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"LA ÚLTIMA CENA" DE LEONARDO DA VINCI: MISTERIOS Y ENIGMAS DE UNA OBRA MAESTRA

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"La Última Cena" es una de las obras más reconocidas y enigmáticas de Leonardo da Vinci, pintada entre 1495 y 1498 en el convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. Esta obra maestra del Renacimiento no solo es un reflejo del genio artístico de Da Vinci, sino también una fuente inagotable de teorías, interpretaciones y misterios que han capturado la imaginación de expertos y público en general durante siglos. 1. Contexto de la obra "La Última Cena" representa el momento en que Jesús anuncia a sus discípulos que uno de ellos lo traicionará, tal como lo narra el Evangelio de Juan (13:21). En la obra de Da Vinci, los 12 apóstoles están dispuestos en grupos de tres, rodeando a Jesús, que ocupa el centro de la composición. La escena está llena de dramatismo, ya que capta la reacción inmediata de los discípulos ante la sorprendente revelación de Jesús. La técnica utilizada por Da Vinci no fue el fresco tradicional, sino una combinación de temple y óleo sobre yeso seco,

LOS MAMELUCOS: DE GUERREROS-ESCLAVOS A GOBERNANTES

Los mamelucos fueron una clase de soldados esclavos que se convirtieron en gobernantes de varios reinos en el mundo islámico. 

Su nombre significa “poseído” o “propiedad” en árabe, ya que eran comprados o capturados por sus amos, que les daban educación y entrenamiento militar. 




Origen

Los mamelucos surgieron en el siglo IX, cuando los califas abasíes de Bagdad empezaron a reclutar a esclavos turcos para formar su guardia personal. La mayoría de los mamelucos eran de origen turco, circasiano, eslavo o caucásico, y se convertían al islam al entrar en el servicio de sus señores.

La formación de los mamelucos como una fuerza militar en el mundo islámico medieval era un proceso que combinaba la coacción y el entrenamiento riguroso. Los jóvenes eran reclutados, a menudo a través de la captura en zonas de conflicto o mediante el comercio de esclavos, provenientes de diversas regiones como el Cáucaso, Europa del Este y Asia Central. Estos jóvenes, seleccionados por su potencial físico y habilidades innatas, eran arrancados de sus hogares y llevados a tierras lejanas.

Una vez en manos de sus nuevos amos, los mamelucos eran sometidos a un intenso programa de entrenamiento que buscaba moldearlos en soldados leales y eficientes. Este entrenamiento incluía el manejo de diversas armas, como la espada, la lanza y el arco, así como tácticas de combate a caballo. La equitación era una habilidad particularmente valorada, y se les enseñaba a manejar sus monturas con destreza en el fragor de la batalla.

Además de las habilidades marciales, los mamelucos recibían educación en disciplinas como la religión, la administración y las lenguas, lo que les permitía ascender en la jerarquía social y militar. A pesar de su origen como esclavos, muchos mamelucos lograron alcanzar posiciones de gran poder e influencia, convirtiéndose en gobernantes y comandantes respetados.





El entrenamiento y la vida de los mamelucos estaban marcados por la disciplina y la lealtad a su señor y a su unidad, creando un fuerte sentido de camaradería y orgullo entre ellos. Esta combinación de entrenamiento intensivo y educación integral fue lo que les permitió destacarse como una de las fuerzas militares más formidables de su tiempo.

Estos esclavos demostraron ser leales y valientes, y pronto adquirieron influencia y poder en la corte califal. Algunos de ellos llegaron a ser generales, gobernadores y hasta sultanes, como los gaznávidas, los jorezmitas y los mamelucos de Delhi.

Sultanato de Egipto

Pero el caso más famoso de los mamelucos fue el del sultanato de Egipto, que se fundó en 1250 cuando un grupo de esclavos se rebeló contra el último sultán ayubí, Turan Shah, y lo asesinó. Los mamelucos tomaron el control de Egipto y Siria, y establecieron su capital en El Cairo. Bajo su dominio, Egipto vivió una época de esplendor cultural, económico y militar.

Los mamelucos se dividían en dos dinastías: la bahrí (1250-1382) y la buryí (1382-1517). La primera estaba formada por mamelucos de origen turco que habían llegado a Egipto por mar (bahri significa “marino” en árabe). La segunda estaba compuesta por mamelucos de origen circasiano que habían llegado a Egipto por tierra (buryi significa “terrestre” en árabe).

