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CRISTIANOS EN ORIENTE: RESILENCIA EN ESTADO PURO

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El cristianismo en Oriente Próximo, Oriente Medio y Extremo Oriente tiene una larga y rica historia que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. A pesar de ser la cuna de esta fe, la presencia de los cristianos en estas regiones ha disminuido considerablemente con el tiempo debido a las migraciones, la persecución, la guerra y la inestabilidad política. Aun así, las comunidades cristianas en estas áreas mantienen una importante relevancia cultural y religiosa, aunque enfrentan desafíos significativos en su lucha por la supervivencia. El Cristianismo en Oriente Próximo y Medio: Cuna de la Fe El Oriente Próximo es el lugar donde surgió el cristianismo, una región que abarca los actuales territorios de Israel, Palestina, Líbano, Siria, Jordania, Egipto e Irak. Esta zona fue testigo de la vida de Jesús y de los primeros apóstoles, siendo Jerusalén, Antioquía y Alejandría importantes centros del cristianismo temprano. 1. Las Comunidades Cristianas Históricas Iglesia Ortodoxa Co...

EL SALUDO DEL "BLACK POWER" EN LOS JJ.OO DE MÉXICO´68: UN GESTO QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

El 16 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos de México, un gesto silencioso y poderoso resonó en todo el mundo: el saludo del "Black Power" realizado por los atletas estadounidenses Tommie Smith y John Carlos durante la ceremonia de entrega de premios de los 200 metros lisos. 

Este acto de protesta contra la injusticia racial en Estados Unidos y en el mundo se convirtió en uno de los momentos más icónicos de la historia del deporte y un símbolo en la lucha por los derechos civiles.




Contexto Histórico

La década de 1960 fue una época tumultuosa en Estados Unidos, marcada por la lucha por los derechos civiles, la oposición a la guerra de Vietnam, y la creciente concienciación sobre las injusticias sociales y raciales. En este contexto, los atletas afroamericanos enfrentaban discriminación y desigualdad, tanto dentro como fuera del ámbito deportivo.

Los Juegos Olímpicos de 1968 se celebraron en un año particularmente convulso. Martin Luther King Jr. había sido asesinado en abril, y Robert F. Kennedy en junio. Las protestas por los derechos civiles y contra la guerra se intensificaban, y los afroamericanos seguían luchando por la igualdad de derechos y oportunidades.

En el podio con el aliado australiano

Tommie Smith y John Carlos, ambos velocistas afroamericanos, decidieron aprovechar la visibilidad de los Juegos Olímpicos para hacer una declaración política. Inspirados por el movimiento "Black Power", que promovía el orgullo racial, la autodefensa y la lucha contra la opresión, planearon un gesto que capturara la atención del mundo.

El 16 de octubre, Smith ganó la medalla de oro en los 200 metros con un tiempo récord de 19.83 segundos, y Carlos se llevó la medalla de bronce. En el podio, mientras sonaba el himno nacional de Estados Unidos, ambos atletas bajaron la cabeza y levantaron un puño enguantado negro. Smith llevaba un guante negro en su mano derecha, mientras que Carlos usaba uno en su mano izquierda, simbolizando la unidad y la fuerza.




Peter Norman, el velocista australiano que ganó la medalla de plata, también mostró su apoyo. Antes de la ceremonia, Smith y Carlos compartieron con Norman sus planes y su causa. En un gesto de solidaridad, Norman decidió llevar una insignia del Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos (OPHR) en su uniforme durante la entrega de premios. Aunque no levantó el puño, su apoyo fue crucial en la lucha contra la injusticia racial.

La inspiración detrás del gesto

El gesto del puño levantado con guantes negros realizado por Tommie Smith y John Carlos en el podio de los Juegos Olímpicos de México en 1968 fue un acto cuidadosamente planeado para simbolizar la lucha por los derechos civiles y la justicia racial. 

En los años 60 del siglo XX el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos estaba en pleno apogeo luchando contra la segregación racial y la discriminación. A su vez, el movimiento Black Power, que promovía el orgullo racial, la autoafirmación y la resistencia contra la opresión, también estaba ganando fuerza.

Tommie Smith y John Carlos, ambos atletas afroamericanos, estaban involucrados en el Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos (OPHR), una organización fundada por el sociólogo Harry Edwards. El OPHR tenía como objetivo protestar contra la discriminación racial en el deporte y en la sociedad en general.




