LA PEOR DERROTA ALIADA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LA CAÍDA DE SINGAPUR

El Plus Ultra no fue solo un avión; fue un símbolo de audacia, ingeniería y espíritu explorador que marcó un hito en la historia de la aviación mundial. Este hidroavión, pilotado por valientes españoles, realizó en 1926 el primer vuelo transatlántico entre España y América, uniendo dos continentes y demostrando que los límites de la humanidad podían ser superados con determinación y tecnología.
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Para entender la importancia del Plus Ultra, es necesario situarnos en la España de los años 20. El país vivía una época de cambios y desafíos. Tras la Primera Guerra Mundial, Europa estaba en reconstrucción, y España, aunque neutral en el conflicto, buscaba reafirmar su presencia en el escenario internacional. La aviación, una tecnología emergente, se convirtió en una herramienta para demostrar el progreso y la capacidad técnica de la nación.
Además, España mantenía fuertes lazos culturales e históricos con América Latina, y el vuelo del Plus Ultra fue visto como una forma de reforzar esos vínculos. No se trataba solo de un logro técnico, sino también de un gesto de hermandad entre dos continentes.
El Plus Ultra era un hidroavión Dornier Do J Wal, fabricado en Alemania por la empresa Dornier. Este modelo, conocido como "Wal" (ballena en alemán), era famoso por su robustez y capacidad para volar largas distancias sobre el agua. Con una envergadura de 22,5 metros y dos motores Rolls-Royce Eagle IX, el Plus Ultra estaba diseñado para resistir las duras condiciones del vuelo transatlántico.
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El avión fue adquirido por el gobierno español y bautizado como Plus Ultra, una frase en latín que significa "Más allá" y que reflejaba el espíritu de superación de la misión.
El éxito del vuelo no habría sido posible sin la valentía y pericia de su tripulación, compuesta por cuatro hombres que se convirtieron en héroes nacionales:
Ramón Franco (hermano del futuro dictador Francisco Franco): Piloto y líder de la expedición. Franco era un militar con experiencia en aviación y un espíritu aventurero que lo llevó a emprender esta arriesgada misión.
Julio Ruiz de Alda: Copiloto y navegante. Ruiz de Alda era un ingeniero y aviador con un profundo conocimiento de la tecnología aeronáutica.
Juan Manuel Durán: Mecánico. Durán era el encargado de mantener el avión en perfectas condiciones durante el viaje.
Pablo Rada: Radiotelegrafista. Rada fue esencial para mantener la comunicación con tierra y garantizar la seguridad del vuelo.
El vuelo del Plus Ultra comenzó el 22 de enero de 1926 en el puerto de Palos de la Frontera (Huelva), el mismo lugar desde donde Cristóbal Colón había partido hacia América en 1492. La ruta incluyó varias escalas estratégicas para repostar y realizar mantenimiento:
Las Palmas de Gran Canaria (España): Primera parada para abastecerse de combustible.
Cabo Verde: Una escala técnica en el archipiélago africano.
Fernando de Noronha (Brasil): Primera parada en América, donde la tripulación fue recibida con entusiasmo.
Recife (Brasil): Aquí el Plus Ultra fue reparado tras sufrir daños menores.
Río de Janeiro (Brasil): Destino final, donde la tripulación fue recibida como héroes.
El vuelo cubrió una distancia de 10.270 kilómetros y duró 59 horas y 39 minutos de vuelo efectivo, repartidas en varias etapas. El 10 de febrero de 1926, el Plus Ultra aterrizó en Buenos Aires (Argentina), donde fue recibido por una multitud emocionada. El vuelo no solo unió España y América, sino que también demostró que la aviación podía ser una herramienta para acortar distancias y conectar pueblos.
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El éxito del Plus Ultra tuvo un impacto profundo en varios ámbitos:
Tecnológico: El vuelo demostró las capacidades de los hidroaviones y sentó las bases para futuras rutas aéreas transatlánticas.
Político: El gobierno español utilizó el logro para reforzar su imagen internacional y estrechar lazos con América Latina.
Cultural: El Plus Ultra se convirtió en un símbolo de la hispanidad, uniendo a España y América en un momento en que ambos continentes buscaban reafirmar su identidad común.
Social: La hazaña inspiró a una generación de aviadores y exploradores, demostrando que los límites podían ser superados con esfuerzo y determinación.
Aunque el Plus Ultra ya no vuela, su legado perdura. El avión fue donado por el gobierno español a Argentina, donde se exhibió en el Museo de Luján hasta que fue devuelto a España en 1969. Hoy en día, se encuentra en el Museo del Aire en Cuatro Vientos (Madrid), donde sigue siendo un testimonio de una de las mayores hazañas de la aviación.
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Además, el nombre "Plus Ultra" ha sido utilizado en múltiples contextos, desde barcos hasta equipos deportivos, como un recordatorio de que siempre es posible ir "más allá".
El Plus Ultra, pues, no fue solo un avión; fue un símbolo de lo que la humanidad puede lograr cuando se une el coraje, la tecnología y la visión. Su vuelo transatlántico no solo unió dos continentes, sino que también inspiró a generaciones futuras a soñar en grande y a superar los límites de lo posible.
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