Los mamelucos se convirtieron en gobernantes de Egipto gracias a una combinación de factores históricos, políticos y militares:

  • Históricos: Los mamelucos se beneficiaron del declive de los ayubíes, la dinastía que había gobernado Egipto desde 1171. Los ayubíes habían logrado unificar el mundo musulmán y expulsar a los cruzados de Jerusalén, pero también habían sufrido divisiones internas y conflictos con los mongoles. El último sultán ayubí, Turan Shah, era impopular y débil, y no pudo hacer frente a la amenaza mongola ni a la rebelión de sus propios esclavos.



  • Políticos: Los mamelucos eran una élite militar que tenía el control de las principales instituciones del estado egipcio. Eran los encargados de recaudar los impuestos, administrar la justicia, proteger las fronteras y mantener el orden público. Además, tenían una fuerte cohesión interna y una lealtad mutua, basadas en el origen común, la religión y la jerarquía. Los mamelucos se organizaban en unidades llamadas “regimientos” o “casas”, cada una con su propio líder o “señor”. Estos líderes se reunían en un consejo o “diván” para tomar las decisiones importantes.






  • Militares: Los mamelucos eran unos guerreros formidables que dominaban el arte de la caballería y el uso de las armas blancas. Tenían una disciplina férrea y una valentía sin igual. Sus victorias más famosas fueron contra los mongoles en Ain Jalut (1260) y contra los cruzados en San Juan de Acre (1291). Estas victorias les dieron prestigio y legitimidad como defensores del islam y del califato abasí, al que reconocían como autoridad religiosa. Los mamelucos también supieron aprovechar las alianzas con otros estados musulmanes, como los zengíes de Siria, los rasúlidas de Yemen y los hafsíes de Túnez.

Sus enemigos

Los mamelucos se enfrentaron a varios enemigos durante su historia, como los cruzados, los mongoles, los otomanos y los timúridas. Entre sus logros más destacados se encuentran:

  • La derrota de los mongoles en la batalla de Ain Jalut (1260), que detuvo su avance hacia el oeste y salvó al islam de una posible invasión.
  • La expulsión definitiva de los cruzados de Tierra Santa (1291), que puso fin a las cruzadas y consolidó el dominio musulmán en la región.
  • La resistencia contra los otomanos durante más de un siglo (1517), que retrasó la conquista otomana de Egipto y mantuvo la independencia del sultanato hasta el final.





Los mamelucos también se distinguieron por su patrocinio de las artes, las ciencias y la arquitectura. Bajo su mecenazgo se construyeron numerosas mezquitas, madrasas, mausoleos, hospitales y palacios que adornan todavía hoy el paisaje urbano de El Cairo. Los mamelucos también fomentaron el desarrollo de la literatura, la historia, la astronomía, la medicina y la matemática.

Su final

Los mamelucos fueron finalmente derrotados por los otomanos en 1517, cuando el sultán Selim I invadió Egipto y capturó al último sultán mameluco, Tuman Bey. Sin embargo, los otomanos no eliminaron por completo a los mamelucos, sino que les permitieron conservar cierta autonomía y privilegios dentro del imperio. 

Los mamelucos siguieron siendo una fuerza política y militar importante en Egipto hasta el siglo XIX, cuando fueron masacrados por orden del gobernador Muhammad Alí, por las siguientes razones:

  • Adaptación: Los mamelucos supieron adaptarse al nuevo orden establecido por los otomanos, que les reconocieron cierta autonomía y privilegios a cambio de su lealtad y tributo. Los mamelucos conservaron su organización interna, su sistema judicial, su administración fiscal y su ejército. También mantuvieron sus propiedades, sus redes comerciales y sus alianzas con otras potencias regionales.  .
  • Resistencia: Los mamelucos no se resignaron a ser vasallos de los otomanos, sino que aprovecharon las debilidades y las crisis del imperio para rebelarse y recuperar su independencia. Los mamelucos se enfrentaron a los otomanos en varias ocasiones, como en la guerra de Ridaniya (1517-1522), la revuelta de Ali Bey (1768-1772) o la guerra egipcio-otomana (1786-1791). Los mamelucos lograron victorias ilitares y diplomáticas que les permitieron gobernar Egipto de facto. 