La idea de usar guantes negros surgió como parte de un esfuerzo para encontrar un símbolo poderoso y visualmente impactante que pudiera comunicar su mensaje de resistencia y solidaridad con el movimiento de derechos civiles. En las discusiones con Harry Edwards y otros activistas del OPHR, se determinó que los guantes negros podrían representar la fuerza y la unidad de la comunidad afroamericana.

El 16 de octubre de 1968, después de ganar la medalla de oro y bronce respectivamente en los 200 metros, Tommie Smith y John Carlos subieron al podio descalzos (para simbolizar la pobreza) y usando guantes negros. Originalmente, ambos tenían planeado usar un par de guantes negros cada uno, pero John Carlos olvidó llevar los suyos. Fue entonces cuando el australiano Peter Norman, quien ganó la medalla de plata y apoyaba sus protestas, sugirió que compartieran el par de guantes: Smith usaría el guante derecho y Carlos el izquierdo.

Consecuencias Políticas del Gesto

El gesto de Smith y Carlos tuvo repercusiones inmediatas y a largo plazo. El Comité Olímpico Internacional (COI), liderado por Avery Brundage, consideró el acto como una violación de las reglas que prohibían las manifestaciones políticas en los Juegos. Smith y Carlos fueron expulsados de la Villa Olímpica y suspendidos del equipo olímpico estadounidense.

Smith y Carlos enfrentaron graves repercusiones personales por su acto de valentía. A su regreso a Estados Unidos, fueron objeto de críticas y amenazas de muerte, y encontraron dificultades para continuar sus carreras deportivas. Ambos, sin embargo, continuaron su lucha por la igualdad y los derechos civiles, utilizando su notoriedad para abogar por el cambio. Además, su valentía inspiró a otros a alzar la voz.




Peter Norman también sufrió consecuencias por su apoyo. A pesar de ser el mejor velocista de Australia, fue marginado por las autoridades deportivas de su país y no fue seleccionado para los siguientes Juegos Olímpicos, a pesar de haberse clasificado.

Sin embargo, con el tiempo algo cambió. En 2005, la Universidad Estatal de San José, donde ambos atletas estadounidenses estudiaron, erigió una estatua en su honor, reconociendo su contribución a la lucha por los derechos civiles.

En 2008 a Smith le concedieron el premio Arthur Ashe al coraje. En 2019 Smith y Carlos fueron incluidos en el Salón de la Fama Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos como reconocimiento a su valentía y contribución a la lucha por la igualdad racial. 

Norman, por su parte, a pesar de haber ganado la medalla de plata en los 200 metros en los Juegos de México con un tiempo de 20.06 segundos, que sigue siendo el récord de Oceanía en esa distancia, y  campeón nacional en los 200 metros en cinco ocasiones, sufrió ostracismo público en su país y tuvo dificultades para encontrar empleo debido a su apoyo a Smith y Carlos en el podio mejicano llevando en su ropa el distintivo del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos. No obstante, se mantuvo firme en su apoyo a la igualdad racial. En 1985, sufrió gangrena tras una lesión en el tendón de Aquiles, lo que casi le hace perder una pierna, y además tuvo que lidiar con la depresión, abuso de alcohol y analgésicos. 

Pero también para él con el tiempo la percepción cambió. Norman fue reconocido como un defensor de los derechos humanos y la igualdad racial. En el año 2000, durante los Juegos Olímpicos de Sídney, fue invitado a participar en la ceremonia de relevo de la antorcha, donde recibió una ovación del público puesto en pie. En 2012, Australia se disculpó oficialmente por el trato injusto que recibió Norman debido a su apoyo a la protesta .




Legado Duradero

A pesar de las consecuencias negativas para los atletas, el icónico saludo del "Black Power" de Smith y Carlos se interpretó como un acto heroico y valiente de desafío contra la injusticia, resonando más allá del ámbito deportivo. Se convirtió en un símbolo de resistencia y de lucha por los derechos civiles y la justicia social a nivel internacional. Inspiró a muchos activistas y grupos oprimidos y demostró el poder del deporte como plataforma para promover el cambio social.

El saludo del "Black Power" en los Juegos Olímpicos de México 1968 no fue solo un acto de protesta, sino una llamada a la acción y un símbolo de resistencia y esperanza para millones de personas de todo el mundo que luchaban contra la opresión y la desigualdad. 









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