edad de los supervivientes, esta ya no exista.

Brunner


La organización tuvo una gran repercusión mediática, especialmente después de que se popularizara en la novela “El expediente Odessa” de Frederick Forsyth, basada en hechos reales. El cazador de nazis Simon Wiesenthal fue uno de los principales investigadores que informó sobre la existencia y misión de esta organización, dedicándose a localizar exnazis para llevarlos a juicio.

Con el tiempo, la atención se desplazó hacia la búsqueda individual de nazis que habían escapado, en lugar de centrarse en la red como una entidad operativa.

Una vida tranquila

Los nazis que lograron escapar a través de la red Odessa encontraron refugio en varios países, principalmente en Sudamérica. Argentina fue uno de los destinos más predilectos, junto con Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Bolivia. En estos países, muchos de ellos pudieron vivir en relativa tranquilidad y bajo nuevas identidades, a menudo con la complicidad o al menos la vista gorda de los gobiernos locales.

Algunos de estos individuos lograron integrarse en las sociedades de sus nuevos hogares, mientras que otros continuaron manteniendo en secreto su pasado nazi. A lo largo de los años, algunos fueron eventualmente descubiertos y llevados ante la justicia, como Adolf Eichmann, quien fue capturado por el Mossad en Argentina y juzgado en Israel.

Sin embargo, la mayoría de los nazis que escaparon a través de Odessa nunca fueron capturados ni enfrentaron juicios por sus crímenes de guerra. La red Odessa y las rutas de escape que estableció jugaron un papel crucial en permitirles evadir la responsabilidad por sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial.

Hudal


Otras redes

Después de la Segunda Guerra Mundial, además de la red Odessa, existieron otros grupos y organizaciones que ayudaron a los nazis y colaboradores del régimen a escapar de Europa. Algunos de estos grupos incluyen:

  • Die Spinne: Una red que ayudó a los oficiales de las SS a huir a España, Argentina y Medio Oriente.
  • Kameradenwerk (La Obra de los Camaradas): Una red similar a Odessa, que operaba principalmente en Austria y el sur de Alemania.
  • Stille Hilfe (Ayuda Silenciosa): Una organización que brindaba apoyo a los miembros encarcelados de las SS y sus familias, y que también asistía en la huida de nazis.

Estos grupos, aunque menos conocidos que Odessa, desempeñaron un papel similar en la facilitación de la fuga de criminales de guerra y en proporcionarles nuevas identidades y vidas en otros países. La colaboración de estas redes con diversas instituciones y gobiernos permitió que muchos nazis evitaran ser llevados ante la justicia.

Die Spinne

Die Spinne (La Araña) fue una organización que surgió tras la derrota de la Alemania nazi con el propósito de ayudar a los dirigentes nazis a escapar a destinos seguros como Argentina, España, Egipto, Paraguay y Chile. Su misión inicial era evacuar a estos individuos para evitar las represalias y el enfrentamiento de sus responsabilidades por el Holocausto. Posteriormente, Die Spinne también se enfocó en la reorganización a escala mundial del movimiento nazi, un objetivo que compartía con la red Odessa.

Fuldner


La organización se encargó de reunir importantes cantidades de dinero y de expedir documentos falsos, como pasaportes y salvoconductos, para facilitar la huida y el ocultamiento de los criminales de guerra nazis. Estas actividades se llevaron a cabo a través de las “rutas de las ratas”, y se sabe que contaron con la implicación de miembros de la Iglesia católica, incluyendo sacerdotes de la orden de los franciscanos e incluso obispos, como Alois Hudal.

Die Spinne operaba en España principalmente a través de Otto Skorzeny, un ingeniero civil y coronel austríaco de las Waffen-SS conocido por sus operaciones especiales durante la Segunda Guerra Mundial. Skorzeny, apodado “Caracortada” por los estadounidenses debido a las cicatrices en sus mejillas, se hizo famoso por rescatar al dictador italiano Benito Mussolini y por llevar a cabo la Operación Greif.

Después de la guerra, Skorzeny fue uno de los principales organizadores de la red Odessa en España, y se cree que también estuvo involucrado en las operaciones de Die Spinne. Utilizó su experiencia en espionaje y sabotaje para ayudar a los nazis a huir de Europa y encontrar refugio en países como Argentina, España y Egipto.

La red proporcionaba documentos falsos y organizaba rutas de escape para los fugitivos, aprovechando las conexiones con simpatizantes y colaboradores en diferentes países. En España, Skorzeny y otros miembros de Die Spinne se beneficiaron de la simpatía y protección del régimen franquista, lo que les permitió operar con relativa libertad y ayudar a muchos nazis a escapar de la justicia.

Weisenthal


La reacción del gobierno español ante las actividades de Die Spinne y otras redes similares fue, en gran medida, de tolerancia y hasta de apoyo en algunos casos. Durante el régimen de Francisco Franco, España se convirtió en un refugio para muchos exnazis y colaboradores del régimen alemán. El gobierno franquista, que había recibido ayuda de la Alemania nazi durante la Guerra Civil Española, proporcionó asilo y protección a estos individuos como parte de su política de posguerra.

El gobierno español no solo permitió la entrada y establecimiento de exnazis en el país, sino que también facilitó su integración en la sociedad española, a menudo proporcionándoles identidades nuevas y oportunidades de empleo. Esta actitud del gobierno español refleja las complejas relaciones internacionales de la época y la existencia de simpatías ideológicas entre el franquismo y el nazismo.

Es importante señalar que la información sobre la colaboración específica del gobierno español con Die Spinne es limitada y en gran parte proviene de investigaciones históricas y testimonios de la época. La apertura de archivos y la investigación continua pueden arrojar más luz sobre el alcance exacto de la cooperación entre el gobierno español y las redes de escape nazis.

La organización Die Spinne ayudó a varios oficiales de las SS a huir a España y a establecerse allí. Algunos de los que se sabe que llegaron a España y recibieron ayuda de esta red incluyen:

Rauff


  • Karl Albrecht: Amigo personal de Adolf Hitler y presidente de la Cámara de comercio alemana en Madrid.
  • Karl Andress Moser: Propietario de los laboratorios Merck.
  • Walter Bastian: Director de la agencia de noticias nazi “Transocean” en Madrid.
  • Wilhelm Beisel Heuss: Jefe del Partido nazi en San Sebastián y delegado de propaganda para el norte de España.
  • Johannes E.F. Bernhardt: Empresario alemán, dirigente del conglomerado empresarial SOFINDUS.
  • Carlos Horst Alberto Fuldner: Agente del SD, posteriormente miembro del “Servicio de Informaciones de la Casa Rosada” argentino.

Estos individuos, entre otros, encontraron en España un refugio seguro y, en muchos casos, continuaron sus vidas sin enfrentar las consecuencias de sus acciones durante la guerra. La colaboración de Die Spinne fue crucial para su escape y establecimiento en España.

Aunque la historia de Odessa sigue siendo objeto de investigación y debate, su impacto en la posguerra y en la fuga de criminales de guerra nazis es indiscutible.


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