  • Influencia: Los mamelucos siguieron siendo una élite influyente en la sociedad egipcia, que dominaba los sectores económicos, culturales y religiosos. Los mamelucos eran los principales terratenientes, comerciantes y mecenas del arte y la ciencia. También controlaban las instituciones religiosas, como las mezquitas, las escuelas y las cofradías. Los mamelucos tenían el apoyo de gran parte de la población, que los veía como protectores de la tradición y la identidad egipcia. 

Estos fueron los principales factores que permitieron a los mamelucos seguir siendo una fuerza política y militar importante en Egipto hasta el siglo XIX. Sin embargo, su poder se vio amenazado por el ascenso de Muhammad Alí, un oficial albanés al servicio de los otomanos, que se hizo con el control de Egipto tras la invasión francesa de Napoleón (1798-1801). Muhammad Alí inició una serie de reformas modernizadoras que buscaban debilitar a los mamelucos y crear un estado centralizado y fuerte. En 1811, Muhammad Alí invitó a los líderes mamelucos a una ceremonia en El Cairo, donde los masacró a traición. Este hecho marcó el fin de la era mameluca en Egipto y con ello el fin del poder de los mamelucos en el mundo.

Los mamelucos de Napoleón

En cuanto a Napoleón Bonaparte, su relación con los mamelucos es notable principalmente por la Campaña de Egipto que llevó a cabo entre 1798 y 1801. Napoleón invadió Egipto con el objetivo de interrumpir el comercio británico con la India y establecer una presencia francesa en Oriente Medio. Durante esta campaña, las fuerzas de Napoleón se enfrentaron a los mamelucos en varias batallas, incluyendo la famosa Batalla de las Pirámides, donde los mamelucos fueron derrotados a pesar de su valiente resistencia.

La derrota de los mamelucos marcó el comienzo del fin de su dominio en Egipto, y la victoria de Napoleón allanó el camino para que más tarde Egipto cayera bajo la influencia de los europeos, y específicamente bajo el control británico en el siglo XIX.





Napoleón admiraba algunas de las cualidades militares de los mamelucos y llegó a incorporar a algunos de ellos en su ejército tras su regreso a Francia. La Guardia Mameluca de Napoleón se convirtió en una unidad de caballería distintiva que sirvió bajo su mando hasta su derrota final en 1815.

La Guardia Mameluca de Napoleón, una fuerza compuesta por guerreros de élite originalmente de Egipto, emergió como una facción de caballería singular dentro del vasto ejército napoleónico. Estos soldados, conocidos por su destreza ecuestre y habilidades en combate, se distinguían por su valentía y disciplina en el campo de batalla. Aunque provenían de una tradición de esclavitud militar, los mamelucos que se unieron a las filas de Napoleón disfrutaron de un estatus especial y fueron respetados por su lealtad y su contribución a las victorias francesas.

Bajo el mando de Napoleón, la Guardia Mameluca se convirtió en un símbolo de poder y exotismo, con uniformes vistosos que reflejaban su herencia cultural y su ferocidad en la lucha. Sirvieron con distinción en numerosas campañas, desde las arenas de Egipto hasta las nevadas llanuras de Rusia, pasando por la invasión napoleónica de España, y se mantuvieron firmes junto a su líder hasta el ocaso de su imperio en 1815. Su presencia en el ejército francés no solo era un testimonio de la habilidad militar de Napoleón para integrar diversas unidades en su fuerza, sino también de su estrategia para utilizar la imagen y las habilidades únicas de los mamelucos para infundir temor y respeto entre sus enemigos.

Los mamelucos no desaparecieron como fuerza militar inmediatamente después de servir a Napoleón. Aunque su prominencia y poder disminuyeron significativamente después de la campaña napoleónica en Egipto y la eventual derrota de Napoleón en 1815, los mamelucos continuaron existiendo en diferentes formas. Con el tiempo, la institución mameluca fue absorbida por las estructuras militares y políticas más modernas de la región. Aunque dejaron de existir como una entidad militar independiente, el legado de los mamelucos perduró en la historia y la cultura de Oriente Medio.

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